viernes, 30 de enero de 2015

LIMITES

Lloroso pero que con muy requetelloroso humor, le pido copiosos perdones por la salada recepta: salpicón  de ajos, ortigas, cebollas y el picante Hebrón. 
Ponga usted en una cazuela a Xann Xaquin, un poco de juta (con dos jotas, claro), otro tanto de papa (no confunda con mingaus), torradas de Torquemada y una pitada de ahumada Cepeda. Mezcle bien, cole y guarde por algunos minutos para sentir sus efectos. Con ligeros goles, la marabunta empieza a exhalar sudores, que salen por todos los poros para acosar entre los límites de la venerada conciencia a nuestra adorada opinión.
Lelo si quieres, como te dé la gana, Enfoca la X como yugo de lujo o como flor de guerra; tira sosa de la poza, ilusiónate como groba en el monte de su nombre, enróllate en el rock and rol de ártabro, depúralo como Johanes, evita el martirio de Katuxa, refuerza la feminidad de Miranda y sube a las torres de Mugardos para emular el loro Foderico. Hay max, mas y mars pero yo me callo para no salir de los limites.

jueves, 29 de enero de 2015

REFORMA

Son tiempos de reforma. Ayer terminé la reforma iniciada la semana pasada y que la contra reforma destruyó el sábado próximo pasado por medio de una potente granizada caída del cielo. La calzada de mi calle fue reformada con adoquines graníticos, todos dispuestos en formaciones cuadradas. Una belleza estética del arte de maquillaje.
La semana anterior a la semana pasada, ¡qué pasada!, una cirujana, cuyos antepasados se vieron obligados a abandonar su patria por cuestiones religiosas, me retiró del brazo derecho un trozo de carne, grande lo suficiente para dejar un hueco con más de un centímetro de profundidad después de haber costurado la boca del hoyo. Sometida a biopsia, la substanciosa carne reveló contenido cancerígeno; se había instalado muy dispuesto a destruir la propiedad que no era suya. La vida es así, nos exige reformas puntuales y contra reformas resolutivas de algo que el tiempo se encarga de resolver. Del polvo vengo, en polvo acabaré, diría Lelo.
Volvemos a las comparaciones generalistas, pretenciosamente racionales pero sin el menor sentido de valor comparativo. Comparar Grecia, cuna de la cultura europea, con Catar, país árabe impregnado por aguas de otros golfos, es una contravención al pensamiento racional. Catar es un país rico, con elevada renta per cápita y magnifico IDH. Grecia es consecuencia de la moderna cultura financiera, desempleo y miseria generalizada. Tal comparación no es guagua, fue hecha para contra restar pretensas reformas baladíes.
No me convence la tesis de que somos hechos por el molde del concilio de Trento. Pienso que el molde geográfico abraza con mayor fuerza nuestra cultura. Plácidamente sentados en regio sillón, nos acostumbramos a vivir de las dádivas caídas del cielo de América. Fuimos positivistas, creyentes en la merced del cielo, mar y tierra. Pensamos que el granizo llega para amainar el calor, y la lluvia viene para regar la tierra. Si la lluvia nos alaga, la cosecha se pierde. El capricho es aleatorio. Hay reformas para corregirlo?


martes, 13 de enero de 2015

MANOLITO FELINO

Estoy triste, muy triste me veo hoy. Tomo conocimiento de pasamiento a vida mejor de Manolito Felino. Manolito fue un gato feliz, esguio de piernas y elegante en sus caminadas por el condado. No tenía rabo preso a la autoridad de su dueño. Era soberbio, maullaba taciturno con el pensamiento puesto en la lejana infancia de la escuela de Atenas. Manolito era dueño de siete vidas y cada una tenía la solidez de un lustro. Combinado el lustro con el cabalístico siete, Manolito exhibía con desparpajo los treinta y cinco años bajo la regencia de Teofrasto, hombre libre dedicado al platonismo de la escuela peripatética. 

Manolito era vegetariano. Sus razonamientos  abogaban la causa de las plantas de las cuales retiraba un extracto de la moralidad habida en las marquesinas del tiempo presente. Había abandonado el calor del agua ardiente y en el conforto de la calefacción sorbía chocolate caliente para mostrarse  caballero. Manolito fue solvente y en un ratillo echaba de lado los ratones de turno.

Algunas manías tenia don Manolito Felino, entre ellas cierta aversión a doña Urraca y birra marcada por la toponimia local, sin excluir en su relacionamiento  un privado miado al gusto de su particular lengua. Era parrandero y amaba las pantorrillas, un auténtico don Juan en tejado caliente, en ciclo de oro.

Por lo descrito en la gaita que toca mazurca para los muertos, un choque ideológico sobre su cabeza pensante le arrancó la razón. Y sabemos que sin razón las siete vidas pierden concatenación y el sentimiento de cada una de ellas deriva para la abstracción, de donde se deduce la respuesta oncológica y consecuente parada del músculo cardiaco.

Sin los colores blanco y negro de Manolito Felino, el invierno pierde gracia, pues sin el gris que sostiene la mirada en el horizonte lejano y sin otros sabores para sostener la vida humana, la mala sombra deja huella para asombrar nuestra dulce morada.

Descanse en paz el felino MANOLITO.

domingo, 11 de enero de 2015

RESBALO

Resbalar por la desgracia  de la masacre que objetivaba el exterminio de los componentes de una empresa dedicada al humor mórbido puede parecer una gran imprudencia del marcador de paso que rige la convivencia entre personas maduras. Sin embargo, el resbalo es un incidente en el que el más previdente prudente puede, sin desearlo, ser acometido por las consecuencias imprevisibles del resbalo.

