Por su preocupación con los problemas de los países en desarrollo, Theodore Schultz y Arthur Lewis compartieron el premio nobel del año 1979.
En el Modelo Dual de Lewis se destaca la existencia de países donde la población es abundante respecto al capital y los recursos naturales. Tal dicotomía descubre un sector de la economía, sector de subsistencia, en donde la productividad marginal del trabajo es pobre, nula o negativa. El escenario que Lewis contemplaba en sus observaciones era el escenario del mundo subdesarrollado y jamás se le ocurrió que su modelo podía ser adaptado a las economías del primer mundo.
Una economía dual tiene dos sectores, capitalista y de subsistencia. En este tipo de economía la oferta de capital humano excede su procura con un diferencial infinito (cinco millones de oferta para una demanda cero) En el sector capitalista, el sueldo es el salario de subsistencia. En el sector de subsistencia, el sueldo es menor que el salario de subsistencia. La economía vive aislada del exterior y produce un único bien, el mismo que se consume e invierte.
En una situación de oferta ilimitada de capital humano y capital financiero escaso, este último se aplicará en el sector capitalista hasta que la productividad del trabajo empate con el salario. Curiosamente, tal salario el capitalista lo determina en función de lo que el capital humano consigue ganar fuera del sector del capital financiero, en el caso de España son las ayudas sociales. Luego, las ayudas sociales son una especie de referencia o punto de partida en la formación del precio del capital humano abundante. Habiendo alguna necesidad inmediata de capital humano, el sector capitalista resuelve ofrecer un plus de sueldo para sacar el capital humano de su estado letárgico dependiente de las ayudas sociales, y lo motiva a emplearse en el sector capitalista. A largo plazo, si ninguna desgracia se interpone en el desarrollo del sector capitalista, el sector de subsistencia acaba desapareciendo. En ese momento sentimos que ya no somos pobres y podemos disfrutar del bienestar eternamente. Pero esto es muy malo para el sector capitalista que acaba perdiendo referencias en su rumbo, y luego se ve a la deriva en un mar desconocido. El capital humano, conocedor de los límites de su existencia, pierde fe en el ahorro., todo que gana se va al consumo en la forma de gasto. El sector capitalista, por fuerza de su raciocinio circular, supone que es el único que ahorra en el sistema dual y el ahorro lo convierte en Inversión continuada, lo que provoca más demanda de capital humano y, no habiéndolo en la economía del bienestar, lo va buscar en el exterior, en las economías de subsistencia. Por este artificio, el salario mínimo más un poquito se mantiene estable en las economías desarrolladas.
El modelo sostiene que la capacidad productiva aumenta con la inversión de los beneficios obtenidos por los excedentes del sector capitalista y el capital financiero crece en relación directa con la renta nacional. Es un círculo vicioso que puede crecer hasta el punto que no exista más capital humano para empurrar la mula del crecimiento.
Theodore Schultz merecio el premio nobel 1979 por su trabajo sobre el desenvolvimiento económico centrado en la actividad agrícola.
Thomas Malthus decía que la Tierra no sería capaz de suportar el crecimiento vertiginoso de la población. El capitalismo salvaje pretende demostrar la falsedad de aquel pensamiento, probando como la revolución verde consigue producir un excedente de alimentos. En España, el sector agrícola contribuye en el PIB con algo alrededor de 3 %. Producimos excedentes de trigo, azúcar de remolacha, tomates, aceitunas, frutas cítricas, uvas de muchos tipos, corchos para taponar los oídos y otras muchas cosas. Somos el mayor productor de aceite de oliva y el tercer mayor productor de vino. Somos abundantes en la producción de naranjas, limones, y fresas. Nuestra industria destaca en los textiles, en el procesamiento de alimentos, hierro y acero, ingeniería y construcción naval, maquinas y equipos. La información tecnológica y telecomunicación están en expansión con un gran potencial de desarrollo. El turismo representa nuestra principal fuente de ingresos y continua fuerte a pesar de intentos de eliminar el turismo de la clase media oriunda de algunos países con serias dificultades en la paridad de sus monedas. Infelizmente, nuestros recursos minerales caminan hacia la extinción y el entusiasmo industrial desde el año 2009 viene registrando tasas de descenso jamás vistas
La economía española viene sufriendo continuos trompazos en su parte más vulnerable del cuerpo: los testículos. No hay en el mundo ningún productor que necesite tanta financiación para soplar bollas como necesita el capitalista español para vivir. Es una financiación que la mendigan a los trabajadores, comerciantes y empresarios autónomos, la retiran de los fondos de pensión, la engordan con más impuestos y la registran a cuenta de los devoradores acreedores extranjeros. Naturalmente, como ellos esperaban, esto nos ha hecho muy vulnerables a la subida de tipos al antojo del capricho capitalista.
