domingo, 30 de diciembre de 2012

JESÚS LLORA


Tiven dous amigos que se chamaron Ramón …” En verdad, en verdad os digo que en el transcurso de mi vida, que para bien o para mal ya supera el doble de la vida física de la vida de nuestro señor, de quien en estos días celebramos su nacimiento y de aquí a pocos meses celebraremos su injusta muerte, yo he tenido muchos amigos. Dos Ramones de la modalidad araucaria que crece en la sierra gaucha, y otros dos, también pinheiros de origen araucaria pero que han recibido nombre, uno, en memoria del cruzado Corazón de León, el otro, en memoria del apóstol autor de las famosas epístolas. De uno aprendí a respectar el honor de buscar cumplir la palabra dada, de los otros tuve la enorme satisfacción de comprobar la buena genética del bastón transmitido por mi padre, patrón de esta pequeña nación de pinares araucanos sementados en los regos de la selva urbana paulista.

En este momento me ataca un singelo interés por saber si alguien sabe de qué ave era la pluma que Nicholas usó para escribir sus famosas orientaciones a los políticos de la republica florentina. Mucho me temo que, en este asunto, el señor Foderico, señor supremo de los loros y con asiento en la cumbre de las torres de Mugardos, tiene responsabilidad constitucional, al estilo de lo que se escribe en el artículo 56, parágrafo 3; esto es, autoridad con el infinito por límite y responsabilidad dentro del dominio del cero absoluto, sus actos fueron, son y serán siempre refrendados por el señor Luis u otro cualquier responsable que los refrenden, eche o no eche huevos, algo muy diferente de lo que los tratados de administración y la propia vida me han enseñado: la responsabilidad es función de la  autoridad que un individuo tiene en el ejercicio de un determinado cargo.

Es Él, es Foderico el símbolo de la nueva cruz. Simboliza el horror que despierte el saber que no hay empleo y el indescriptible dolor de haber perdido el derecho al trabajo, después de haber dedicado tanto tiempo a ese buen sacrificio social. Vivimos simultáneamente  la Utopía del señor Moro, la diestra habilidad de una mezcla de tesón y fuerza exenta de escrúpulos sociales, en ambiente también exento de cualquier virtud y con un palco donde todas ellas son perfectamente simuladas, al estilo literario del acusado, Maquiavelo, por la estirpe de los borgias florentinos, oriundos de la casa de Aragón.

El fin tan amado está siendo substituido por los medios tan temidos. La moral política sigue por el orden del caos  y la crueldad del leviatán ladre su exigencia de que es imprescindible saberlo  entender. Algo muy fácil de explicar por el señor Hobbes, de quien el señor Rousseau discuerda 200 años después, pero ahora ambos son extremamente difícil de ser entendidos por los más de cinco millones y sus respectivos dependientes en la era del desempleo masivo. Desahuciar el empleado, o mismo obligarlo a donar su residencia en pago de intereses, es lo mismo que condenarlo a muerte. En estado de guerra, Hobbes aconseja que los ciudadanos pacten cesión de derechos al estado. En contrapartida, el estado les garante una vida digna, explica Hobbes. Rousseau sale a campo para discutir la relación concedida, pues constata que el estado solo está interesado en protegerse a sí mismo.

Jesús mal acaba de nacer y ya nos preparamos para verlo morir. Jesús, te pido, por el llanto de aquellos que no te olvidamos, nos expliques el odio del monstruo Leviatán. Jesús, Jesús, Jesús, salva mi patria. Jesús, te veo en la cruz y de tus ojos brotan lágrimas.  Jesús habla conmigo y llora, llora como tú y yo.

viernes, 28 de diciembre de 2012

EL TRATO CEGADOR


Discrepo con veludo y cetin, amigo Alfredo, de tu afirmación  de lo que  es actual, en la actualidad,  dura pocas horas. Según la RAE, el periodo actual apareció hace unos pocos ocho o diez mil años y muchos rezamos para que la tierra menee el rabo por otros tantos años, con Mas o sin él. Otra cosa, que también no es muy diferente de otros tiempos, es la transgresión voluntaria de lo que quisimos ayer y hoy, por falta de lo que es debido o por exceso de quien nos aplica el deber, sumergimos en un desordenamiento del que ya conocemos algunos precedentes, y los cien mil hijos de San Luis intentaron corregir a la manera de un Francisco primero, que no sería el único en nuestra historia, sin darse cuenta que un retratista Goya volcaba sobre las telas la calamidad de su impresión. Luego, observando las diferencias y mantenido constante todo lo resto, podemos afirmar que todo sigue igual y nada se ha creado, pues lo que parece distinto es una aberración de lo que antes era igual y en la actualidad parece transformado. Así que de huída, nada. Y nada, aunque reiteremos repetidas veces, es absolutamente nada.

