viernes, 29 de octubre de 2010

REFRIGERACIÓN


No puedo prohibir el reflejo de un chulo pensamiento que bien podría identificarlo como un ataque indiscriminado de la envidia.
Veo hombres, gallegos, siendo guiñados a la cubre de la gloria. Son hombres con nombres de mi nación. La nación nacida en las proximidades del año 40, lustro más, lustro menos. Son, somos, la nata cuajada por la acción deletérea de los años, los mismos años que en momentos nos han colmado de esperanza, después nos han insinuado la gloria, y en la tercera etapa, un poco corroídos por tantas mordeduras, indica el camino del regreso a aquello que fuimos durante millones de años. Barro, sin humos.
Un día, cualquier día del ciclo repetitivo, que origina las naciones del mundo, un aguerrido espermatozoide tubo la gran suerte (para unos, para otros, desgracia) de alcanzar el núcleo reproductivo de un solitario óvulo. Con esta técnica, que la teoría de la fecundación tan sabiamente explica, crearíamos suficiente demanda para justificar la ilusión de haber creado una civilización de congeladores cárnicos, Antes, este glorioso encuentro era fomentado por razones que criaban capital humano y los transformaban en soldados de la patria, a mando de un espertozoide sobresalido entre la tribu de su parroquia nación.
Debemos pensar que en los albores de nuestra nación, la que ahora alcanza su zenit, hace 70 años, pico más, pico menos, éramos todos  ingenuos adanes y evas caminando por las florestas de un arruinado paraíso, sin vergüenza de lo que dios nos ofrecía en el día santo de la creación. Las múltiples naciones de nuestros patriarcas habían colidido por instigación  de dos ángeles del señor, el que sentaba a su izquierda y el que se burlaba de su derecha. La lengua serpentina, inducida por la envidia a una manzana degustada continuamente por la boca del señor, despertaría el deseo de caer en la tentación de reproducir la saga de Caín.
De tan humilde y glorioso origen, sería de esperar que todos los nacidos en la quinta del cuarenta, decímetro a más, decímetro a menos, alcanzásemos la cumbre del monte, compartiendo ilusión en conjunto por todas las partes del mundo en que pulsa nuestro corazón. Todos, nominalmente todos, deberíamos estar en el foco de la Junta en el reconocimiento  de gallego comprometido con la nación que ahora se eclipsa en el eterno proceso de apaga y nunca vuelvas a brillar.
Hoy brilla en Galicia el lucero de la estrella de la nación surgida en los años 60 (pirrallo a más, pirrallo a menos). Ello no hubiera sido posible sin la participación del capital humano extraído de la nación del 40. Luego era mi esperanza, y en esto me aguja la envidia, ver recoger bajo el palio del reconocimiento de la voz del correo, que entrega correspondencia gallega por todas las partes del mundo, la pura representación, incluyendo la penuria de todos heroicos caballeros formadores de ese capital humano tan lisonjeado por la curia de la refrigeración.

