martes, 6 de septiembre de 2011

MENTIRA


Mentir es comunicar algo contrario a lo que se piensa, se cree o se conoce. Prevaricación es actuar con falsedad y falta de probidad, que otra cosa no es sino falta de rectitud de animo e integridad en el obrar (Real Academia).

Buscaba yo definición precisa para la mentira con la cándida intención de saber como yo patino en ese terreno, lameado por la grasa de una palabra peyorativa, que tanto me asusta cuando pienso que se pueda atribuir a los conceptos que a miudiño se forman en mi mente. Esa preocupación nació algunos segundos atrás, después de observar algunas manchas blancas en mis dedos y descubrir que los científicos de la Real Lengua Española se refieren coloquialmente a ellas como mentiras, mentiras blancas.

Pienso que el sentimiento de ambivalencia es algo propio en el sentimiento de todos los animales, incluyendo el humano. Amor y odio coexisten en modo permanente o en forma transitoria y son emociones opuestas que se juntan en el concepto de la ambigüedad, muy propio de la lengua que puede ser articulada de infinitas formas para arrancar de ella opuestas interpretaciones, siempre al gusto de lo que se quiera entender: certezas, dudas, incertidumbres. Entre otras consecuencias, la hesitación aparece repitente, con nerviosa vacilación, delatando escrúpulos delante de la reluctancia o frente a la decisión. El escrúpulo es una enredada de la conciencia que tensa el ánimo dejándonos inquietos y desasosegados, a veces sin cualquier razón fundamentada, otras, con la debida sensatez delante de una respuesta que puede desencadenar consecuencias incontrolables.

La mentira viste siempre los hábitos de la verdad. Es una verdad engañosa, objetiva formar la opinión de otros, algunas veces con buena intención para conservar reputación o secretos de indeseada divulgación, otras, para evitar castigo por alguna acción socialmente punible.

Existen algunas mentiras que la ley considera particularmente graves, como fraude, perjurio y difamación. El perjurio es una verdad que pone a Dios por testimonio pero los jueces entienden que es mentira (mentira que algunos hacen prueba porque no es verdad, otros, porque la deducen de sus instintivos razonamientos). Fraude es una acción contraria a la verdad, produce prejuicio por confabulación de intereses que se contraponen. La difamación ocurre cuando, por palabra o juicio escrito, se inviste contra la fama y opinión de alguien buscando desacreditarlo.

No terminan por aquí las muchas formas de abordar la mentira que se puede hacer por todos los flancos de la verdad, que otra cosa no son sino flancos de la propia mentira. Se atribuye al germano Adolfo la expresión Gran Mentira para explicar que por el tamaño se vehicula cierta fuerza de credibilidad, porque es en la gran masa que se observa como la naturaleza emocional se corrompe por la inconsistencia de su voluntad. Acostumbrados a pequeñas mentiras, y con sólida vergüenza de recurrir a la gigante falsedad, esa enorme masa es constantemente acosada en la candidez de sus mentes para ser objeto de una enorme mentira,  en la que creerán simplemente por el hecho de que ellos, nosotros, la masa,  jamás resbalaría por los meandros de tan absurda verdad.

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