Dice James Tobin, en su autobiografía, que estudió y ha hecho carrera en economía por dos motivos. La economía era un campo muy desafiador e intelectualmente fascinante, particularmente para alguien que le guste y tenga vocación en el análisis cuantitativo y talento en el raciocinio teórico. Al mismo tiempo que el estudio de la teoría económica refuerza la ilusión de abrazar cariñosamente alguna cosa, también hace crecer la esperanza de que de su compresión pueda surgir llama capaz de llevar calor a la humanidad, dándole más esperanza.
La enorme miseria retirada del cuerpo de la economía capitalista durante la depresión de los años 30 del siglo pasado fue la gran causa de las desgracias que dieron origen a la segunda guerra mundial. La gran crisis, no obstante, fue un caldo fértil para la efervescencia científica en el dominio de la revolución que ampliaría el campo de conocimiento económico.
Fascinado por las ideas de Keynes, James Tobin abogaba intervención del gobierno en los mercados, visando estabilizar la producción y contener la recesión. Su esfuerzo académico fue concentrado en el estudio de las inversiones, la política fiscal, la política monetaria y los mercados financieros. Su modelo econométrico de registro de variables endógenas fue la contribución preferencial al desarrollo económico y hoy es conocido como “Modelo Tobín”.
Para reducir la especulación en las transacciones internacionales que Tobín consideraba improductivas y peligrosas, ofreció lo que hoy se conoce como Tasa Tobin, el IOF (Impuesto sobre Operaciones Financieras) que el Brasil aplica para regular la enorme entrada de capital especulativo extranjero.
Muchos han sido los estudios de economistas que llevaban en sus propósitos de vida una conciencia firme con el objetivo de encontrar algún modelo económico que fuera capaz de minorar la enorme desgracia que acomete los pobres de una nación. Cuando yo cursaba el tercer año de económicas, conocí un joven, muy tímido, novato conferencista tratando de explicar la economía de su país. En cada palabra, coma y punto ponía un esmerado interés que denunciaba preocupación profunda por lo que pudiera dar causa a una intervención de la censura dictatorial nacional, comandada desde el centro del poder militar. Eran tiempos muy difíciles aún considerando que el joven palestrista era oriundo de una tradicional y bien sucedida familia de origen italiano. En 1979 se hacia deputado en las filas del Movimiento Democrático Brasileño. Yo hacia parte de un movimiento estudiantil, Directorio Académico, elegido entre todos los alumnos de los cinco cursos por abrumadora mayoría. La política no era mi interés y lo que me animó a entrar en sus brazos fue encontrar una mejor sincronización administrativa entre los intereses de los profesores y la expectativa de los alumnos, quienes buscábamos en el conocimiento de la ciencia económica un futuro mejor. Suplicy, junto con el metalúrgico Luis Ignacio da Silva (futuro Lula y presidente del Brasil), se constituyó en uno de los fundadores del PT (Partido de los Trabajadores). Hoy senador de la República, Suplicy posee una sólida imagen pautada por una lucha incesante contra la corrupción. Fue autor del Programa de Renta Mínima que ha conseguido arrancar de la más profunda miseria millones y millones de ciudadanos abandonados a los perversos designios de la pobreza.
Para reducir la exclusión social muchos gobiernos en el mundo entero promueven diversos programas asistenciales. Estos programas de reducción de la exclusión ciudadana se hacen hoy tremendamente necesarios. En España son indispensables para minorar los graves problemas sociales derivados del aislamiento y discriminación en que cae una familia, cuando sus miembros pierden sus puestos de trabajo y no consiguen encontrar otro que lo sustituya. El desempleo estructural sumerge al ciudadano en una escala de degradación marginal que hace que el individuo caiga en un lodazal y este lo haga decaer progresivamente en un estado de profunda depresión, en frustraciones continuadas con resolución social extremamente peligrosa, como lo son los recientes casos de la primavera árabe y también lo fue la revolución franquista de muy triste memoria.
Por el principio de renta básica todo individuo al nacer es acreedor de un derecho traducido en ingreso monetario y a precio constante que lo acompañará por el resto de su vida. Ese derecho tiene fuente en los impuestos que el gobierno de una nación recoge de los ciudadanos que ultrapasan la renta básica. Por esa razón algunos denominan la renta básica de impuesto negativo, esto es, un impuesto justo y sagrado que todo individuo debe cobrar del Estado. Es un programa que ya tiene ejemplo en Alaska (EEUU) donde opera como formula para estimular la igualdad entre los vecinos y mejora la distribución de la riqueza y justicia con el pago de actividades no remuneradas por el sistema económico.