miércoles, 27 de octubre de 2010

NAHUA

Cuatro caminos hay en mi vida. He recorrido los cuatro y no puedo decir que alguno haya sido el peor. Todos fueron buenos, porque bueno yo he sido. Y si algún adjetivo malo se me atribuye será para endulzar el predicado nominal, a quien han encargado de engendrar confortable sombra para mitigar la brillantísima luz que incide sobre la trilla, por la que camina, ahora muy lento, el cuerpo obeso de mi fina estampa.
Fluctuaba yo sobre las ondas de un violín y, traspasado por el dulce canto de su melancólica serenata, soñaba alcanzar la playa gallega de mi amigo Tchaikovsky.
 Plácidamente sentado en la cumbre de un monte pelado, con las palmas de mis manos haciendo de anteojos, vi a lo lejos, en la llanura da corredoira (que el turista llama Avenida da Morte en la ancestral Teotihuacan), un hombre muy diferente de todos los hombre que estoy acostumbrado a ver desde hace medio siglo de mi forjada  vivencia en este maravilloso mundo que nunca fue indio. Ese ser extraño surgía con temperos de alma milagrosa  y su identidad era eclipsada por la resurgencia de rayos solares que obligaba a mí y a los indígenas agachar los ojos para no quemar nuestras particulares pupilas. Venía del otro lado del gran charco. Trajeaba paños que lo cubrían por entero, de pies a cabeza, y gesticulaba la lengua a modos de popoloca. En la pirámide de la luna lo esperaba Motezuma y en la pirámide del sol lo vigilaba el cortés de la nueva España.
Blanco como la leche de su país, el extraño personaje caminaba trópego y parecía desconfiado de que los gringos le robasen el código florentino; lo llevaba íntimamente protegido entre el pecho y el brazo izquierdo y exhalaba un perfume de papiro viejo, típico de la cultura axilar, que los marineros de antaño traían junto con sus almas tras meses navegando en aguas del océano atlántico. Rescindía olor a pies descalzos caminando en doble hilera por la avenida de la muerte. Cabezas encapuzadas, vistiendo sudarios, vagaban por el camino  borrifando agua bendita retirada de un caldero para rociar el suelo y minguar la pena que lleva la santa campaña. Quieren eses santos hombres, espectros del infierno, rescatar un gromo de regueiro con troitas e pintegas abeiradas de un tanque de robalos enloquecidos, nacidos por descuido de la Galicia borrosa. Encontrarían en el indígena azteca un fiel aliado para llevar a cabo el ultraje del Señor de los señores, el Moctezuma guerrero, quien moriría traspasado por la espada de la ilusión, después de  haber recibido hostias sagradas del intrépido cortés a cambio de la divinidad que ofrece el brillo áureo del metal noble al precio inescrupuloso de cuatro escrúpulos. En el palacio del Sol, en que el amigo Montezuma esperaba recibir la gracia del mesías, soplaba sotavento en desacuerdo con las gracias de un noble villano y como el extraño individuo del condado de Breogan era perfecto nahua, versado en técnicas de habelas hailas, evitó el buen conde lanzar su cuerpo al cielo por pensar lo ocurrido con las plumas del maestro Ícaro.
 

sábado, 23 de octubre de 2010

CÁLCULOS ELECTORALES

Vengo de una tomografía computadorizada. El objetivo de tan profundo sondeo corporativo era identificar la causa dolorosa de una profunda perturbación abdominal, la cual me acomete todas las madrugadas, desde los primordios de lo que era de suponer una jubilosa separación de la masa corpórea que compone el capital humano.
Capital humano? -  Sí, capital humano.
Como modismo expresivo de la arenga acotio de mi buen paisano Pousa, calma y pausadamente, este glorioso economista de la Magadalena, caeteris paribus, recurre a la expresión eufemística “capital humano” para destacar algo, que no es humano, de las otras formas de capital.
Para que engañarnos con ideas decorosas de una malsonante carne de cañón cuando ambas expresiones son sinédoque de sangre, sudor y lágrimas.  El sudor nos remite a la desgracia de tener que trabajar por el simple hecho de haber nacido menos iguales que otros y dedicar a estos pocos la incansable tortura y producir bienes de consumo sobrestantes en la cultura del capital. Sangre nos remite a la idea metafórica de que el menos-igual deberá trabajar en corriente venosa y alcanzar la purificación de los agentes bacterianos y reducir el riesgo que afronta la salud del ente capital cuando ultrapasa la edad del limbo e ingresa en el purgatorio de la civilización. Lágrimas, en íntima asociación con los cocodrilos del Nilo, que abren sus boconas y todo lo engullen sin masticar.
No cabe duda al interés particular de unos pocos privados de conciencia humana que la asociación metonímica entre capital y gente sirve para atribuir a la condición humana un valor de un bien, que es un tremendo mal cuando el productor de ese bien material es alejado del usufructo de la fuerza de su trabajo.
Desde el enfoque de una economía privada capitalista, la educación y sanidad constituyen gastos a ser absorbidos por el régimen comunitario de los servidores del capital. El enfoque otorgado es para que vean estos gastos como inversión hacia un futuro de bienestar y constituyan fondos, a ser guardados en arcas trancadas a siete llaves por el capitalista bien sucedido. Y el capitalista bien sucedido es aquel que sabe ahorrar gastos en el bienestar futuro de la clase trabajadora que los produjo. 


