viernes, 18 de junio de 2010

REFORMA LABORAL

Cuando el ilusionismo se muestra poco habilitado en las técnicas de obtener convencimiento por parte de la masa sometida a sus efectos, habrá que preguntar sobre las causas de tan extraña mutación.
Leyendo las propuestas del grupo de los 100 para reactivación laboral en España, uno -en el presente caso, yo- concluye que la ilusión por una posible solución viene de la mano emérita de cien economistas y no exactamente del contenido de las propuestas de salvación que su manifestación colectivamente endosada publicita.
Lo malo del envejecimiento es que a medida que se debilita el músculo y afloja el nervio surgen con impresionante vigor registros del pasado que, por insistente repetición, constituyen media y moda para conformación de los hechos reales de la historia.
Y la historia real muestra como se va debilitando la institución Trabajo como instrumento acumulador de capital. Antes de la entidad Trabajo ser entendida y reconocida con eufemismos de valor nacional, la esclavatura a que se sometía el hombre pobre era alabada por el clero y la sociedad noble. Funciones típicas agrupadas en las sociedades burguesas harían surgir una nueva clase de artífices, económicamente independientes y políticamente descreyentes de la retórica divina y de la baja moral del noble administrador. El Capital, endiosado por economistas seguidores de Adam Smith, se convertiría en  la unidad fundamental de los valores de la humanidad emergida de las tinieblas catastrofistas de la monarquía francesa. Time is Money, afirmaron por más de doscientos años  los lumbreras de la religión capital. Money es preocupación, Money es angustia, Money es causa de frustración que se transforma en apatía y odio, el cual se va acumulando en la sociedad y presiona las amarras que sujetan los lazos que unen las familias, hasta que finalmente un éter explosivo se enfada, expande, congela su entorno y revienta en la reforma laboral augurada por el loro Foderico.

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