martes, 23 de abril de 2013

LENGUA BÍFIDA


Vamos ver, don Alfredo, si en una taza le sirven leche y sobre la leche le derraman café,  que es lo que usted tiene en la taza?  Un líquido que no es ni blanco ni marrón-obscuro pero que a muchos sabe a dios y se la beben como si estuvieran en el cielo.

Lo mismo pasa con la lengua, y por tal fenómeno de junción de dos o más líquidos se obtiene un otro sabor que, puesto en la boca, cada uno revuelve la lengua a su propio antojo y estilo; algunos la menean con churros, otros, con pan de maíz  (en mis tiempos antiguos) o con pan de trigo, como ocurre en estos tiempos modernos.

 Y ahora, ¿vamos discutir sabores y colores?  ¿Todo negro? ¿Todo blanco? Sería el negro español más negro que el” black” inglés o el blanco mas blanco que el “branco” portugués?
¡No, de ninguna manera! O, ¡sí, de todos los modos! Cualquier respuesta nos metería a todos en un lio del que jamás conseguiríamos desvincularnos.

No soy lingüista, pero tengo mi propia lengua y de ella hago uso cuando me plazca. Se decir “merda” y dar a ese vocablo el mismo sentido que el portugués y el gallego dan a esa palabra. Pero si escribo palabra con “b”, como lo escribiría un docto castellano, un otro no menos docto portugués me suspendería en una prueba para candidato a barrendero, y yo, de ser joven sin empleo, vería mi futuro seriamente nublado, para no referirlo como niger (del antiguo latin probablemente derivado de la raíz proto-indo-europeo “nek”, obscuro, night, noche, noite). Pero no lamentemos lo malo, pues mucho peor sería si escribiéramos “word “ con  “b” o war  con “v”.  Que locura, la” world war” nunca ocurriría bajo el símbolo de “b” y nadie cantaría “Bictoria” o, si alguien se atreviera a cantarla, sería, si seria fuese, un canto de sordomudos  victoriosos.

Vivimos momentos de confronto entre lo diacrónico y sincrónico. Los hunos se oponen a los otros sin cualquier razón histórica capaz de sostener la fenomenal razón del momento actual. Por tal confronto, los mundos de la real lengua y sus respectivos institutos se hacen palco de lo que el americano Russ Rymer entendería irónicamente como escenario “encharcado con sangre de poetas, teólogos, filósofos, filólogos, psicólogos, biólogos y neurólogos , además, no importa  cuan plus  poco fuere, del sangre extraído de los nacionalistas gramaticales”.

El nahualt, perdón, el gallego diacrónico tiene su fonética estructurada en la fonología y morfología arrancada de la mesoiberia, allá por los años de  Antonio, quien, mira por donde, además de ser de Nebrija, mas de una vez en Salamanca y otras tantas en Alcalá, se decía de Nebrixen, así con la xis que tanto ofende a nuestro buen amigo megalofe o su correspondiente, en lengua bífida, Seselhe. 

En tal encrucillada de lingua partida eu vivo. Saussure salve las dos lenguas  e Pindoschan me protexa da zurra que vou levar. Fun!

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