Históricamente, todos nosotros, los ingresados en el arca que nos aproxima al juicio final,  sabemos, por el juicio que desvanece, que lo investido nunca invertirá en nuestro beneficio. Pues sabemos, por el minguar de nuestras fuerzas, que el rugido de nuestras voces no ultrapasa el lamento de un tierno infante, o un dulce pájaro a espera del regocijo de la madre que perdió, calmo y suave, con sus cálculos renales y una ausencia dolorosa que refleja la serena melancolía.

lunes, 18 de octubre de 2010

FERMENTO NA LINGUA

Foi se o inverno. E foi se no dia mercado para ir embora. O divino queria deixar espacio para folgar a primavera. E a primavera entrou em folga com todo que lhe é de direito nestas terras de deus. Chuvias e trovoadas son manifestación da sua presencia. O vento non zoa em demasia e por aqui non hai figueiras para observalle as brebas, nen carballos que asombren os viciños, nen castañeiras para ver como se espremen os ourizos, e os grelos por aqui teñen congnato moi diferente.
Cando o calor esquenta, o suco de unha melancia desce pela güela coma manjar dos deuses.  Ainda onten eu merquei unha enorme sandia. Foi prova a marcar a sabedoria dos anos em che dicir que, despois de pasados os dez anos dos sesenta, xá non eres o mismo, e o citrullus vulgaris da família da cabaza, carnuda e jugosa, enormemente ovulado, faiche a gran pasada. Necesitei ajuda para botala no trasteiro do meu carro.
Confeso que falar da aorta é-me um puquiño molesto. Despois que o último exame tituloume propietario de ateromas no principal conduto do sangue arterial, fui acometido pólo rescendo das viñas da ira. A choiva intermitente, típica de primavera, despois de três meses (compostos de dias e noites) sem um pingo de orvallo noturno, contribui para a depresión. E a depresión – din os galenos- cando liada cós nervos produz a depresión nervosa. E a depresión arranca do peito a vontade de vivir, porque nos fai creer no valor enorme de aquelo que nos falta, e reforza a fe por querer conseguilo em outro lugar.
Vivo nunha selva de pedra. Nos seus meandros florescem alguns árboles. Os árboles son o fogar das aves. E as aves dan entusiasmo à vida, que eu observo fugar desde o pináculo da miña atalaia, estrategicamente pousada no cume de unha modesta residência.  
Escrevo lles na alvorada de um derradeiro dia da minha final andada. Triste, moi triste por non deixar pra o inventario cartos suficientes para dar entrada no mundo dos falecidos, aqueles falidos por insuficiência generaliza de recursos, aquele honrando diñeiriño que ora na suficiência do revalido mundo capital.
Eu xá non sei o que mais importa. Um dia aprendin na escola que a boa economia era función non do que importa e sin do que exporta. Nembargantes, chego eu agora ao derrateiro tempo em que a miña preocupación centra se no cultivo de semente, aquela que eu prantei nos vasos da miña singular horta. Emocioname a pureza do diverso natural, o língua da abelha cando beixa os carpelos da flor e, no interes do néctar, provoca o ressurgir do fruto que irá madurando no correr da primavera.
Eu non sei o que falla na miñha prosa. Talvez um acento, quizabes um certo desiquilbrio prosódico, tamén o léxico desfalecido na cultura da morriña e non rexistrada na língua da real academia, ou até a fonética da secretaria electrónica, esa que tanto amola cando busco unha resposta. O meu problema de gordura, na aorta do meu cultivo, está no coñazo da masa moderna, actualmente engraxada com lipídios de elevada solvência e que controlan  os efeitos do fermento enerxizante.

