martes, 18 de diciembre de 2012

SEPARACIÓN


Psiu!... silencio… Hablemos bajito para que nadie nos oiga. Hablemos una lengua minoritaria para que las mayorías no nos entiendan. Separaremos la cabeza del cuerpo y daremos libertad a todos los órganos para que cada uno viva a lo suyo: ojo izquierdo, a su modo; el ojo derecho que mire como le plazca; expulsemos por la boca todo que por ella entra y tomemos por el culo todo que este crea que es su derecho.

Los deberes para los seres de buena voluntad y para aquellos que crean que vivir en paz y razonablemente organizados es un pensamiento de menor riesgo y pueda parecernos ligeramente útil para salvar el límite que por la derivada del tiempo se produce al nacer: una expectativa optimista media, digamos, de ochenta años. Una media que unos quieren elevarla a la edad de nuestro padre Adán y otros hacen lo imposible para que no alcance la edad del hijo divino: paradojas del absurdo del milagro de la vida.

Desde el nacimiento, pasando por la primera infancia, la niñez, la pubertad, la edad adulta y el progresivo envejecimiento hasta la ancianidad, la expectativa de vida al nacer es de más de ochenta años, pero, por la media de los pollos que algunos comen y la ciencia matemática los reparten entre los muchos que ni los huesos chupan, la edad media de los españoles va por el orden de la cuarentena, un pellizco menos para los hombres (39,6 años) y un ligero soplo a más para las mujeres (42,2 años). Una enorme distancia para quien es niño, una insignificancia para quien es adulto y una enorme angustia para quien se atreve a enveredar por los retorcidos meandros de la estulticia añera.

CiU y ERC, ¡que siglas tan extrañas para un peligroso proyecto político de uno de sus dirigentes! Convergencia en algún punto del tiempo tiene por límite la unión de dos líneas, derechas al punto y no paralelas, evidentemente desde que ambas caminen por un mismo plano.   Dependiendo del sentido con que el ojo mira estas dos líneas, principalmente si lo consideramos puesto en el punto de pacífica calmaría, como el ojo del huracán, las líneas se alejan en tormentoso conflicto, mandando por los aires todo y a todos que a su paso se interponen.

Después de la segunda guerra mundial un viento transmontano con fuertes olores de unión se espació por toda la geografía del hasta entonces considerado Viejo Mundo. Todos que vislumbraran tan difícil ideal ya han emigrado a otro plano, del que nadie, aquí en el conturbado plano terrestre, tiene  noticia, tal vez porque los partidos del más allá sean extremamente discretos, tal vez sean más austeros, o, ¿quien lo sabe?, un poco más que el señor Mas del nibelungo catalán no sabe explicar.

El mundo político del año 1931 nada tiene de comparativo con el mundo político de los años actuales.  Todo era diferente, la vida era diferente, las personas eran otras y la esperanza de una España mejor necesitaba ser reconstruida. En aquellos tiempos algunos grupos de personas se unían para copiar lo que había ocurrido en las sociedades españolas de ultramar. Mucha gente involucrada en aquel proceso parecía exhibir un bienestar superior al habido bajo el mando del gobierno central. Por el pensamiento de los fundadores del ERC, en aquel entonces afloraba en los catalanes un sentimiento de emancipación social y nacional, supuestamente asfixiada en su ideal democrático por el desfecho militar en el año 1939.
Este sentimiento fue encausado convenientemente por Convergencia i Unió bajo la presidencia de Jordi Pujol, uno de los artífices de las autonomías (regiones federadas en un estado de nacionalidad española)

Hoy vivimos en un estado de legalidad democrática. Muchos problemas que debían ser eliminados continúan latentes. El desempleo rueda como una bola de nieve y, si nadie la para, la avalancha será desastrosa. Hasta ahora nadie ha formulado los medios para contenerla y lo que se ha hecho en nombre de supuesta austeridad va contribuyendo para hacer de la marca España un instrumento de recusa de lo que pueda salir de España, pues es muy difícil creer en la competencia de ciudadanos que no tienen en su conjunto la capacidad de hacer productiva un cuarto de su fuerza de producción y destruye la ilusión del 50 % de su juventud, manteniéndola totalmente desamparada.

Pero esto y mucho más no se arreglan con fraccionamiento de la nacionalidad española: Barcelona, arengando sus paisanos para iniciar una nueva etapa fundamentada en el derecho de buscar el progreso social, el desarrollo económico, el fortalecimiento democrático el fomento de la cultura y una lengua propia diferente del resto de la región catalana, busca su independencia para convertirse en una ciudad-estado.

Que es lo que impide al señor Mas y al señor Uriol de trabajar en pro de tan nobles objetivos. ¿Conseguirán los barceloneses vivir aislados del resto del mundo y evitar alguna que otra derrota del Barcelona? O mismo, para probar el beneficio de su independencia, ¿será capaz de dispensar Lionel Andres y clamar a los cuatro vientos la fuerza y el poder de la raza del Barcelona F.C.?

Mucho me temo que tal odisea en los días de hoy será una cruzada con probabilidad nula de resultado feliz. Sin duda, los mossos de escuadra reclamarían que para dar palo es necesario que el paleado entienda el objetivo de la mano dura, y para gobernar a quien tenga que pagar tributo necesario se hará imponer el código de una lengua hablada y escrita común. Mira por donde, los barceloneses ya dominan esa lengua común y por tal milagro pueden entenderse con los araneses  y demás españoles de Cataluña.

De momento, el bipartito arenga un absoluto sinsentido, una especie de ladrido para molestar el sosiego del estado de gracia absoluto del pp.
Veamos si me engaño:

1.- Formularán una declaración de soberanía del pueblo (¿soberanía del pueblo o de los señores mandamás de los respectivos partidos?)

2.- Incorporar enmiendas que se consensuen con la finalidad de aprobar una ley de consultas iniciada en la anterior legislatura.

3.- Iniciar un proceso de negociación con el poder central, al que constitucionalmente está subordinado el poder autonómico, para convocar un referéndum y seccionar una parte del todo español y, así desmembrado, pueda correr mas y mejor el trozo separado.

4.- Criar un consejo nacional -¿de qual autonomia local? - Para asesorar el bipartito (entiéndase procesar las órdenes de mas y uriol) El consejo deberá favorecer las decisiones adoptadas por mas en su derecho a decidir el huno por todos los españoles.

5.- CiU y ERC se comprometen a trabajar todos los procedimientos formales, jurídicos e institucionales posibles para estar en condiciones de obtener un marco legal que ampare España delante de la secesión de uno de sus más importantes miembros.

6.- Finalmente, se convocará una consulta al pueblo para que un trozo del cuerpo nacional se convierta, por reproducción asexuada, en un nuevo estado español.

Sabemos por el historial de la corriente derecha, que el nuevo estado español, como parte del todo, será una, grande y libre para ser gobernado por la gracia de dios. La corriente que fluye por la izquierda dirá todo lo contrario: mejor muchas, pequeñas y desunidas para gobernar mas y uriol.

Para mi consuelo, creo haber trovado bien bajito para que nadie me escuche y ninguno me entienda. Además, por si las moscas rondan mi teclado, escribo con lentes obscuras para que no vean la faz de quien ecoa tanta locura.

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