El machado cuando cae pesado sobre el leño hiere la corteza y pasa a exhibir la habilidad y el talento habido en su interior. La brisa susurra cosas en mis oídos, el viento clama los misterios de la vida y el huracán enfurece los elementos para que lancen chispas sobre nuestras cabezas. Y todos corremos hacia donde creemos haber algún refugio. No encontramos amparo adecuado a lo que buscamos, porque el refugio no existe. Si existiera, otros ya lo habrían encontrado  y en sus ojos no habría lágrimas, del sudor harían vino y de la mar saldrían peces cocidos o asados al gusto del refugiado.

No es tiempo para dar consejos, preciso es venderlos. Para quien cree que es bueno tener un banco malo les diré con el alma en la mano que mucho mejor será tener empleo malo y no un desempleo perfecto, pues es a sabiendas que el paro es oriundo del desdeño de la política mala y si ésta en su primer año va trepando suceso, en su límite nos ocupara a todos, pues será suficiente ser sus parientes, obtenido el parentesco por un ganancioso matrimonio con el buen interés de la intermediación plena.

Que será un buen nombre, mi señor? ¿El sonoro nombre de Heitor Villa Lobos, compositor del modernismo brasileño, inspirado por el choro musical de la pluma retorcida en los bares de Rio, y hoy espejada en el club tortura del lápiz feroz de la crítica que boga en la actualidad de estos otros días?. O será Lacerda, miembro de la UDN, descendiente de emigrantes portugueses, de nobleza açoriana, señores da Feira e dos Lacerdas, descendentes dos reis de Castela e León  e dos de França.

Como podemos ver, mi muy estimado Alfredo, por la mala vista del bo rego  también corre cultura de calidad, algo recesa pero de eterna actualidad, como el trato de Amalia.

lunes, 24 de diciembre de 2012

FELIZ NAVIDAD


É NADAL

Es dia para decir todo loi que queramos decir. Es dia para recordar preferentes de ocurrencias pasadas en el año que se acaba. Y por ahí nos invade el hechizo de la miserabilidad advenida de la esperanza que habíamos en los frutos de las preferentes y , ahora maduras, se atascan en la garganta como espinas agudas, prontas para dilacerar los ductos por los cuales algunas consigan resbalar. Pero esas espinas del mundo financiero no son los peores huesos que debemos roer en el nuevo año, que empezará cuando la pelota que todos queremos chutar complete la enésima vuelta alrededor del astro Sol.

Estamos en el quinto año de lo que ya podríamos llamar gobierno de la crisis más sospechosa de la historia de nuestra galaxia. Crisis advenida en el apogeo de la capacidad productiva, con inversiones a destajo en automóviles a diestro y siniestro, en comilonas con aire de majestosa nobleza, abochornada con vinos de calidad y humos del puro humedal habano. A nuestro parecer poca cosa nos hacía pensar que éramos frágiles delante de una invasiva austeridad, austeridad que fue penetrando como virosis ensandecida por todos los poros de la piel y va instalándose con fuerza de ocupa en todos los órganos, amenazando en menos de un año poner en jeque los órganos vitales.

Nos piden esfuerzo, ilusión y esperanza. Sabemos que la esperanza es la última a caer. Ella se derrumba cuando la ilusión fallece y en su lugar surge el demonio de la frustración. Con la mirada absorta en el futuro y los oídos deseosos de escuchar buena música, el viento ondula palabras insuflando el sentimiento de que es necesario hacer esfuerzo colectivo para juntos salir adelante y, aunque por inacción no consigamos dar más un paso, moriremos diciendo que intentamos mejorar la situación sin haber mejorado absolutamente nada.