sábado, 16 de octubre de 2010

OSSO DURO DE ROER

Quince novelas en 65 años es producción literaria para nadie echar defecto, ni en el pueblo del mestizo lokumi ni en la carrera diaria de la treitona, pousada entre lirios, confundida la pobre doncella también entre canciones que revelan los sueños no revelados y exponen la anguria de arrojar a los leones o obxecto da desmemoria.
Uno siempre se mueve entre dos olores o entre dos colores, como pensaba la abuela, Blanca, que era negra como el carbón puro que quieren quemar en as Pontes y Meirama los revoltosos, acedos e ferintes blancos, para ofensa del verdor, cando o mencer inda é un regalo e corre cara o sol cos brazos abertos e un berro xorde de ti e non o ceibas porque sabes que se o fas a música que lle da mantenza vai fuxir e a maña quedaría eternamente esnaquizada.
No se qué puedo decirles, dice conde. Talvez viva solo, eternamente solo en la comedia del pipi, por tantas e tantas noites de señardade, tempo abondo como para sentir o lume no corpo, a musíca nos miolos e, nas xentes, espellos que devolven a miña imaxen, a miña propia imaxen por min inventada, necesitada ou sentida na memoria de Noa.  
El cuento suena triste. Tocamos tu y yo la flauta y soplamos como niños náufragos agarrados a una tabla que fluctúa en el mar. Canté. Cantamos a duo por el peirao do destino, el destino que resfria el cuerpo con vientos del norte y hace mugir el trueno con rayos de clamor entre tufos de niebla. Supe de ti en una arribada forzosa. Metamorfoseado contigo desde una apacible lejanía, busqué dar nombre a un hombre sin nombre, producto de una marcha forzada por tierras del destino. ¡Dios! como vacilé. Entrei nos bares da vida buscando garida aos meus desexos de ficar. Ébrio de corpo e sóbrio de alma, antollouseme unha entrada pra política, onde extraviaran miñas sensacións cós refluxos blancos sobre o negro piche entre sorbos de café con leite. Na via sacra as cousas tamén son asin: consiste em deixar que os sentimentos agromen, ou se mergullen com lentitude solar, pues la distancia más lejos que podemos alcanzar es recorrida por el sueño de uma noche mal dormida por el vaiven das ondiñas.
E o seranziño debalava. Debalaba albiscando o rufar apresado dunha mosca, grandeira e grosa coma um tabán, moura, teimosa por posar em mi cabeza calva, puntillada con canas plateadas.
Crecía el pecho, mermaba el alma con aguijadas punteras sobre el bandullo. Era un regalo despiadado de la edad por su regocijo cuando nos encuentra. Regalo eterno, dirán algunos, pues después del primer encuentro jamás nos abandona. Respirei fondo e rivireime para una banda, talmente coma se o fixer pra deixar sitio a los huesos de un santo. Foi una revirada difícil. Dificil como um osso duro de roer.

jueves, 14 de octubre de 2010

DESOBEDIENCIA CIVILIZADA

Contemplando las quietas águas de Walden Pond, el candor concorde del lugar reflejaba la voz trascendentalista de un conjunto de nuevas ideas emergidas del protesto contra el estado general de la cultura, en sus  diversos ramos de filosofía, religión, literatura, política, etc. Las ideas liberales adquirían cuerpo por el reflejo de las dulces aguas de la laguna de Walden Pond. En aquel lugar y momento no cabían ideas sobre la estructura económica del poder. Todo el pensamiento era dominado por ideas concentradas en la verdad que definían la unidad trina en oposición a la unidad única de un dios perfecto. Para variar el concentrado de la filosofía unitarista, dividían la unidad en dos categorizados ramos, el de los que sustentaban unidad entorno a una persona y aquellos que preferían la trinidad como suporte perfecto para un equilibrio ideológico.
De tan cruenta lucha y de la impaciente libertad clientelista, extravasaba de las orillas de la laguna raíces sólidas para un moderado liberalismo. Contemplando el reflejo de la laguna, durante dos años y dos meses, Enry David Thoreau, referencia en la crónica de mi buen amigo conde, escribió "Walden" (Vida en el Bosque), publicado en 1854 y que hoy es  reconocido como uno de los mejores libros de no ficción escrito por un americano.
"Walden", en oposición a la desesperada existencia que agobia la gran mayoría del hombre moderno, promueve con vigor enfático la importancia de vivir de la contemplación, en la soledad, con suficiencia por su intima relación con la naturaleza y acción trascendente al poder de la vida; refuerza la visión sana de haber querido pasear por los bosques de Toba, oír el borbollo de un regato coleándose entre los molinos, bailar al ritmo de viento cuando azota los pinos y huir del humo pestilento que emerge por la boca fumegante de las chimeneas de Brens y Dhumbria.
Es bueno saberse persona sabiendo que también somos gallegos. En momento de tan dramática solidaridad, capaz de retirar del infierno 33 mineros, brota del pecho un torrente de interés por el orgullo de quien es chileno. A mí, durante medio siglo, bastó la imaginación de creerme español en mi fuero de gallego emigrante. Fue lo suficiente para alimentar la ilusión de regresar un día a lo que creía mi patria. Vana ilusión, puesto que mi nación ahora es un conglomerado de dichosos políticos, conjurados por la unión de un ‘interés común” y ratios de mayor relevancia.
“Lánzate al cielo flecha de España, que un Blanco has de encontrar. Mira el mañana que nos promete Patria Justicia y Pan”. Así imponían el futuro por la fuerza de una canción en tiempos de mi niñez. El ambientalismo aboga la gestión de recursos ambientales y promueve cambio en las políticas públicas de modo a conseguir participación responsable en la preservación de los ecosistemas. El trípode de este movimiento viene compuesto por la ecología, la salud y los derechos humanos registrados como fuente de derecho en la Asamblea General de las Naciones Unidas,  en 1948.
Observando la disparidad entre lo humanamente deseado y lo deshumanamente practicado, A David Thoreau, renombrado abolicionista, se le ocurrió escribir un ensayo sobre la desobediencia civil (1849). Los ciudadanos no podemos permitir que un gobierno atrofie nuestra conciencia y nos haga agentes de la injusticia. No es mayor la virtud ni sublime el saber por el simple derecho que le otorga la mayoría. El juicio de una conciencia individual no es necesariamente inferior al juicio y decisión de un órgano o partido político.  La ley no hace el hombre más justo. En verdad, en verdad, nos dice Thoreau, haremos deservicio a la Patria cuando suprimimos nuestra conciencia para favorecer el contenido hermético de una ley chula.  
Y no vayan a la desobediencia en función de un fragmento ajustado por el catecismo del Padre Astete, pues, como sugiere conde, pidamos a nuestro Padre para que perdone nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a quien nos las han infringido.