¿Creían los corderos bíblicos que su carne y lana la cuidaban los lobos para que las cabras y cabrones viviesen en la economía del bienestar? Nuestra fiscalía no consiguió percibir el lio en que se metían las familias al aceptar contratos de préstamos condicionados a tasas variables o supeditadas a plazos extremamente cortos. Eran falsas las inversiones que se aplicaba en gastos con intereses imposibles de ser técnicamente amortizados en el plazo fijado por la oferta de crédito. Lo lógicamente previsible a cualquier pensamiento de previdencia mediana era que al primer préstamo seguirían otros, y otros hasta el límite técnico en el que el deudor empezaba a percibir que nada era de él, ni aquello que había sido suyo ni lo que había tomado emprestado, ni el esfuerzo de toda una vida, ni la ilusión puesta en el rescate de una historia digna. Nada. ¡Absolutamente nada! Perdemos todo, lo que debemos y lo que no debemos, para beneficio del socio, generalmente un habilidoso engañador de esperanzas, artero irresponsable, político corrupto y voraz comedor del capital humano, siempre disfrazado de vieja simpática en el cuento de la caperucita roja.
Nuestra dependencia de recursos energéticos es otro punto muy débil de la economía en discusión. Hemos vivido una falsa abundancia comprando mucha energía con ahorros externos; hemos desarrollado vicios consumistas antes impensables, luego, el devorador de capital humano, siempre muy atento al acecho del desvirtuado desatento, invade lo que creíamos poder autonómico para condicionarnos al consumo de mierda a cualquier precio; lo que era valor determinado por la mano invisible del mercado, ahora es precio que aumenta, mismo que baje la demanda.
El tercer punto débil de la economía española está en la falsa abundancia de activos inmobiliarios. Hemos construido mucho, no para el bienestar de las familias o para ofrecer a las personas un derecho a la vivienda explícitamente determinada en la Constitución. Hemos construido por un modismo de la vanidad de la que se han aprovechado los especuladores y hoy, en el centro de tan grave crisis, los substituyen, con absoluta naturalidad, las arañas, las ratas, la polilla, y algún que otro desesperado sin techo. Esa funesta combinación de factores ha dado causa a lo que eufemísticamente llamamos crisis financiera y no es crisis financiera. Lo que tenemos en manos es una crisis de valores, una fuerte crisis de moral, una colosal deficiencia de virtudes. Una absoluta ausencia de alianzas entre lo posible y lo deseado.
La economía española está viva y continua batallando aún con un dramático paro de su fuerza combativa. Continua creciendo bajo la sombra de fuerte expectativa de la autoridad que desea reducir la marcha a un paso lento del PIB. Al toque de menos uno, menos dos, menos tres…ordena que otros contingentes de elevada especialización también sean enviados a la reserva y manda que los substituyan por una tropa de jóvenes guerreros, supuestamente con ilusión mejor adaptada a las circunstancias del momento, y con ella puedan dar combate sin tregua a la moral decadente de la artillería obrera. El campo de recuperación económica está muy lejos y, caminando en marcha lenta, imaginan que podrán restaurar la confianza de los consumidores internos y así vuelva a elevarse el nivel de consumo como se eleva una onda en el mar.
El sector industrial que procesa alimentos es responsable por 16 % de la producción industrial total de España. Muchas compañías cerraron sus puertas o están con grandes problemas financieros, principalmente aquellas ligadas a la construcción y al sector público. En 20 años España se colocó entre las diez potencias económicas mundiales gracias a su capital humano barato, el espectacular incremento del turismo y, a partir del año 2000, gracias al fabuloso crecimiento de la burbuja inmobiliaria. El ahorro extranjero, la oferta mal intencionada y su consumo exento de criterios solventes (observando solo el beneficio y casi nunca el coste ni mucho menos su retorno al prestamista, que lo exigía descontaminado de los males de la inflación) acabaría convergiendo en el foso en que estamos.
La evolución de la deuda demuestra cuan insostenible era nuestro progreso. Nos hicimos dependientes de un esfuerzo definido en la capacidad de producir valor agregado. Ese esfuerzo debe ser capaz de transformar cualquier cosa en algo atractivo a los sentidos de los dueños del capital. Pensamos que a esta altura de su riqueza global, ya lo tienen casi todo. Materialmente no les falta absolutamente nada, pueden darse al lujo de dedicarse en los placeres de la baja condición humana o saltar al espacio y realizar un paseo cósmico al precio de lo que consideran una fracción insignificante en el stock de capital humano, fácilmente reembolsable cuando de su regreso a la parroquia Tierra.
