lunes, 19 de diciembre de 2011

INVESTIDURA


Quien elige el presidente del gobierno es el rey por intermediación del Presidente del Congreso.

Así lo dice el articulo 99, “ … el Rey, previa consulta con los representantes designados por los grupos políticos con representación parlamentaria, y a través del presidente del congreso propondrá  un candidato a la Presidencia del Gobierno.”

El candidato propuesto para ser elegido presidente deberá exponer ante el Congreso de los Diputados  el programa político del Gobierno que pretende formar. A final de la exposición, el candidato deberá solicitar la confianza de la Cámara.  En el caso presente de la décima legislatura, un pedido humilde de confianza, siguiendo a un austero prólogo, abrió la sesión de investidura.  

Desde el 20/N vivimos dominados por una intensa emoción de saber quien el rey iba escoger. Todavia mucha más tensión provocaba la duda por saber si el Congreso daría confianza al elegido del Rey.

No hubo sorpresa. En el juego político del reino de España, juguemos como queramos la moneda, ella siempre cae con la corona arriba y la cara a sus pies y esto no permite cualquier duda sobre la contundencia de los resultados electorales, punto y aparte de todos los indignados.

Dos son las directrices fundamentales del nuevo gobierno. Constituyen la piedra angular lanzada  sobre el aire de la dehesa castellana. Estimular el crecimiento y potenciar la creación de empleo.

En el escenario global todo está cambiado. No podemos continuar a ignorar lo que hasta ahora ignorábamos que pasaba fuera de España. Tenemos que volar lejos y más alto, atrás de las sociedades dinámicas y económicamente solventes. Para pagar nuestra deuda será indispensable que demos labor a esos más de cinco millones de parados. Ahora será mucha más fácil ya que hemos retrocedido al año 2002 y por tanta experiencia acumulada sabemos como llegar a los días de hoy, de aquí a diez años. Será un viaje sombrío, por cierto. Necesitaremos 77 mil millones de ahorro ajeno para pagar el billete de ingreso en este largo paseo. Lo haremos abanando el pañuelo con recortes de 16.500 millones en el déficit de 2012. Haremos bien lo que haya que hacer a todo momento. Con aplausos o sin aplausos no formaremos parte de los problemas de Europa, seremos siempre parte de la solución. Ayudaremos los ingleses a establecer su nórdica estabilidad presupuestaria, diremos a los alemanes como deberán hacer para sanear su sistema financiero y el resto del mundo mirará admirado como juega el Barcelona con la competitividad de sus reformas estructurales.

Más austeridad con más eficiencia nos permitirá llevar estabilidad y flexibilidad a las empresas. Será la estrategia global lo que dará eficacia  al ciclo que iniciamos ahora, y se extenderá a lo largo de los próximos cuatro años.

Aplaudan el aumento de las pensiones, pues será el único derroche de gastos que haremos a partir del huno enero; lo demás serán cortes del tipo a que ya estamos acostumbrados a observar por el paso que somos obligados a llevar todo nuevo inicio de año.

Tendremos menos leyes, pero serán mucho más eficaces, como lo eran en otros tiempos cuando sabíamos que todo era prohíbo salvo si existiera una ley que dispusiera lo contrario.

Finalmente, y entiéndalo como siendo lo mejor de lo que digo, nunca más habrá españoles buenos o malos. Con esfuerzo, tenacidad y confianza todos seremos iguales. Igualitos en los ojos, igualitos en la nariz, igualitos en la boca y, para no casaros más, todos tendremos una única lengua. y será igual para los que somos más o menos iguales y servirá  para que se entiendan entre si los peores buenos y también lo mejores malos, en cualquier momento y no apenas en el momento de la investidura. Amen.

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