miércoles, 13 de octubre de 2010

BONDOSA MEZCLA

Tiene usted, don Alfredo, el cordón que consigue aflojar las heridas de mi parca memoria. Vaya por dios, alguna cosa extraña y transcendente me amarra a su pensamiento, y el amarre me sujeta en el puerto de su personal ismo ya por más de un decenio.
Por partes, me tiro un poco a la crítica y otro poco a la consideración. A la crítica, primero, pues soy gallego de origen y mixote de buena cepa.
Si Mahoma no fuese a la montaña, la montaña arrojaría piedras a su cabeza. De este modo Lichtensberg, último hijo de una prole de 17,  afinó sus oídos para escuchar la voz de la roca al pie de su particular Pindo y, así, evitaba el esfuerzo de carrear piedra, brío extremamente doloroso en su condición de escoliótico idiopático. Como científico matemático del periodo pre-revolucionario, Lichtenberg se distraía en el aburrido mundo de la paremia, extrayendo de su enfermedad proposiciones coherentes con los síntomas que afectaban el mundo político-religioso de su tiempo.  De ojo en los aforismos de Lichtenberg no es necesario ser consciente de alguna cosa para tomar partido de cosa alguna. Y así nos va y así nos advienen las aforismas que, por crisis partidaria, corrompen nuestras arterias cuando temperamos el caldo con axiomas en defensa de incoherentes postulados. Vivir de ismos es querer morir como una garrapata, vulgar ixodoidea colgada al rabo.
No integra los registros de mi fortuna la dulce memoria de haber convivido con mis abuelos paternos. Cuando yo naci, mi padre ya era huérfano. Conocí la presencia personal de mi abuela Presenta cuando ella me encontró escondido entre el pajar de un pequeño hórreo, dentro de su casa, después de haber explorado, por la mano de mi tío político, los montes de Camariñas y la belleza idílica del paisaje jamás borrado en mi ya vieja memoria. Desde la edad de cinco años recuerdo mi abuela como una señora fuerte y decidida, moderada en el hablar y reflexiva antes de la amonestación. De política, nada. El silencio era la tónica de aquellos años difíciles en que la guerra se cebaba de hijos por los campos de Rusia y Francia y, en Galicia, Foucellas se fugaba de la guardia civil.
En casa de mis padres dos fueron los idiomas transmitidos a sus hijos; el gallego libre y el español normalizado desde la gramática castellana. En casa de todos mis amigos ocurría el mismo fenómeno de transmisión idiomática. No recuerdo haber presenciado cualquier conflicto en función de desentendimiento entre las dos formas de comunicación. No obstante, recuerdo una señora castellana, viuda de gallego, reclamar que no conseguía entender lo que los niños hablábamos, pues, naturalmente, la lengua de los niños obedecía a la regla de una tercera lengua, mezcla de las dos lenguas patrio-maternas.

