lunes, 19 de septiembre de 2011

Manuela Insua Dominguez

Hoy me siento un poco más triste que de costumbre. Manuela Insua Dominguez era una señora encantadora. Me acuerdo de ella desde el primer momento que subí las escaleras de la Puerta del Sol carreando un caldero de agua. Al ver mi esfuerzo, quiso ayudarme dividiendo el peso. Delante de mi recusa, con un sonriso de complacencia la recuerdo  comentar con otras señoras que retiraban agua de la fuente del crucero: “Este niño parece un hombriño de tan esforzado que es”.

Estoy seguro que sus hijos, amigos míos de infancia, a quien expreso mis más sinceras condolencias, sentirán mucha falta de ella. Mi alma estará presente, junto con vosotros, en la ceremonia del acto funeral.

Ramón Araujo Rego

1 comentario:

  1. Muchas gracias Ramón, de parte de su familia. Nos gusta que se tenga ese recuerdo de ella.

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