QUERELLA AMBIENTAL
A mi modesto parecer, los hechos relatados por
la Voz de Galicia debían ser expuestos al cribo de un previo análisis sobre el
local de ocurrencia del supuesto ilícito ambiental.
Así informa la Voz :
“Los hechos, según explica el
propio Vigo, tenían que ver con un desmonte realizado para la limpieza de un
vertedero en Ameixenda por parte de una empresa que contrató la comunidad de
vecinos.”
A seguir, pretendiendo esclarecer a los lectores, la voz produce
un imperdonable equívoco en la ubicación de los hechos.
“El área en cuestión se encuentra
en un lateral de la carretera comarcal AC-550, cerca del cruce de Lires.”
Conozco la carreta comarcal AC-550 desde mucho antes de haber sido
bautizada con ese nombre. He conocido Lira, y he conocido el monte Louro cuando
en compañía de la obra teatral de la señorita Ofelia fuimos a Muros (componían
el cuerpo teatral mi hermano y la tía de Vigo, Maricarmen, entre otros). De
Ameixenda puedo decir que conocía todas las casas, comercios y su tradicional
fuente, donde me abastecía de agua antes de subir la cuesta que me conducía al
último comercio. Y eso ocurría todos los días, con sol o lluvia.
Siguiendo la
cuesta hacia arriba había un lugar poblado de muertos por donde yo pasaba algo
sudado, pero siempre muy respetuoso con
las almas del otro mundo. Hasta el Ezaro no había más nada si nos olvidamos de
la factoría ballenera de Caneliñas.
Lires, de acuerdo con mis naturales conocimientos, queda en el
extremo norte de Cee, y Ameixenda, en el extremo sur. Hasta Lires, partiendo
desde Toba, fui y volví andando para sentir el esfuerzo hecho por mi padre y
narrado al teléfono por mi madre por
ocasión de haber ido vender décimos de lotería como recurso de ingresos
para las fiestas de la Junquera, cuya
comisión mi padre presidía.
Como encontrar las dos parroquias juntas
me parece obra de una inusitada trama de ficción científica. Imposible
encontrarlos juntos en cualquier proceso, por muchos méritos que la causa tuviera. La querella, por sus
fundamentos ineptos, debía ser subestimada. Al no serlo en su origen, al no ser
cortadas sus raíces, el tallo creció y produjo sus frutos. Y los frutos
produjeron semientes que fueron esparramadas
por los cuatro vientos, alcanzando la humilde morada al otro extremo del
charco, donde reposa jubilado, pero sin mucho júbilo, este vuestro humilde
servidor.
El cuento debía terminar por aquí, pero considerado la pseuda afición de este
gato triste por la ficción policiaca de la señora Aghata, me trasvierto en la
figura de Sherlock y busco solución para
el caso de la convergencia de los extremos.
Observo la descripción
explicativa de la Voz:
“ Allí se realizó un merendero y
un área de descanso cuando era alcalde Manuel Lamela y quedó un espacio que se
iba a destinar a aparcadero, pero por falta de dinero la idea quedó pospuesta y
nunca se ejecutó”
Y zas! Vuelvo por la AC 402 a la AC 552 y, en el entroncamiento de
Roget, sigo por la avenida Fernando Blanco hasta empalmar el canal de la AC 550.
Con más facilidad que aquella que tuvo el
bardo Pondal para descubrir nuestro origen celta, fui siguiendo sus pasos por
el rumor de los pinos y la hermosa florescencia de los tojos. Bebo agua de la
fuente de Ameixenda y subo la vieja
carretera hasta el entroncamiento con la nueva. Una gran explosión de luces y
colores revelan la ferocidad de un caótico pasado; armonizando el horizonte
visual con tintas azul marino y azul celeste, salpicando con nubes blancas el contorno
verde del monte granitado con rocas rosadas, arrojadas
desde el lecho del monte Pindo durante una tempestad de fuego ígneo y
hoy suavizadas por el látigo del tiempo.
Donde
antes había un barranco de barro rojo, separada del mote granítico por una
estrecha carretera, que pocos años antes no pasaba de un sendero trillado por
gentes que venían a Cée, ahora yo veía un merendero construido para apreciar la
visión que yo tuve la primera vez que, montado en bicicleta, yo fui al Ezaro.
No
fue el merendero la causa de la querella presentada como delito ambiental. La causa fue el espacio anexo, el cual,
desnudo del barro rojizo, ahora pretendían destinarla al descanso del caballo
mecánico. Insólito destino de la naturaleza pura! Fue la naturalidad mítica emporcallada con los residuos de una riada
agitada y torrentes de lama encauzada en ríos ahogados por el crecimiento
urbano.
“La titular del Juzgado de
Instrucción Número 2 de Corcubión, Ana María Souto, ha archivado la querella
interpuesta contra el exalcalde de Cee, Ramón Vigo Sambade, por un supuesto
delito contra el medio ambiente denunciado por la Guardia Civil a finales del
2011.”
Justa fue la decisión de Ana Maria. Pero injusto es el abandono del espacio
ambiental al capricho y saña de personas descompromisadas con el amor y belleza
del entorno que nos toca cuidar. Y en esa querella, Dios es el querellante y
todos nosotros somos los querellados. Imposible será archivarla.
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