martes, 20 de octubre de 2009

ABORTO DEL BILINGUISMO

Aborto del bilingüismo

Mi muy señor mío, muchos son los asesores que asesoran vuestra señoría y de tal modo, este vuestro gratuito consejero, a quien no le falta gallada de cabra macho ni vuela con pena de urubú, se las come verde para tergiversar en los elementos que sostienen vuestra serena majestad en el poder de la siempre eterna Galicia.

Son conocidas mis ideas a respecto de dos lenguas habladas en el seno de una pequeña comunidad. Si corremos hacia los orígenes prehistóricos de nuestra civilización, podemos observar, con mucha tristeza, la angustia de una familia viendo un hijo, perfectamente uniformizado, hablando una lengua que, por las características adventicias de su sonoridad e incomprensión del significado, atemoriza otro hijo que huye pavorido no de su hermano y sí del simbolismo agresivo de dos elementos combinados: el uniforme con sus correspondiente pertrechos de guerra y un ronco extraño en la voz, íntimamente asociado con el peligro que representa.

Ese debía ser el sentimiento de los visigodos de la meseta cuando se encontraron con la cultura moderadamente invasiva de los suevos del noroeste celtíbero. Un sentimiento extremamente perturbador, si lo analizamos al amparo de la monótona y desprotegida geografía del altiplano ibérico. Se desbocaba el latinismo romano a favor del empirismo fonético del sabio gallego, encontrando, en las corredoiras de regos trazados por la lluvia y el paso trashumante del bárbaro peregrino, la fe ciega por existencia de un paraíso, donde descansaba el sol en remansos de la fértil lluvia, formando el caudaloso mare nostrum tan admirado por griegos fenicios y romanos.

Política y cultura, mi señor, son conceptos mal adecuados a andanzas de manos dadas. Frecuentemente, puestas al lado una de la otra, se miran de reojo, de cabeza inclinada, en mutua sumisión de derechos y obligaciones, disputan falsa harmonía por la discordia heredada de Iris, las mentiras de pseudologos, las ambigüedades antilógicas, la disfonía corporativista a marcar graves problemas para la convivencia patricia.. und so weiter.

En Madrid, curas y políticos se han unido en majestoso abrazo para negar cura al martirio de una gravedad indeseada. Dicen que hay que preservar el derecho a la vida de quien no ha nacido en el sentimiento de su pobre madre. Son los mismos que nunca se interesaron por las vidas que claman justicia ante el azar del desempleo; los mismos que te arrancan el pez, rotan las espinas y te acusan de perezoso, porque no trabajas, y perdulario porque no contribuyes voluntariamente con lo que te imponen.

En Santiago, una estrella roja y solitaria se imputa sobre la lengua azul que nos atraviesa como hipotenusa en clara oposición al blanco rectángulo de la paz. Veo, mi señor, el simbolismo de una fraterna disputa, arbolada por sofismas que sostienen lo imposible de una falsa causa, a sostener los músculos milongueros de dos lenguas, sonadas en compas de dos por cuatro, en bocas alimentadas por un único idioma.

Señor, mi consejo de gurú inveterado es que vostede no se preocupe en demasía por los ruidos de la calle. Ellos, en su capacidad sonora, impresionan nuestro oídos, es verdad, pero no menos verdad es que el murmullo en los estadios, exordio del ánimo partidario, expresa, sin más causa que el natural regocijo de las partes, el deseo de haber participado en el brillo fulgurante de un singular juego, en un particular día dedicado a la supremacía de la vanidad, en grado mucho más elevado que al aborto y bilingüismo nacional.

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