La expresión Impuesto Negativo (negative income tax) es atribuida a Milton Friedman, economista y premio nobel. Es mas un modelo entre los tantos que buscan cohibir la saña que siempre se Abate sobre los más pobres. El modelo Tobin es otro instrumento que visa ofrecer a los países una poderosa herramienta capaz de cohibir los abusos del capital internacional. La señora Merkel y el señor Sarkozy en pleno fragor de la crisis europea vienen al tablado para pedir al club europeo la suprema honra de bailar el modelo de la tasa purificadora de la especulación financiera.
La Attac exige a los berros la tasa Tobin. Como todos sabemos, aquí en el castillo de Perceebes, Attac es un movimiento internacional que trabaja en pro de las alternativas ambientalistas y democráticas que se opongan al actual proceso de globalización bajo el lema de que un mundo mejor es posible para todos. Específicamente, la Attac lucha a favor der la regulación de los mercados financieros, el cierre de los paraísos fiscales, supresión de la deuda que enyesan los países en desarrollo y también es partidario de la famosa Tasa Tobin como medio de encuadrar y poner límites al especulativo flujo del capital internacional.
Todos los días, cien mil millones de dólares cruzan los mercados de divisas para arrancar lucros inmediatos, sin cualquier preocupación por el estado real de la producción y el respectivo comercio de bienes y servicios, lo que se traduce en aumento de capital en detrimento del trabajo organizado e inseguridad ampliada por el crecimiento de la miseria. Para un buen servicio de la deuda se hace necesario la existencia de gobiernos que bajen todos los servicios sociales a un mínimo y condene el pueblo a un subdesarrollo permanente. Intereses elevados desmotivan el esfuerzo empresarial y acomoda el especulador en los gastos que se producen en la esfera de los impuestos. A esto le sigue una descontrolada privatización apoyada por la demagogia liberal muy centrada en sus razones de perfecta asimetría. En todos los cantos liberales, los derechos sociales, muchos de ellos conquistados con lágrima, sudor y sangre, van siendo peneirados al sabor de la duda. Ya van diciendo que es mucho mejor confiar en la astucia de un usurero sin patria ni razón que en la virtud de toda una nación. Por tal presunción, al sistema público de pensiones quieren ponerlo bajo custodia imperativa de la rentabilidad inmediata, regida desde el borroso poder de la insularidad financiera en provecho de unos pocos arraigados capitalistas. Los títulos preferenciales bancarios y toda una mafia volcada sobre el interés pirata de saquear familias humildes, arrancándoles sus ahorros y hundiéndolos en el más tenebroso de los mares, cuando algunos confiados jubilados esperaban terminar sus días sin otra preocupación que no la de morir en paz, son algunas de las consecuencias del descalabro de la ambición financiera.
Desde la comisión Europea se ha puesto sobre la mesa propuesta para sufragar el presupuesto comunitario. Desean utilizar para ese fin la tasa Tobin. Algunos expertos explican que aplicando tasa de 0,05 por ciento sobre las transacciones financieras internacionales el FMI podría ingresar un adicional de 300 mil millones anuales. La señora Merkel y el señor Sarkozy abogan por la creación de la tasa para toda la comunidad europea. Desde Londres, centro financiero universal y suporte principal de la economía británica, el señor Cameron hace firme oposición y amenaza con vetar la propuesta. Desde el nuevo Gobierno de España se manifiesta el deseo de que el tema se discuta, se acuerde y se apruebe sin más dilaciones. Algo típico de quien no cree en el contradictorio democrático y piensa que problemas tan graves como el paro de más de cinco millones se resuelve con una simple y nerviosa orden. A idea base del plan Tobin como instrumento para sufragar cooperación y solidaridad internacional pierde fuerza y muchos especialistas creen que el flujo de capitales continuará molestando la tranquilidad de los países cualquiera que sea la tasa que se imponga a los mercados. Los expertos siempre al acecho de los confiados sabrán sacarle ventaja y el precio lo pagarán los que tradicionalmente siempre lo han pagado, los trabajadores de cualquier especialidad.
Para complicar el momento, se avecina huelga general para protestar contra la reforma laboral elaborada para facilitar el despido en tiempos con tanta gente desempleada. Ser mileurista integrará la esperanza de muchos licenciados, no como forma de ver rescatada la inversión de dinero, tiempo y esfuerzo en el estudio y si como algún medio de continuar viviendo en estos momentos tan difíciles.
Un fuerte aroma de paja quemada en las leiras de Oroso penetra mis narinas al mismo tiempo que abro ventana para ver el brillo de la luna en el frio firmamento de la costa muerta. La ilusión forjada por un sibilante viento me hace creer que el aroma no es otra cosa que un suave perfume de mujer, que hasta mi llega empujado por el discurso inflamado de un ciego coronel.
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