Hay algo que un jarabe súper concentrado de capital no consigue remediar, es ese extraño fenómeno al que llamamos Muerte y que tanto asusta a los que son muy vivos y asusta un poco menos a los que andamos viejos y con poca moneda en el bolsillo para aplomar los pies y mejorar el equilibrio. He aquí una gran oportunidad para empleo del capital humano en I+D+i e inmersión de nuestro cuerpo y alma en actividades que le den habilidades en R&D, que es así como los dueños del capital conocen el I+D. Ya contamos con alguna experiencia en la renovación de energía solar y la eólica. Tenemos un San Agustín que sabe todo del alma y un santo Tomás que sabe todo de la verdad. Sevilla tendrá el próximo año la mayor producción fotovoltaica del planeta. Tenemos una de las mayores reservas de actores, que podemos transformar con un pequeño gesto de capital humano en astros y estrellas de gran magnitud. Si esto fuera poco, existe un proyecto para el valle de Málaga por el que sus promotores creen que será el gran centro europeo de investigación e innovación de nuevas tecnologías de comunicación e información. Pero si todo esto no bastara para dar empleo al capital humano, nos queda la complacencia cultural del gran museo antropológico y mayor expresión de la arquitectura mundial, idealizada y materializada desde la Vía Láctea para los gallegos de la parroquia del santo Santiago.
En 1961, cuando yo había resuelto invertir mi pequeño capital humano en una aventura en tierras tropicales, Theodore Schultz se adelantaba a mis virtudes empresariales y propuso al mundo lo que él entendía por capital humano, algo que sería ampliamente desarrollado por Becker en 1964, año en el que yo tuve que compatibilizar con una infinidad de disturbios callejeros, desempleo y empleos que culminaran con la revolución militar del año 1964 y también con la infinita alegría de ver nacer mi hijo, fruto legítimo de mi personal capital humano en consorcio con el humano cariño de mi esposa. Sendos los tres entendíamos que el capital humano significaba para el desarrollo algo más fuerte que la aportación de dinero, o mismo la estructura física que lo alojaba en su caja. En mi entendimiento, nada superaba la grandeza del capital humano formado por la unión de la santísima trinidad: padre, madre y los hijos ganados por el interés de un matrimonio feliz. Honestamente, hoy pienso que ese pensamiento lo retiré de la cosecha de mi madre en el huerto de su puerto en la bisbarra de Cee.
El concepto de capital humano sugiere que puede darse a una persona el mismo uso que se da al dinero, a la tierra, a una máquina, a un edificio, a todo y cualquier elemento que integra el patrimonio de una persona o empresa. El capital humano puede ser modelado a la conveniencia capitalista que le chupa el jugo hasta dejarlo en los huesos. La teoría postula que el gasto en capacitación y educación es costoso y debe considerarse inversión, ya que se hace con la intención de sacar provecho aumentando los ingresos personales. El uso de de la expresión capital humano es utilizado muchas veces para justificar diferencias salariales entre los trabajadores en función de alguna diferencia en la habilidad de leer y escribir o por alguna habilidad específica de una labor comercial o industrial. Por este foco, el capital humano es similar a cualquier otro medio físico de producción: un capitalista puede invertir en capital humano por el camino de la educación, cuidados médicos, treno parcial o continuado en habilidades específicas, etc. El resultado de la inversión va depender del valor que el capital humano añade a la producción, luego, siendo el capital humano medio de producción, los intereses retirados del incremento de la producción va generar más capital.
El gran defecto de este tipo de capital es que, no obstante pueda substituirse, no se puede transferir a semejanza de un pedazo de tierra, trabajo muscular o el capital fijo, pero esa característica era lo que, para Schultz, daba explicación a la gran dinámica de las relaciones económicas.
La educación pasa a integrar la relación capital-trabajo como elemento que se añade al trabajador para generar más trabajo y por esa razón la educación entra en la órbita del capital con el nombre de Capital Humano y se integra en el cuerpo del capital general en la forma de propiedad privada de algún señor. Siguiendo tal consideración, el crecimiento económico puede ser explicado a partir de la transformación del trabajador en capital humano, representado por el nivel de su educación y algunas variantes que dependen de alguna capacitación heredada. Las diferencias salariales entre los trabajadores pasa a ser explicada primordialmente por la inversión hecha en la educación, salud, adiestramiento y estimulo a los bolsones de pobreza para mayor beneficio marginal del capital humano.
Lo paradójico de esta teoría está en que todo que se invierte en el trabajador es efímero, pues se limita a la vida útil del trabajador con un alto grado de depreciación en términos capitalistas. Otro problema del capital humano es que no puede ser comprado ni vendido, y su reproducción, partiendo del principio de reciclaje, no ha sido considerada por el capital empresario, fundador de la empresa, que también se deprecia y su interés marginal decae en función de su esencia humana.