La vida moderna es colectiva, socialista por exigencia de la sociedad en que la vida humana y también la animal se integran. La vida puede ser socializada por comunión de un grupo de personas, los gallegos en su ambiente geográfico o españoles en la circunscripción ibérica. Podríamos incluso ampliar los beneficios del socialismo aumentando la abrangencia del espacio de la Unión. Por el esfuerzo colectivo, podríamos construir, por ejemplo, la Unión Europea, la Unión Mediterránea, la Unión de los países del Atlántico e incluso, si a alguien le pareciera original, podríamos inventar la Unión de las Naciones Unidas. Todo sería bueno  si la capital de tan colosal imperio se ubicara en el junqueral de mi querida tierra.

Pero la vida jamás se capitaliza, ni siquiera por la criogénesis. Adviniendo la navidad, la vida sigue su rumbo sin cualquier posibilidad de ahorrar un año para consumirlo en los años que le siguen. La vida no es capitalista. La vida es socialista y tiene su fundamento en la unión social de dos personas, de género opuesto, verdad, pero que se complementan. El capitalismo está ahí imponiendo criterios para romper esta singular verdad. Ha roto la unión de dos personas dictándoles el ejercicio  de trabajos bajo la ilusión de que ganarán vida. Después destrozan aquella ilusión mostrándoles  que separados no son nadie y lo único que algo significa es el alma de un monte de papeles que, evidentemente fuera de la ilusión, absolutamente nada valen.

Con castañas calientes en el rigor del invierno la ilusión se enerva y la esperanza se renueva,  por lo menos en cuanto dure la digestión de tan sabroso fruto, ofrecido por la naturaleza y recogidos por mí en días de frio invierno de los años de Aznar, en el bosque del colegio Fernando Blanco y asados por el calor de mi esposa en un modesto piso de la pena.

Pero ni siempre las cosas son como parecen. Pedir a un joven desempleado que tenga ilusión y esperanza en el futuro puede parecer bueno, pero si ese pedido no se concretiza en un intervalo corto de vida (inferior a una estación) es de esperarse que el desespero vendrá y el pedido de nuestro querido patrón de la xunta tendrá el mismo efecto que tendría si pidiese a un jugador de billar que acertase casapa fustigando la bola con una cuerda.

viernes, 21 de diciembre de 2012

NOSOTROS


Mil perdones y otros tantos más de la repetida plegaria a orillas de cada uno de los mil ríos de mi idolatrada nación gallega, producto filial de la Magna y Una España, donde todos, vascos, catalanes, portugueses y extremeños de cualquier extremo del centro, somos, sin excepción, ibéricos.

Llego un poquitín atrasado al encuentro diario del club de los lápices retorcidos, de quien mi amado Alfredo es su figura supremamente destacada.

Atiéndeme, quiero decirte algo, quizás no esperes pero debo justificarme. Sabéis que para hoy estaba marcado el fin del mundo. Yo lo sabía desde hace algún tiempo. Mis gurús mayas me habían avisado, y yo, claro, previdente como la previdencia social, tomé todas las providencias para poder ver como se acaba el mundo.

Me metí por la estrecha boca de un pozo profundo y fui bajando, bajando y, barajando mis cuentas,  alcancé una lejana isla del sol poniente, en las antípodas. Mi pensamiento era que al iniciar los primeros destellos del fin del mundo yo llenaría los pulmones de aire, y así, por un desnivel de la densidad de mi cuerpo en relación a la densidad del medio, yo entraría por el tubo y regresaría rápidamente al otro extremo de las antípodas.

En todo cálculo siempre hay algún cálculo que despreciamos y, en el mío, no me di cuenta que entre los extremos  había dos estaciones diferentes, detalle suficiente para que el producto de los medios fuese diferente. Con cálculo equivocado no hay  gurú que acierte ni futuro para el profeta distraído. Luego, al reflotar sobre el balcón de mi morada pude observar el fin del otoño y el regreso del verano, llegaba la nueva estación brillante y exuberante como pocas veces lo había visto (presumo que la belleza se debe a los efectos de un nuevo colirio receptado para librarme de la sombras que impiedosamente me asombraban).

Diferentemente de lo que se le antoja a mi eterno amigo Alfredo mis anteojos me hacen ver las cosas de un modo diferente. Para concentrar uno de los cinco sentidos en un punto, ahora  necesito algo más de lo que dios me ha dado al nacer. Necesito lentes para orientar los rayos de la luz y vayan directo al punto de convergencia y no se distraigan con reflejos impropios para una buena reflexión. No obstante, lo último es lo que prevalece y cuando lo último se aleja algo vendrá para ocupar su lugar. Que será, será. Ya lo dice la canción. Por la experiencia crítica del selecto club del tipo retorcido, tal tesis no necesita demonstración para alcanzar estado permanente de sofisma verdadero. Lo que por último se dice es y siempre será lo último, y punto.  

