miércoles, 22 de abril de 2009

CELTAS ABORDO

¡Qué caballo! ¡No tienen padrino!

En mis tiempos de niño, sorprendía con mucha frecuencia un austero adulto expresar chulas palabras del repertorio galaico, dichas para reforzar un pensamiento libertado del clásico impositivismo de las reglas del buen hablar. Había por aquellos idos una censura natural compartida entre el que hablaba y el que pracerosamente escuchaba. Habiendo niños, niñas o señoras con capacidad auditiva, disimulaban ciertas expresiones consideradas, por la iglesia el gobierno y autoridades docentes, indicios de poca cultura. Todavía hoy, en el mundo moderno de un gigante país, ciertas palabras de uso comunizado por la real lengua gallega, harían ruborizar cualquier adulto sorprendido por la sonoridad expresiva de un auténtico carallo! Y no digan que por aquí andamos muy atrasados, pues yo les diré que nos es muy difícil predecir el futuro de Galicia reflexionando lo que por aquí ha ocurrido hace veinte o treinta años.

Vivimos oliendo el rescaldo de unas elecciones que poco o nada han tenido de democráticas. Habrá mucho que hacer para emerger de la prehistoria del conservadurismo celta-galaico. El estridente sonido de la gaita gallega no necesita el refuerzo de acusaciones espurias por supuesta existencia de ignorantes fieros y duros, imbéciles y oscuros hijos de Breogán, que siempre los hubo y sin duda continuará habiéndolos.

No alabemos lo que todavía no se ha hecho. Sabemos que las palabras son capaces de alterar expectativas de quien las escuchan, pero ni siempre se traducen en realizaciones de quien las pronuncian. Hábitos culturales son muy difíciles de modificar a corto plazo, y ya sabemos que a largo del tiempo estaremos todos muertos.

Un organograma es un instrumento técnico para facilitar la visión de un administrativo y define como y a quien recurrir cuando típicos problemas se ponen de manifiesto. Un organograma, por si mismo, no resuelve absolutamente nada. Serán las personas que componen ese organograma los autores por posibles planteamientos de problemas y su recurrente solución. También sabemos que a cada cabeza corresponde su propia sentencia. Luego, la unidad de pensamiento de un apostolado en torno de su líder casi nunca tiene final feliz, porque parte de una proposición infeliz, sencillamente realizable por la mano de un genioso y gentil escritor. En principio, un número pequeño de liderados reduce el roce de naturales conflictos provocados por naturales formas de ver la normalidad desde determinados puntos de enfoque. No obstante, será muy conveniente para la grandeza de Galicia que se sepa como estos señores piensan y cuales son los factores que los motivan a querer ayudarnos en la resolución de los problemas que nos tensionan. Caballo manco, garañón de su propio destino vale un carallo , sin padrino no lleva futuro, aunque navegue a bordo de un celta flipado, este vuestro servidor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario