lunes, 27 de abril de 2009

GRIPE PORCINA

Sobre recomendaciones para el tratamiento, he encontrado interesantes informaciones en el sitio 

ww.cdc.gov/flu/swine/recommendations.htm.  qué yo recomiendo para relativa tranquilidad de mis lectores.

No entusiasma el mensaje de tranquilidad a los gallegos fundamentado en una arriesgada constatación de que no se han identificados (por ahora) casos de gripe porcina en la Comunidad gallega. “Estamos en buenas manos”, “no crear alarma y sí ser cautelosos” pues “no deja de ser una gripe” muy sencillamente letal y que ya se ha llevado a la tumba una centena de despreocupados hermanos mejicanos.

La conselleria de sanidad no tiene constancia de ningún caso sospechoso de gripe porcina en seres humanos en Galicia. Todos tranquilos. Céteris páribus, estamos los gallegos blindados, con razones del joven gobierno, contra la belicosidad de ese virus mutatis mutandi, muy inteligente en lo que debe hacer para humillar desde su insignificancia dimensional al mayor y más poderoso país del mundo y que ha provocado que la Secretaria de Seguridad Nacional de los Unidos Estados no se haya  detenido en pelos de la lengua para declarar el actual estado como una situación emergente para la salud pública.

La alarma es un estado de prevención, disuasivo para muchos ataques potenciales. En Galicia puede ser causa temida por causa del descalabro de la sanidad. El más común de los sentidos nos dice que al menor síntoma de un abalo debemos correr hacia un descampado y esperar a como se desarrolla el suceso. A las autoridades cabe organizar los medios de protección y dar conocimiento a las personas sobre la fisiología  y estrategias de la fuerza invasiva. Urge, pues, que ellas sepan como hacerlo y que sepan como transmitir ese conocimiento a los ciudadanos que corremos el riesgo de ataque.

Los virus de influencia porcina no se trasmiten por ingestión de alimentos, si estos han sido manipulados y cocinados de manera adecuada (temperaturas internas de aproximadamente 71° ). A semejanza de la gripe aviar, el virus desgarrado del pacífico puerco resuelve abandonar el inculto cuerpo y, en la nave de una sonora tosida o una discreta secreción, se instala en el interior de un buen abastecido cuerpo humano, desde donde tendrá segura su propagación por el principio de creced y multiplicaros para gloria del H1N1 tipo A, nueva generación de agentes virales.

Las personas comunes no estamos capacitados a diferenciar una gripe estacional (resfriado) de una gripe que mata. Los síntomas son prácticamente idénticos: fiebre (por lo general alta); dolor de cabeza; tos, dolor de garganta, moqueo y congestión nasal; dolores musculares; diarrea y vómito.

Para diagnosticar una infección por influenza porcina recomiendan recoger una muestra de secreción del aparato respiratorio entre los primeros 4 días de aparecido los síntomas, que es cuando una colonia instalada tiene mayor probabilidad de diseminarse. Esta muestra debe ser analizada por laboratorios especializados en técnicas de detección de la cepa invasora. Sobre recomendaciones para el tratamiento, he encontrado interesantes informaciones en el sitio  www.cdc.gov/flu/swine/recommendations.htm.  qué yo recomiendo para relativa tranquilidad de mis lectores.

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