El problema de lo último es que hemos corrido mucho para alcanzarlo y nunca paramos para pensar que, aunque fuéramos tartarugas o lesmas, el ritmo del tiempo fue, es y será siempre el mismo. Profetizo, sin necesidad de cualquier coeficiente de seguridad en mis cálculos, que cuando el ritmo se altere, como en los movimientos de una tesitura musical, nuestro mundo será otro y dejará de ser nuestro.








martes, 18 de diciembre de 2012

SEPARACIÓN


Psiu!... silencio… Hablemos bajito para que nadie nos oiga. Hablemos una lengua minoritaria para que las mayorías no nos entiendan. Separaremos la cabeza del cuerpo y daremos libertad a todos los órganos para que cada uno viva a lo suyo: ojo izquierdo, a su modo; el ojo derecho que mire como le plazca; expulsemos por la boca todo que por ella entra y tomemos por el culo todo que este crea que es su derecho.

Los deberes para los seres de buena voluntad y para aquellos que crean que vivir en paz y razonablemente organizados es un pensamiento de menor riesgo y pueda parecernos ligeramente útil para salvar el límite que por la derivada del tiempo se produce al nacer: una expectativa optimista media, digamos, de ochenta años. Una media que unos quieren elevarla a la edad de nuestro padre Adán y otros hacen lo imposible para que no alcance la edad del hijo divino: paradojas del absurdo del milagro de la vida.

Desde el nacimiento, pasando por la primera infancia, la niñez, la pubertad, la edad adulta y el progresivo envejecimiento hasta la ancianidad, la expectativa de vida al nacer es de más de ochenta años, pero, por la media de los pollos que algunos comen y la ciencia matemática los reparten entre los muchos que ni los huesos chupan, la edad media de los españoles va por el orden de la cuarentena, un pellizco menos para los hombres (39,6 años) y un ligero soplo a más para las mujeres (42,2 años). Una enorme distancia para quien es niño, una insignificancia para quien es adulto y una enorme angustia para quien se atreve a enveredar por los retorcidos meandros de la estulticia añera.

CiU y ERC, ¡que siglas tan extrañas para un peligroso proyecto político de uno de sus dirigentes! Convergencia en algún punto del tiempo tiene por límite la unión de dos líneas, derechas al punto y no paralelas, evidentemente desde que ambas caminen por un mismo plano.   Dependiendo del sentido con que el ojo mira estas dos líneas, principalmente si lo consideramos puesto en el punto de pacífica calmaría, como el ojo del huracán, las líneas se alejan en tormentoso conflicto, mandando por los aires todo y a todos que a su paso se interponen.

Después de la segunda guerra mundial un viento transmontano con fuertes olores de unión se espació por toda la geografía del hasta entonces considerado Viejo Mundo. Todos que vislumbraran tan difícil ideal ya han emigrado a otro plano, del que nadie, aquí en el conturbado plano terrestre, tiene  noticia, tal vez porque los partidos del más allá sean extremamente discretos, tal vez sean más austeros, o, ¿quien lo sabe?, un poco más que el señor Mas del nibelungo catalán no sabe explicar.

El mundo político del año 1931 nada tiene de comparativo con el mundo político de los años actuales.  Todo era diferente, la vida era diferente, las personas eran otras y la esperanza de una España mejor necesitaba ser reconstruida. En aquellos tiempos algunos grupos de personas se unían para copiar lo que había ocurrido en las sociedades españolas de ultramar. Mucha gente involucrada en aquel proceso parecía exhibir un bienestar superior al habido bajo el mando del gobierno central. Por el pensamiento de los fundadores del ERC, en aquel entonces afloraba en los catalanes un sentimiento de emancipación social y nacional, supuestamente asfixiada en su ideal democrático por el desfecho militar en el año 1939.
Este sentimiento fue encausado convenientemente por Convergencia i Unió bajo la presidencia de Jordi Pujol, uno de los artífices de las autonomías (regiones federadas en un estado de nacionalidad española)

Hoy vivimos en un estado de legalidad democrática. Muchos problemas que debían ser eliminados continúan latentes. El desempleo rueda como una bola de nieve y, si nadie la para, la avalancha será desastrosa. Hasta ahora nadie ha formulado los medios para contenerla y lo que se ha hecho en nombre de supuesta austeridad va contribuyendo para hacer de la marca España un instrumento de recusa de lo que pueda salir de España, pues es muy difícil creer en la competencia de ciudadanos que no tienen en su conjunto la capacidad de hacer productiva un cuarto de su fuerza de producción y destruye la ilusión del 50 % de su juventud, manteniéndola totalmente desamparada.

Pero esto y mucho más no se arreglan con fraccionamiento de la nacionalidad española: Barcelona, arengando sus paisanos para iniciar una nueva etapa fundamentada en el derecho de buscar el progreso social, el desarrollo económico, el fortalecimiento democrático el fomento de la cultura y una lengua propia diferente del resto de la región catalana, busca su independencia para convertirse en una ciudad-estado.

Que es lo que impide al señor Mas y al señor Uriol de trabajar en pro de tan nobles objetivos. ¿Conseguirán los barceloneses vivir aislados del resto del mundo y evitar alguna que otra derrota del Barcelona? O mismo, para probar el beneficio de su independencia, ¿será capaz de dispensar Lionel Andres y clamar a los cuatro vientos la fuerza y el poder de la raza del Barcelona F.C.?

Mucho me temo que tal odisea en los días de hoy será una cruzada con probabilidad nula de resultado feliz. Sin duda, los mossos de escuadra reclamarían que para dar palo es necesario que el paleado entienda el objetivo de la mano dura, y para gobernar a quien tenga que pagar tributo necesario se hará imponer el código de una lengua hablada y escrita común. Mira por donde, los barceloneses ya dominan esa lengua común y por tal milagro pueden entenderse con los araneses  y demás españoles de Cataluña.

De momento, el bipartito arenga un absoluto sinsentido, una especie de ladrido para molestar el sosiego del estado de gracia absoluto del pp.
Veamos si me engaño:

1.- Formularán una declaración de soberanía del pueblo (¿soberanía del pueblo o de los señores mandamás de los respectivos partidos?)

2.- Incorporar enmiendas que se consensuen con la finalidad de aprobar una ley de consultas iniciada en la anterior legislatura.

3.- Iniciar un proceso de negociación con el poder central, al que constitucionalmente está subordinado el poder autonómico, para convocar un referéndum y seccionar una parte del todo español y, así desmembrado, pueda correr mas y mejor el trozo separado.

4.- Criar un consejo nacional -¿de qual autonomia local? - Para asesorar el bipartito (entiéndase procesar las órdenes de mas y uriol) El consejo deberá favorecer las decisiones adoptadas por mas en su derecho a decidir el huno por todos los españoles.

5.- CiU y ERC se comprometen a trabajar todos los procedimientos formales, jurídicos e institucionales posibles para estar en condiciones de obtener un marco legal que ampare España delante de la secesión de uno de sus más importantes miembros.

6.- Finalmente, se convocará una consulta al pueblo para que un trozo del cuerpo nacional se convierta, por reproducción asexuada, en un nuevo estado español.

Sabemos por el historial de la corriente derecha, que el nuevo estado español, como parte del todo, será una, grande y libre para ser gobernado por la gracia de dios. La corriente que fluye por la izquierda dirá todo lo contrario: mejor muchas, pequeñas y desunidas para gobernar mas y uriol.

Para mi consuelo, creo haber trovado bien bajito para que nadie me escuche y ninguno me entienda. Además, por si las moscas rondan mi teclado, escribo con lentes obscuras para que no vean la faz de quien ecoa tanta locura.

sábado, 15 de diciembre de 2012

SINIESTRO DESASTROSO


Hoy el tema de mi buen amigo Alfredo sigue desastroso. Y de desastres tenemos un largo histórico. ¿Os acordáis de la Santa María, la Gallega, cuando, con todas las tripas rellenadas con oro, del estómago regurgitaba riqueza? Sin ningún viento que amenazase tan rica carga, la galera se embarrancó en uno de los puertos más lindos y seguros del mundo: Puerto Príncipe, en la antigua Española.