martes, 12 de octubre de 2010

DIVINA ILUSIÓN

Ai, ai, ai, meu conde. Non sei, non. Eu non sei que pasou no moinho, meu querido vello e rapaz, hoje avantaxado por ter sido un dia novo, e, agora, retornando a niñez, aviva el seso e desperta para recordar o que fixemos mais o que deixamos de facer em nosa divina ilusión.
Mergulhei no passado (e sonhei)
E sonhei, sonhei !
Com o meu mundo encantado
Majestoso e divino


O meu reino era um cassino
Com cenário multicor
Onde a noite tinha vida
E a vida mais amor

Façam o jogo
Que a roleta vai girar
Quem brincar com fogo
Pode se queimar


(Recordar)
Recordar é viver
O sonho prosseguia
No teatro de revista
Com milhares de artistas
O palco e a magia, ôôôô
Ôôôô, ôôôôôô


O circo chegou, meu povo
Revivendo a "Marmelada"
Na Sapucaí de novo
(Composição: Noca da Portela, J. Rocha, Edir e Poly)


Di ti, direi eu, digamos sempre
É así que debe ser.
Eu tibe un soño, foi soño horrible
Persoas no parque brincaban na sombra,
Brincaban un xogo de máscaras
E a sombra da Duda berraba
Di ti direi eu.
Cando andamos na corredoira da vida,
Semella que a coisa mais difícil é encontrar un amigo.
Aquele ombro firme, aquele que che comprende,
Aquele que senta ao volante cando ti perdes o sentido
E sabeche o recuperar cun cálido mormuio no oido.
Anton ti sabes a resposta, ough, non
Pois o mundo che faz danzar
É eso mismo, eu o digo
É hora de empezar a soñar, ough, sin
Soñar aquelo que eu sou: un mixote que brila. 

viernes, 8 de octubre de 2010

LIBERTAD ALFABÉTICA

The Free Dictionary, esa magnifica enciclopedia universal que tan amable y gratuitamente alcanza mis ojos todas las mañanas en el despertar de mi tercera edad, publica tres artículos que podrían encuadrarse en la portada de los diarios gallegos: plagas, lixo e fogo.
Los tres, muy al gusto del amigo conde, podrían ser utilizados para prever las consecuencias de cambios efectuados sobre el equilibrio social de una determinada generación.
Parodiando el principio químico de Le Chatelier, podríamos establecer un principio equivalente en el orden social. Cuando a un sistema social en equilibrio alteramos los datos que conforman sus características peculiares de presión, volumen y temperatura, el nuevo equilibrio resultante  estará en desacuerdo con los cambios impuestos. Dicho de otra forma, cualquier cambio en el status quo de un individuo le hará desencadenar una reacción adversa a los cambios, de intensidad superior al efecto del cambio. Otro hilo del pensamiento nos remite al esfuerzo renovatorio de la fuerza electromotriz, causa generatriz de los cambios habido en el equilibrio de la sociedad obrera y, también, del empresario automotivo, que en breve se verá hostilizado por la innovadora industria del motor eléctrico, en substitución del motor a explosión.
En el mundo de hoy no hay más espacio para el bolero, ni para el vals, ni mucho menos para una sonata recordando la luna por oído de Bethoven; ni siquiera el paso doble consigue acompañar el paso estremecedor de la tecnología innovadora. Vivimos arrestados por los hechos, y sus consecuencias nos arrastran hacia un equilibrio poco halagador. Podemos ser conformistas o reguladores, pero dentro de parámetros homeostáticos todos nos consideramos variables independientes y, siendo la independencia un factor que rige la voluntad, caminaremos siempre al ritmo de nuestras intenciones, explicitadas por determinadas actitudes que nos son peculiares.
Un gigantesco reservatorio de lama tóxica, albergado en una pequeña localidad al sudoeste de Budapest, Hungria, reventaba sus compuertas para dar libertad a un torrente rojizo de deshechos cáusticos, procedentes de una refinaría de metal. El desastre amenaza transformar en rojo los tintes del Danubio Azul, y el Mar Negro correrá peligro de transformarse en Mar Muerto por acción extremada de un gran poder alcalino.
El fuego de Chicago, como otros tantos fuegos en otros tantos lugares, es un tema recurrente en la geografía seca del verano gallego. La causa sui generis   de tan colosal lume fue atribuido al chute certero de una vaca lechera que quería marcar su gol pensado que el mechero de un linterna a gas era una vulgar pelota. Por aquí, nuestras autoridades no se quedan cortas en atribuir hechos bizarros a lo que no pasa de una singela concentración del calor sobre la morralla seca.
Todas las plagas del pasado nos acechan ya en las puertas del presente. Y ninguna respecta el poder del dinero, ni la nobleza de los individuos. Atacan por igual a quien se interponga en su camino y no hacen diferencia si es un vulgo parroquial o un imperio bizantino. El hombre ha evolucionado dentro de un contexto del que forma parte. Y en ese contesto proliferan las plagas que cree haber conseguido extirpar. Enfermedades, consideradas extintas o confinadas en pequeñas regiones del planeta, resurgen poderosas e inmunes a los antibióticos. No es solo el poder destructivo de una explosión nuclear, o la chispa incandescente de un metanero al rozar las puertas de ferrolterra, ni tampoco el soldado americano encastillado en sus blindados de acero, la causa de nuestra preocupación en los días abastados de hoy. Los virus, bacterias y parasitas son causales de la gran mortalidad humana. Y, en este asunto, la tendencia es desanimadora para la medicina  moderna, que observa como el cuerpo es comido por el resurgir de antiguos enemigos trasvertidos con  nuevas infecciones.

