Báculo presidencial
La moderna economía, en el entender de Stephen Nathanson, conforme explica Emitai Etzioni, para alcanzar un estado de justicia económica, se fundamenta en tres criterios: Productividad, Libertad y Abandono.
El capitalismo ha probado ser una poderosa máquina cuando se trata de crear riqueza. No obstante, el capitalismo, sea causa de un alto grado de desigualdad entre las personas, no es visto incompatible con el principio de abandono, porque la desigualdad refleja el hecho de que algunas personas ganan más que otras, debido a que trabajan mucho más y consiguen economizar para investir y así aumentar sus ganancias.
El capitalismo fracasa en la habilidad de promover satisfacción al sentimiento de abandono. El socialismo tiene por interés erradicar tal sentimiento, pero, siendo mucho menos productivo, consigue agregar menos riqueza al bienestar de las personas y, al promover distribución de bienes con más grandeza que la propia producción, el capitalismo consigue incrementar el sentimiento de abandono, haciendo que ambos sistemas parezcan idénticos en la zona de intersección de sus círculos.
El profesor Nathanson vislumbra un tercer tipo de sociedad; una sociedad que consiga proveer bienestar mejor que el capitalismo pero con la distribución de recursos orientada a las demandas por el concepto de abandono. Tal sistema presume que toda persona es candidata a un padrón mínimo de vida y debe ser atendida en sus necesidades básicas. Por encima de este padrón las personas están libres para conseguir más y mejores servicios.
El gran desafío depositado sobre el báculo presidencial es conseguir un estado de racionalidad compresible a un gran número de personas y evitar que el sentimiento de abandono se extienda a las clases privilegiadas. Es una tarea difícil de conseguir porque, en la visión macroeconómica, cuando el paño no cubre todo el cuerpo, alguna parte quedará expuesta a los rigores del clima. En tales circunstancias, el consenso ayuda a adquirir conciencia de sacrificio social, siempre en la esperanza de que se resuelva, en plazo medianamente admisible, el sentimiento de abandono de la parte descubierta a los rigores del azar.
Gobernar tiene muchos significados y entre ellos el de imponer a alguien alguna cosa. Gobernar es también abrir un futuro de esperanzas y la esperanza es algo propio que no se impone. Hay los que piensan que gobernar es mantener el gobernado continuamente ansioso por algún problema y de este modo, cuando no hay problemas, el gobernante se los inventa (ejemplo típico lo tenemos en el encuentro de las Azores)
Los impuestos son un medio que el gobierno dispone para orientar el estado de economía de un pueblo. Impuestos bien ideados y mejor aplicados significa un ligero aprieta de cintos a los poderosos y un tampón provisorio en el culo de los oprimidos. Y es por tal pasodoble que en ritmo de opulencia crece la sensación de vacio en la sociedad del Abandono. Cabe al señor Zapatero empuñar el cayado y evitar baculazo por desorden de la sociedad que dirige.