Parece obvio que la autonomía del comandante era suprema en tales circunstancias. Colon era vice rey del mayor imperio conocido, que se construía a partir de aquel singular momento: el gran imperio filipino. Entrementes, a la hora de decidir entre algunos kilos de oro, algunas semientes de maíz, algunos rizomas de patatas  y uno que otro vistoso y locuaz papagayo, la decisión fue dejar más de una treintena de marineros al libre arbitrio de su buena o mal suerte. No cabe discusión sobre el resultado del orden autonómico. La historia no registra conocimiento del nombre de aquellos hombres, ni siquiera el descubrimiento de sus huesos, que ciertamente no componían el cardápio del indígena caribeño, fue redactado en las columnas sociales del plus-ultra.

Pero, en materia de desastres marítimos no pararíamos por ahí. Pues ya lo dijo Colón:”! Hay de ti si tú no te cuidas! Y por tan sincera frase nació Haití, hoy ejemplo para el mundo entero de la desastrosa dependencia a la solidaridad humana. Y claro, como en asuntos de administración humana el homo sapiens es el único animal que se ofrece más de dos veces a una única trampa, la trampa nos acecha permanentemente en la doblada de cualquier esquina. Así fue con la imbecilidad de la invencible escuadra, cogida por un fuerte vendaval cuando se disponía seguir rumbo norte, orientado por el mítico Pindoschan. Así ocurrió con el piloto del Serpent, que creía que la línea recta entre dos puntos acortaba la distancia a un imaginario destino, y alcanzaron fondo  en la playa trece, bastión del buen rego, que fue mi abuelo Daniel. Así ocurrió con el buque americano de cuyo nombre no guardo memoria. Con el Casón, su carga química  y 23 muertos. Con el Prestige y la paranoia del Nunca Mais, de la que yo fui testigo en las calles de Santiago. Con el debate jornalístico despertado por el pausado y buen amigo Luis, secundado  por el, a veces, irascible y el muy comedido, muchas otras, conde de Ourense, el inolvidable Alfredo.

El tema de los desastres ofrece manga para mucho paño. No podemos descuidarnos, bajo pena de que falte paño y sobre mucha manga para mangoneo de nuestra humilde sociedad. Humildemente creo que no hay peor desastre que aquel que se cultiva en el celebro de un (o una) joven en edad propicia al brote de su capacidad productiva y observa como la esperanza puesta en el futuro naufraga en un estercolero, en el que se ceba la indolencia, el beneficio pajolero, la discriminación destructiva y la pasividad sospechosa delante de quien cree que podrá alterar la química corrosiva del estiércol.

Espiritualmente me uno a Monserrat Deu y Belen Somoza y amarro virtualmente mis piernas, brazos y pescuezo a la columna del Plus Empleo, columna de calidad y digno para todos que en la condición de amarrados a la Constitución española (artículo 35) manifiesten el derecho a trabajar para poder ejercer el deber de pagar todas las imposiciones impuestas desde los más variados órganos de poder - europeo, central, comunidad autónoma, provincial, local y un sin número de poderes paralelos (asociaciones, sindicatos, colegios profesionales y etc., etc.
Mucha fuerza niñas para que la columna de la dignidad, los derechos que le son inherentes, el libre desarrollo de la personalidad, el respecto a la ley y a los derechos de los demás continúen fundamento del orden político y la paz social.

viernes, 14 de diciembre de 2012

El barco


Dicen que la distancia es el olvido, pero yo no concibo esa razón. Tan lejos vivo y tan cerca estoy, luego hoy que un poderoso vendaval arrastra mi barca por las cercanías de Vimiazo, viene a mis recuerdos la odisea de mis padres cuando tuvieron que abandonar el lar y se refugiaron en Santiago a espera de lo que pudiera ocurrir. Por un cabo que atravesaba el Atlántico, la voz de mi madre llegaba pura y sonora para consolarme de que la familia estaba segura y “por aquí no pasa nada”. En Finisterre ardía el Casón y mi playa tropical se llenaba de amargura, pero mi madre, miña naiciña querida, supo esclarecer mi sufrimiento en estos mares de locura y, ahuyentando de mi los sufrimientos, cuidaba para que yo no naufragase en mi vivir.

Han puesto algunas velas en el túnel de mi existencia y esto permite que yo vea mis manos y sepa por donde ellas quieren nadar. Los dígitos bailan, más por experiencia que por la orden de los ojos para que pisoteen las teclas que la voluntad, de expresar lo que quiero, digan lo que me gustaría decir. Y lo digo sin más rodeos que el de la muela de un molino de agua dulce en el silencio de la Lagarteira.

