lunes, 24 de diciembre de 2012

FELIZ NAVIDAD


É NADAL

Es dia para decir todo loi que queramos decir. Es dia para recordar preferentes de ocurrencias pasadas en el año que se acaba. Y por ahí nos invade el hechizo de la miserabilidad advenida de la esperanza que habíamos en los frutos de las preferentes y , ahora maduras, se atascan en la garganta como espinas agudas, prontas para dilacerar los ductos por los cuales algunas consigan resbalar. Pero esas espinas del mundo financiero no son los peores huesos que debemos roer en el nuevo año, que empezará cuando la pelota que todos queremos chutar complete la enésima vuelta alrededor del astro Sol.

Estamos en el quinto año de lo que ya podríamos llamar gobierno de la crisis más sospechosa de la historia de nuestra galaxia. Crisis advenida en el apogeo de la capacidad productiva, con inversiones a destajo en automóviles a diestro y siniestro, en comilonas con aire de majestosa nobleza, abochornada con vinos de calidad y humos del puro humedal habano. A nuestro parecer poca cosa nos hacía pensar que éramos frágiles delante de una invasiva austeridad, austeridad que fue penetrando como virosis ensandecida por todos los poros de la piel y va instalándose con fuerza de ocupa en todos los órganos, amenazando en menos de un año poner en jeque los órganos vitales.

Nos piden esfuerzo, ilusión y esperanza. Sabemos que la esperanza es la última a caer. Ella se derrumba cuando la ilusión fallece y en su lugar surge el demonio de la frustración. Con la mirada absorta en el futuro y los oídos deseosos de escuchar buena música, el viento ondula palabras insuflando el sentimiento de que es necesario hacer esfuerzo colectivo para juntos salir adelante y, aunque por inacción no consigamos dar más un paso, moriremos diciendo que intentamos mejorar la situación sin haber mejorado absolutamente nada.

La vida moderna es colectiva, socialista por exigencia de la sociedad en que la vida humana y también la animal se integran. La vida puede ser socializada por comunión de un grupo de personas, los gallegos en su ambiente geográfico o españoles en la circunscripción ibérica. Podríamos incluso ampliar los beneficios del socialismo aumentando la abrangencia del espacio de la Unión. Por el esfuerzo colectivo, podríamos construir, por ejemplo, la Unión Europea, la Unión Mediterránea, la Unión de los países del Atlántico e incluso, si a alguien le pareciera original, podríamos inventar la Unión de las Naciones Unidas. Todo sería bueno  si la capital de tan colosal imperio se ubicara en el junqueral de mi querida tierra.

Pero la vida jamás se capitaliza, ni siquiera por la criogénesis. Adviniendo la navidad, la vida sigue su rumbo sin cualquier posibilidad de ahorrar un año para consumirlo en los años que le siguen. La vida no es capitalista. La vida es socialista y tiene su fundamento en la unión social de dos personas, de género opuesto, verdad, pero que se complementan. El capitalismo está ahí imponiendo criterios para romper esta singular verdad. Ha roto la unión de dos personas dictándoles el ejercicio  de trabajos bajo la ilusión de que ganarán vida. Después destrozan aquella ilusión mostrándoles  que separados no son nadie y lo único que algo significa es el alma de un monte de papeles que, evidentemente fuera de la ilusión, absolutamente nada valen.

Con castañas calientes en el rigor del invierno la ilusión se enerva y la esperanza se renueva,  por lo menos en cuanto dure la digestión de tan sabroso fruto, ofrecido por la naturaleza y recogidos por mí en días de frio invierno de los años de Aznar, en el bosque del colegio Fernando Blanco y asados por el calor de mi esposa en un modesto piso de la pena.

Pero ni siempre las cosas son como parecen. Pedir a un joven desempleado que tenga ilusión y esperanza en el futuro puede parecer bueno, pero si ese pedido no se concretiza en un intervalo corto de vida (inferior a una estación) es de esperarse que el desespero vendrá y el pedido de nuestro querido patrón de la xunta tendrá el mismo efecto que tendría si pidiese a un jugador de billar que acertase casapa fustigando la bola con una cuerda.

No hay comentarios:

Publicar un comentario