Lloroso
pero que con muy requetelloroso humor, le pido copiosos perdones por la salada
recepta: salpicón de ajos, ortigas,
cebollas y el picante Hebrón.
Ponga
usted en una cazuela a Xann Xaquin, un poco de juta (con dos jotas, claro),
otro tanto de papa (no confunda con mingaus), torradas de Torquemada y una
pitada de ahumada Cepeda. Mezcle bien, cole y guarde por algunos minutos para
sentir sus efectos. Con ligeros goles, la marabunta empieza a exhalar sudores,
que salen por todos los poros para acosar entre los límites de la venerada
conciencia a nuestra adorada opinión.
Lelo
si quieres, como te dé la gana, Enfoca la X como yugo de lujo o como flor de guerra;
tira sosa de la poza, ilusiónate como groba en el monte de su nombre, enróllate
en el rock and rol de ártabro, depúralo como Johanes, evita el martirio de
Katuxa, refuerza la feminidad de Miranda y sube a las torres de Mugardos para
emular el loro Foderico. Hay max, mas y mars pero yo me callo para no salir de
los limites.
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