viernes, 28 de diciembre de 2012

EL TRATO CEGADOR


Discrepo con veludo y cetin, amigo Alfredo, de tu afirmación  de lo que  es actual, en la actualidad,  dura pocas horas. Según la RAE, el periodo actual apareció hace unos pocos ocho o diez mil años y muchos rezamos para que la tierra menee el rabo por otros tantos años, con Mas o sin él. Otra cosa, que también no es muy diferente de otros tiempos, es la transgresión voluntaria de lo que quisimos ayer y hoy, por falta de lo que es debido o por exceso de quien nos aplica el deber, sumergimos en un desordenamiento del que ya conocemos algunos precedentes, y los cien mil hijos de San Luis intentaron corregir a la manera de un Francisco primero, que no sería el único en nuestra historia, sin darse cuenta que un retratista Goya volcaba sobre las telas la calamidad de su impresión. Luego, observando las diferencias y mantenido constante todo lo resto, podemos afirmar que todo sigue igual y nada se ha creado, pues lo que parece distinto es una aberración de lo que antes era igual y en la actualidad parece transformado. Así que de huída, nada. Y nada, aunque reiteremos repetidas veces, es absolutamente nada.

El machado cuando cae pesado sobre el leño hiere la corteza y pasa a exhibir la habilidad y el talento habido en su interior. La brisa susurra cosas en mis oídos, el viento clama los misterios de la vida y el huracán enfurece los elementos para que lancen chispas sobre nuestras cabezas. Y todos corremos hacia donde creemos haber algún refugio. No encontramos amparo adecuado a lo que buscamos, porque el refugio no existe. Si existiera, otros ya lo habrían encontrado  y en sus ojos no habría lágrimas, del sudor harían vino y de la mar saldrían peces cocidos o asados al gusto del refugiado.

No es tiempo para dar consejos, preciso es venderlos. Para quien cree que es bueno tener un banco malo les diré con el alma en la mano que mucho mejor será tener empleo malo y no un desempleo perfecto, pues es a sabiendas que el paro es oriundo del desdeño de la política mala y si ésta en su primer año va trepando suceso, en su límite nos ocupara a todos, pues será suficiente ser sus parientes, obtenido el parentesco por un ganancioso matrimonio con el buen interés de la intermediación plena.

Que será un buen nombre, mi señor? ¿El sonoro nombre de Heitor Villa Lobos, compositor del modernismo brasileño, inspirado por el choro musical de la pluma retorcida en los bares de Rio, y hoy espejada en el club tortura del lápiz feroz de la crítica que boga en la actualidad de estos otros días?. O será Lacerda, miembro de la UDN, descendiente de emigrantes portugueses, de nobleza açoriana, señores da Feira e dos Lacerdas, descendentes dos reis de Castela e León  e dos de França.

Como podemos ver, mi muy estimado Alfredo, por la mala vista del bo rego  también corre cultura de calidad, algo recesa pero de eterna actualidad, como el trato de Amalia.

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