El latido de un perro puede asustar una persona y esta, al correr, provoca el deseo de que el perro corra atrás de la persona que manifiesta miedo. Un perro bien educado no ladra sin motivo. Una persona juiciosa no provoca el perro que no ladra.

Ocurre que hay perros con los más variados comportamientos y con actitudes que varían entre la dulzura del perro que amamos y nos aman y aquellos que guardan en el ordenador cerebral sentimientos impíos de venganza, que emergen en circunstancias poco o nada previsible, incluso para el considerado mejor amigo del hombre.

 Quiero decir que considerar desparpajo el palabreo de un hombre que habla con desenvoltura puede ser considerado como algo chulo, desahogado, descocado o cualquiera otro atributo calificativo que se albergue en el diccionario del decodificador.

Los meandros de la lengua son confusos, embarazosos, sinuosos y muy capacitados a la producción de alarmas, que en muchas circunstancias conducen al pánico. Léase, el interés que tenia Shylock para tirar un trocito de carne del mercador de Venecia a cambio de saldar unas deuda.

Querámoslo o no, las palabras calman, pero también encrespan y son como la navaja que en manos de un cirujano es apta  a salvar vidas, del mismo modo que en manos de un loco es instrumento de muerte. El simbolismo, por su poder concentrador de potencialidades sinérgicas, es una bandera permanentemente ondeada por el viento del momento, y es muy capaz de provocar los sentimientos  más antagónicos entre las personas que contemplan sus colores.
Cristo es un símbolo de supremo valor para los cristianos. Hay cristianos que consideran “desparpajo” la adoración de imágenes de barro. Mahoma condena la imagen cristiana, pero en las mezquitas se presentan arabescos bellísimos que encantan el mundo. Por los libros sagrados Dios revela su existencia y escogió a Moises para entregarle el Torá. No debió quedar contento y poco después buscó a David para entregarle los Salmos. Como en toda obra humana, Dios fue perfeccionando la suya y no tardó en poner sobre la mano de Jesús los Evangelios. Seiscientos años después, la obra de Dios culminaría en las manos de Mahoma en forma de versos.

 Las tres religiones tienen todo para convergir en la pureza de los sentimientos, pero conflictuan en la unidad  que quiera unirlas. Y es este conflicto de intereses lo que hace mover el topo de la humanidad. En cada cumbre hay un engranaje motriz que hace mover y articular todo que está en niveles inferiores. Si uno resbala, todos patinamos. Los satélites no  viven sin la existencia de un astro mayor. Si el rei Sol es amenazado por cualquier medio, los satélites que orbitan a su alrededor se sentirán alarmados.


EXPOSICIÓN DE UN CAOS

Hay de todo para todos.
¡Ay, de todos para pocos mucho hay!
¡Eh, tú de ahí, despierta!
!Alerta, non des a esquecemento da inxuria o rudo encono!

Hola, hoy tenemos la exposición de más un caso de los muchos casos que nos abominan a diario. En nuestro banco mental de dados los hay a estajo, luego, sería de suponer que más uno, por efecto adicional del desinterés marginal, ningún sabor añadiese al caldo de berzas y nabizas sorbidas a diario.

Los bancos… Ah, aquellos bancos de arena que tanto miedo imponía a la Grande y Felicísima Armada de Alvaro de Bazan, marques de la Santa Cruz. Hay bancos para todo: bancos para asiento con espaldas o sin espaldas, banco de datos, banco de esperma y bancos que todo lo aglutinan para dejar a su merced y hechos una mierda aquellos que necesitan los favores del banco, no los otros. El cuento de hoy, escrito con pluma de drama, es de echar miedo por las balas que lleva en su cartuchera.

 Don Carlos de Lesmes, según la afirmación a él atribuida por el escritor premio Nadal de Literatura, en el sentido parece haber plagiado a mi madre, quien seguramente la copió de alguna otra sufrida madre: “Quen fai a lei tamén fai a trampa”

Alá polo ano 2002, yo encerré mi cuenta en el HSBC. Lo hice por la rabia que imponía que yo realizase el hecho. No exigieron ni admitieron documentar el registro de encerramiento. Seria automático, decían, sin movimiento y sin saldo mi cuenta sería automáticamente encerrada. Sin otro remedio que la resignación yo fui convencido por la gerente a quien conocía por más de cinco años. En aquel entonces yo vivía el drama de encontrar trabajo y, con el resultado, pagar las cuentas indispensable al suporte de la vida. Un año después de mi retorno redoblaron las campanas en señal de alerta: el HSBC perturbaba mi familia con amenazas de embargo de mi propiedad y de enlamar mi nombre en el instituto que protege el crédito.

Así justificaron mi deuda:

No había documento que probase  mi cuenta encerrada. Era derecho del banco (que no lo era en mi caso) cobrar tasas de manutención. Para reponer el saldo negativo, el banco hacia un deposito por igual valor y pasaba a cobrar intereses. Todo fin de mes, en mi nombre, la cuenta se agigantaba de un modo muy simple y a intereses compuestos: nueva tasa de manutención + nuevo crédito para cubrir el crédito del mes anterior acrecido de sus respectivos intereses. Después de dos años y sin el menor esfuerzo de mi parte, mi deuda se había hecho colosalmente rica. Si yo había permitido que el vientre creciese por el hecho de no poner sobre la i su debido punto, la lógica del banco mandaba que yo pagase el parto. No pagué por dos motivos: En la apertura de mi cuenta el contrato rezaba exención de tasas; la muy horrada gerente testimonió que yo le había pedido pechamento da conta y ella había transmitido  ese pedido al responsable por los registros.