El capital humano está anclado a la educación y ésta, al gasto publico. Todo gasto público, sin excepción, sale del resultado del trabajador humano, quien utiliza los medios de producción para sacar rendimiento al capital acumulado. Luego, las cuentas públicas son el meollo de la cuestión que debe ser considerada con lente de buena lupa. Los que dependen de financiación lo ven negro y los que no dependen lo pintan blanco.
Finalmente tenemos una reforma laboral a la que todos los empresarios adhieren como forma de acabar con las injusticias blandas. Otras más duras vendrán. Todos los españoles lo sabemos y algunos las esperamos con mucha resignación, o las aceptamos porque otro remedio no tenemos. La reforma laboral es justa, buena y necesaria porque lo dice Rajoy y esto ha hecho que cambie mi actitud porque veo donde está la salida, pues como bien lo dice el mal Feito, mejor hecho será si negando un trabajo de cuevero en la Tierra me mandan hacer agujeros en la Luna. A lo que yo me niego es trabajar en Laponia, allí no voy ni que me vistan de papa Noel. Bueno, es un decir, porque con un palo caliente metido en aquel lugar, uno va a cualquier Laponia del mundo para maravillarse de los seis meses de luz y lo que le resta a la sombra.
Cuando se aproxima la recesión, la mejor forma de aumentar el paro es flexibilizar el despido, barateándolo. Evidentemente, quien determina reforma laboral retirando la poca seguridad que tenían los trabajadores es porque cree que esa reforma va tener algún efecto, mismo que no crea que va tener efecto alguno a corto plazo y a largo plazo el afecto que tenían al gestor de la reforma se transforma en defectuoso boomerang. Ya van queriendo tomar medidas para que, con largo palo y la mano extendida, el efecto afectuoso sea duraderamente perfecto.
Yo nací en una época que no existía el capital humano, luego debo creer que mi origen en el año 1940 fue consecuencia del cruzamiento de las cepas puras que vienen renovándose desde que mis antepasados, Adán y Eva, emigraron del Paraíso original y se asentaron en la costa que llaman de la muerte porque por aquí disfrutamos viendo la vida pasar de un punto inicial, en el Pindoschan, al otro final, donde todos los soles, lunas y estrellas que a él se aproximan desaparecen en el foso negro del plus ultra Fisterra.
Es especialmente importante establecer esta conexión con el pasado para evitar que nuestros herederos nos atribuyan conceptos que genéticamente no hemos recibido de nuestros padres. Si por algún cruce de los cuatro caminos ha surgido algún tipo diferente de ser humano, me gustaría decir a las generaciones futuras que ese nuevo tipo, al que llaman capital humano, es un caso raro de mutación animal al que se le ofrece algún valor en tanto lo consideremos realmente raro. Pero a partir del momento que se haga abundante, como va siendo el capital humano depositado en las cajas de paro español, ese capital perderá su calificativo humano para transformarse en una basura cualquiera, eso sí, con mucha dificultad para descartarla.
De momento sabemos que Capital Humano es el nombre que se da a un extraño ser capaz de concentrar (en su cabeza, músculos y otros sentidos) competencias, conocimientos y cierto comportamiento derivado de una actitud temprana que lo impulsa a realizar trabajos con algún valor económico. Como cualquier otro capital, el capital humano lo han pintado con colores muy vivos para darle importancia en las empresas de suceso. El capital humano, diferente de otro capital, consigue desarrollarse por si mismo, aplicando gran parte de su capital tiempo a su animal educación, por lo que cree ganar conocimiento que consumirá en labores prácticos con la esperanza de ganar experiencia y poder utilizarla en beneficio de su natural condición humana, cuando, por la situación del tiempo quemado, ya no le sobre salero para disfrutarlo.
Algunos teóricos del pasado ya se referían al capital humano como una fuerza más entre los tres factores de producción, bastante homogéneo, fungible y de fácil substitución.
La contribución del sector terciario, formado en su gran mayoría con capital humano, contribuye con dos tercios de la renta nacional. Esta participación, aunque parezca cómodo y bueno para la teoría de ocupación del tiempo por el ser humano, es peligrosa delante del avance del modismo que sostiene la teoría de la austeridad suportada por la economía del desempleo y desdeña del paro absoluto que destruye las personas sin la debida ocupación de sus respectivos tiempos de vida.
Vivimos en un escenario tan pesimista que ya se hace necesario encender luces de la Ribalta y focar las candelas en todo y cualquier nicho de mercado. Para eso será necesario hacer de nuestras embajadas un centro de promoción del producto español y hacer que los embajadores y todo el cuerpo diplomática hagan un esfuerzo extra, orientado al descubrimiento de necesidades consumistas compatibles con la posibilidad de oferta española.
No hay comentarios:
Publicar un comentario