domingo, 29 de agosto de 2010

CLAVELES Y CASCABELES

Ai, miña naiciña querida! Doce cascabeles llevan mi caballo por la carretera. Continua vostede, meu rei, fustigando o cabresto para conduzir a junta de bois ao pasto de tojos. E a junta, ombro a ombro, passo lento e firme el ademán, pastorea cara o destino que promete parcelar o boi em fatias delgadas.
Hoxe volamos con asas do liberalismo, camiño arriba, nas costas do AVE, que voa  lisonxeiro pelo sinuoso ismo liberal.
Liberalismo es la creencia en los principios de libertad e igualdad. Igualdad entre tú y yo, y libertad para que usted entienda que ese tú es yo en el espejo, a quien todos los demás deberán respectar y subordinar cualquier deseo personal y, por tal modo, todos los intereses serán iguales. Si alguien se pierde por el camino es porque no ha sabido caminar en el justo entendimiento del principio.
Etimológicamente,  palabras como liberal, libertad, libertario y libertino tienen origen en el antiguo gallego liber, incorporado por los romanos a su lengua latina. Un cuervo y amigo celta me ha contado haberla oído allá por 1375, cuando el renacimiento la utilizó para describir el arte liberal como medio utilizado por el AVE para costear sus penas y gastar el bico puntudo. Como el AVE va a donde el viento lo lleva, y como el viento circula por todo lugar, en poco tiempo  la señora Liber contaminó los deseos sensuales de toda humanidad, muy bien polarizados por el magnetismo que se neutraliza en el ecuador.
O rexurdimento renacentista, potencializado con la nave A Galega, capitana de la Gran Flota del Atlantico, pilotada por el Vice rey de las hermosas indias, don Cristobal Palomo, modificaba lentamente la visión clasicista que por aquel entonces bogaba en el mundo conocido, generalmente llano y monocromático, modulado por el cantochan de la catolicidad romana. Del mismo modo, rexurde hoy la crónica de Carlos Luis para dar brillo al blanco socialista y criticarle la postura liberal, que, por el ismo que lo une a Galicia, busca sacar del cesar lo que Cesar quiere gastar y al pueblo,  lo que el demo mande.
El gran ciclo de la emigración ya pasó y los jubilados que retornan a Galicia no les urgen el tiempo. A la verdad, dicha con sentimiento libertario, preferimos que el tiempo estanque como el herido desea estancar la sangre que chorra del cuerpo. Tal vez sea mejor caminar con pies de pato que pactar una inversión a fondo perdido, sin ninguna finalidad en el retorno o con poca transparencia en su aplicación.
Todo el poder deriva de la voluntad del pueblo. El pueblo propone a través de su gobierno, y la EMPRESA analiza la viabilidad tecno económica del proyecto.  Considerando que habrá retorno, la empresa empleará recursos propios en la materialización de la idea. Cobrará del usuario lo justo para continuar en el negocio. El grave problema, que la crítica de Carlos Luis no contempla, aparece cuando se deliberan los gastos a déficit de las personas, como si fueran los cascabeles puestos a los caballos, y el lucro, en el superávit de las empresas, como claveles  al pelo prendido del empresario.

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