jueves, 7 de octubre de 2010

CULTO A LA MÁQUINA

Yo sí se decir lo que se puede hacer para crear condiciones que den trabajo a más de doscientos mil desempleados. Muy fácil, que nos manden aplanar el monte Pindo con martillos y buriles; llevaríamos toda la vida en el intento. Otra condición sería abolir por decreto la existencia del insolente electrón, esa minúscula partícula que compite en la desventaja  absurda que tiene el nervio humano frente al nervio energizado de las herramientas motrices. Nada de música electrónica sería permitida, de tal forma que nuestros ecléticos músicos y musicólogos tendrían audiencia garantizada durante los descansos semanales. En el campo yo restauraría, como fuente de trabajo y producción de riqueza, la hegemonía del buey, la vaca, el caballo, la mula y… el burro del hombre que terquee en querer dirigirlos. En la política yo destacaría aquellos hombres, nunca una mujer, bien machos, muy feroces y de cultura seriamente amenazada por algún tipo sicopático, de esos que conducen al ejercicio continuado del esfuerzo físico, en beneficio de su soberanía mental sobre el ambiente mortal que roda a su vuelta.
Mi conocimiento no lleva mucha fe, pero creo que ya hubo un pasado avanzado en que nuestros antepasados conseguían, por tales medios, capitalizar trabajo abondo para toda la vida. Solo la muerte era capaz de privarlo de tan virtuosa fortuna.
Infelizmente, el inexorable giro de la tierra rabeando el sol trae tiempos nuevos a cada nuevo año. Y con los nuevos, las ideas antiguas se transforman en una especie de metástasis capaz de crear cuerpos nuevos que, para crecer, vivir y morir, habrán de alimentarse de los viejos, destruyéndolos para ocupar su lugar.
Todo comenzó con algunas pequeñas observaciones seguidas de gran reflexión. Una vara afilada, lanzada hacia el agresor animal desde una prudente distancia, permitió descubrir el intrínseco poder de una herramienta y su correspondiente maleficio para la economía obrera. Algunas horas de trabajo de un hombre hondeando la selva era suficiente para proveer carne a toda su familia y mantenerlos en perfecto ocio, hasta que  la carne se pudriese enterrada en un silo y los viejos morían aburridos en un asilo.
El gran problema de la humanidad surgió cuando a alguien le ocurrió inventar el lema de “creced y multiplicaros” Y la humanidad se deshumanizó por un principio de fornicación a todo momento. Hasta que el palo de la vara perdió su eficiencia para dar lugar al metro regulador de cualquier existencia. Con el padrón metrológico medimos la eficiencia de la productividad, y con el mismo padrón fuimos abandonando la eficacia del método en conseguir otra cosa que no fuese mucho trabajo para pocos y ocio mortal para muchos. Y así alcanzamos el siglo XX. Fueron tiempos felices de esperanza, porque, aprendiendo a crear máquinas, creíamos que seríamos sus dueños y ellas trabajarían eternamente para nosotros. Pero ahora estamos en el siglo XXI, y el siglo XXI cobra el cultismo a la máquina, haciendo que la fuerza motriz de su existencia se cebe en la rueda del tiempo con la desgracia del trabajador humano.