Cuando se produjo la catástrofe del Prestige yo cavaba mi prestigio por las cercanías del desastre. Durante la noche un ruido descomunal del viento azotando las ventanas, nos había dejado sin dormir, a mí y a mi esposa. Un diputado, correligionario y entonces mi amigo, se comunicaba frecuentemente y me hacia entender que estaba hablando al móvil con don Manuel. Y de hecho a él se dirigía cortésmente: “sí, don Manuel; claro, don Manuel, como usted lo diga, don Manuel” y algunas cosas más de la intimidad política. El coche en que ambos íbamos era oficial, el motorista era un antiguo amigo mío  en los tiempos de infancia, entre los dos había absoluta transparencia y lealtad de propósitos. Así que por él supe después que el don Manuel de los contactos telefónicos no era el don Manuel que yo suponía ser. Empezaba a ver una verdad muy diferente de la que yo quería que existiera. En breve pasé a ser dominado por un dolor de cabeza insoportable. El olor de chapapote no salía de mis narices. Si esto no fuera poco, un dolor terrible invadía mi rodilla derecha y las caminadas que yo hacía por los montes de Cee y Corcubión tuvieron que ser interrumpidos para siempre.

En la crónica de mi buen amigo Alfredo, la luz de velas que ilumina el pozo negro, en el que permanezco encallado ya hace algunos meses, se fija en el comentario de Cadalso60 (Xan de Nadie) “Uno por su edad, y carecer de nietos cerca a quien contar batallas, debería ser disculpado si, de tarde en tarde, se solaza con recuerdos de la patria chuica.”

Su recuerdo aviva el mio, y lo que dice haber oído de Xosé, un lobo de mar, yo sabia que ocurría por la boca de algunos que rescataban objetos de la playa   después de algún naufragio marinero. En una ocasión naufragó un barco americano y a la playa de estorde llegó un cadáver. Alguien, deseando conservar un anillo de oro, resolvió cortar el dedo del naufrago. Pocos días después, una flota de acorazados americanos se postaba en frente a la playa de estorde, daba para verlos desde Brens. El alcalde de Corcubión, organizó una fiesta para recibir los marineros americanos. Aquel día yo me sentí muy feliz, pues percibí que no había ningún competidor americano para arrebatarme la chica que a mí me gustaba y ella no lo sabía. Bailamos, hablamos, transmitimos nuestras preferencias gastronómicas e hicimos proyectos para el futuro. Fue un momento eterno. No había nadie en la plaza, la fiesta había terminado por ausencia del convidado, las luces se apagaron y los dos, María y yo, quedamos conversamos en el tablado de un pequeño palco, teniendo por esperanza el futuro y por testigo el murmullo de la fuente de la plaza de Corcubión.

jueves, 13 de diciembre de 2012

Sombra negra



Fai meses que ando pela obscuridade da vida.

Já não sei se caminho morto ou transpiro vivo pelo lastro que puxeran na cova da minha existência.

O buraco é moito fundo. Non as vexo, entrementes as sinto: moitas miñocas perfuran a terra para oferecerme a sensação de que, ao senti-las, eu poida afirmar, com a inteligência de um antigo orador, de que, habendo cheiro, um está vivo. A morte é um estagio posterior no qual neñun sentidiño se activa, porque o fedor, ao perder a alma, tambén perde a capacidade de estimular as narices de calquer semellante a fuciñar os meadros  em trevas, rumbo da rumba final, que todos, sem excepción, aberemos de tocar em algum momento da existencia.

Hubo un principio em el que todo era infome e vacio. As trebas cubrían o abismo. Un vento morno ondeaba as augas do océano. Ahí apareceu Nonseiquem para ordenar:  Leven luz aos oios do neno. E o neno pasou a ver como as trevas desvanecian. E o galeguiño vio que ver era coisa boa, e pasou a gostar de tudo que via.

Facendo vista buena a todo que veia, o neno pasou a ver de dia o que outros non vian na noite, e durante a noite soñaba como haberia de ser o outro dia. Por esta arte do sentidiño formal da visión, o neno foi aprendendo, e crecendo. Em terra firme creia saber navegar. Em augas turbulentas creia saber cavalgar a rienda solta. Prantou vegetales que daban semilla para a gloria da reprodución, millo para ser moido nas muelas das escavanas e, a seguir, na quentura de um forno, se transformaba em um delicioso pan de broa que podia ser comido cando a fame apertaba o bucho em desaroio.

El niño vio que todo ló que hacia era bueno. Y así fue pasando el primer día de su niñez. Después llegó el segundo día en el que se creía un mancebo y, sin percibirlo, pero registrando por sus ojos todo lo que a su alrededor pasaba, fue pasando toda la juventud en perfecta asociación con los demás sentidos. Ningún otro sentido se mostraba celoso o resentido con el duplo sentido de la visión, este tenía el don  de un ángulo recto por la izquierda y un otro tanto, todavía más recto,  por la derecha; ambos contribuían, sin ninguna imposición del órgano central, a mantenerme en la paz  de un fértil y plácido llano. Y así, viendo como era bueno, me fui sosteniendo en el espacio vigilado por muchos otros ojos, de muchos colores y razas que habitaron mi entorno.

Era para mí la vida entera,
Como un sol de primavera,
Mi esperanza y mi pasión.
Sabía que en el mundo no cabía
Toda la humilde alegría
De mi pobre corazón.
Ahora, cuesta abajo en mi rodada,
Las ilusiones pasadcas
Ya no las puedo arrancar.
Sueño con el pasado que añoro,
El tiempo viejo que lloro
Y que nunca volverá…


Decía yo, al principio de estas bien trazadas líneas, que voy caminando por la obscuridad de la vida. Hace meses penetré en el interior de lo que a mi parecía un corto túnel. Entré en él ligeramente entubado por una pequeña picada en el dorso de la mano izquierda, por allí se había de introducir un anestésico para una operación militarmente indolora. Pero como jadea la cierva, tras las corrientes de agua, así jadeó mi vista en pos de la luz. Y el humor vítreo, deseoso de cantar alegría, se precipitó con un grito de dolor para alertar todos los demás sentidos de la introducción de un elemento extraño, antes ignorado por la izquierda y siempre indeseado por la derecha. Yo vi, resucitado de la anestesia, como cortaban el cristalino del ojo izquierdo y se acomodaba el derecho para que no lo cortasen también. Como una picada de alacrán, el punzón introdujo su cuerno en la córnea, damnificando su capacidad de refracción. Al día siguiente, cuando retiraron las vendas del ojo izquierdo, la sensibilidad inervada mostraba el vuelo de asas de cucaracha. El humor se hizo gélido, afectado por la acuidad de la lágrima y colirios receptados para proporcionar el retorno de la cultura, antes muy bien iluminada por el foco del monitor y siempre alimentado por la caja de cultura universal, que se alberga en el interior de una insignificante máquina digital.

Hoy vi una luz. Ávido por interpretarla, desde el estado central ordeno al pelotón de diez dígitos para que marchen por la llanura del tinglado digital. Les pido para que salten bajo el comando bipolar de los ojos de mi cara. A la córnea exijo total transparencia para que permita el retorno de la luz. Me obedece sin hesitación, pero el iris y el cristalino son afectados por exceso de luminosidad y el nuevo iluminismo entorpece la visión de todo lo que el estado central  desea ver. Consulto mi asesor cirujano, y este, desde su ministerio médico, recomienda el goteo de suspensión oftálmica, un agente antidisturbios con porreta cortecosteroide. Ha funcionado desde la primera dosis como un corta dolor. Pero como la transparencia cristalina del nuevo ojo es absoluta, el exceso de iluminismo provoca algún descontrol en el chip del iris y una borrasca aparece para obscurecer la tocha que vi clareando el túnel, y a mi parecer, por capricho de mi voluntad, siempre adherente al buen optimismo, creía entender que un poco más adelante estaba el fin del agujero negro y, finalmente, el autonomismo de la función ojeadora sería recuperada para el bien general del cuerpo total. Infelizmente todo se extravía, cada cual en su carrera, como caballo desbocado en faena de guerra.  Mis ojos se cerraron y el mundo sigue rodando. Se apagan los ecos de mis recuerdos y brilla una luz celestial. Es dulce, piadosa, me hunde en el quebranto. Lágrimas borradas se niegan a brotar, no dejan ni el consuelo de poder llorar.

“Por que sus alas tan cruel quemó la vida!
Por que esa mueca siniestra de la muerte...
Quiero abrigarme y poco puede mi suerte,
Como me duele y se ahonda mi herida.”
Yo se que ahora vendrán cosas extrañas
Como sombras de tormento.
La vida es mentira, negro es mi lamento.”