lunes, 3 de agosto de 2015

LÁTIGO ELECTORAL

Aflojar la cuerda es el estilo clásico del sistema partitocrático en año de elecciones. Funciona en cualquier hipótesis. Si el partido de turno gana el juego, la victoria permitirá un mayor aprieto del cuello ajeno para restaurar lo consumido en año electoral. Si pierde, saldrán felices con el bolso lleno y las arcas vacías, en clara demostración de política de tierra arrasada a la que deberá enfrentarse el partido entrante (seria demagogia decir que el pueblo fue el vencedor, pero lo dirán)

El BCE hace sonar la sinfónica banda de su imprenta. Parece capitular delante de un papel que no hace milagros, pero sabe que espejismo brillo  estimula el sediento a arrastrarse en busca de agua. Ahí reposa el milagro del santo fiduciario y también la razón para que la economía fluya en cíclicos borbotones.

A nivel nacional, si el estado da más de lo que recibe, tendrá su cuenta equilibrada por el Déficit (no olvidemos que por el método de doble partida Haber y Deber son democráticamente iguales).

 Como se paga el Déficit?
Pues recibiendo más de lo que damos. En otras palabras, debemos vender más de lo que compramos. Y aquí el negocio se hace hartamente complejo porque, entre naciones, solo se compra y vende papel con la simple promesa electrónica de ser cambiada por bienes y/o servicios reales. Habrá que destacar que es un papel muy especial cuyo origen semántico radica en el caldo “do lar” gallego y es producido con moderna tecnología americana.

Vivimos en régimen forzado por obligación de vender más y comer menos. Con hambre nos hacemos menos productivos, menos competitivo. El resultado de un aprieto de gargantas lo vemos en el caso del metro de São Paulo. El gobierno de este rico estado brasileño ha rescindido el contrato con consorcio español y aún le van cobrar la multa de R$ 23 millones prevista en el contrato.

 Mal agüero para el vecino 2016. Gane quien gane, el pueblo llano tendrá que apretar el cinturón delante de un prieta las filas, recias marciales y un caro mañana.


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