lunes, 4 de octubre de 2010

BÍGARO


Bernardo, el bobo da fonte, o nacido na ruña, por alcuña coñecido como the son of the corno e mixótico súbdito do mixoterio sin éxito, diría, en oposición àquel que o dixo, ambolos dous toleamos na razón.
Verdadeiramente, en noso delirio, ambolostodos toleamos cando nos encadran nas coordenadas cartesianas e enmarcan nosos pasos na máxima poliglota de cojeo luego camino.
E camiñamos todos, garbosamente, ensimesmados ao calorciño da mitra, cobertura fendida e empoleirada na cúspide do crânio, bem axeitada côa intención de ocultar o corneísmo tourero, adornando-os com ínfulas douradas para diferencialo do barrete frigio, utilizado como símbolo do regime republicano após o sucedido na tomada da bastilla.
Hoxe despertei pensando que estaba a discursar epístolas galenas ao estilo do Paulo, cando este terciaba o verbo pólas bandas da Galaecia, e os galecios eran tercos da banda da Turquia. Despertei de um soño. Um soño que mais que sono parecia um pesadelo e me facia pensar que eu non sentia e, non sentindo o que pensaba, nada era real; e nada, sendo real, mostraba a verdade do existo, pois, se eu era ex de alguma coisa, deixara de existir; e no existindo, como poido ser o que sou se xá non sou o que eu era?
Artículo mal prensado, meu conde, moi agosto da psiquiatria, próprio pra este singular univalvo, orixinado de um carpelo, libre como o ranúnculo dos morangos e magnólias.
- Figaro, Fígaro, Fígaro.
- No, dear Wood. El conde ha dicho bígaro. Bígaro y no Fígaro, terco amadeirado.
- Es igual, el bígaro cuando larval se tuerce entre el pie y la cabeza, permitiendo que esta se oculte en claro señal de alguna ventaja evolutiva. En Fígaro, el conde reflexiona por los eventos que preceden el tercer acto.
Nooon! Me deixades louco! Somos todos caramuxos. Caramuxo ella, caramuxo yo. Caramuxo el perro que vem e vai, avanza e retrocede, día tras día en busca de un halago que lo faga creer que es querido. Todo es posible. Y de lo posible podemos hacer pose sujetando con el imperdible alfiler a cabeza do caramuxo ou calquer outro gastrópodo da clase dos moluscos.
Pena dá cando o caramuxo ben bicado vai callar no pe do estómago e, munido con tentáculos sensorias y boca con rádula, resulta na produción de gastrite nervosa, moi propia dos desvairados polo tema do casamento do Fígaro, na opera bufa de Mozart y las secuelas de Rossini contadas por el panadero de Ceevilla.

sábado, 2 de octubre de 2010

Y YO RECUSO

Recuso la insensibilidad política administrativa del gobernador de Galicia en relación al presidente de todas las comunidades del reino de España. Los problemas que vive España en el desconcierto financiero que asola como un virus aviar todos los países del primer mundo, capitalizado por enormes e impagables deudas a no se sabe quien y de que lugar, exige economía en el tiempo y en el dinero para concentrar esfuerzos aunados por la necesidad de solventar la gran crisis que asola todos los españoles de cualquier clase, partido o religión.
Recuso la actitud groseramente insumisa del gobernador, en relación al puesto simbólico de autoridad nacional, para someterse a la autoridad de otra nación con sede en una pequeña región de Roma. Como autoridades equivalentes de las políticas nacionales, el señor Zapatero y el señor Bieito harán jus publicum al protocolo diplomático en el encuentro de Barcelona. Lo de año santo y sensibilidad jacobea es cosa para creyentes puros, y estos, mi buen amigo y respetable gobernador, desean la sinceridad de sentimientos  que transbordan desde la fe cristiana. Y no quiera usted mezclarla con la agresividad que, por empeño político y económico, es capaz de separar los dos hermanos nacidos del vientre de Eva. Cada cosa en su lugar y sin confusión, para que continúe santo el lugar que siempre lo fue y consiga hacer santos a todos que lo visitan, incluyendo ambos, usted y el papa.