domingo, 25 de octubre de 2015

COMEDIA DIVINA

Yo, del mismo modo que usted, en este medio siglo pasado he ido viendo como, alrededor de mi casa, construida encima de una propiedad y ocupada en la extracción de barro cerámico, iba brotando una ciudad entre los limites de cuatro otras enormes ciudades. Una gran barbaridad practicada contra la naturaleza que, por la parte que a mí toca, me situa en la condición de la barbarie atribuida a los pueblos nórdicos.

Es verdad que he plantado árboles para compensar la naturaleza de la maldad humana en el tema del ladrillo, pero no ha sido suficiente para calmar a los dioses. Estos, en pura representación de la imagen a semejanza del hombre que los parió, vienen con la firme disposición de castigarnos, arrojando fuego y azufre sobre todo quisquilloso que ellos crean injustos. Como es injusto estar desempleado, y a estas alturas no hay dinero para financiar huida del holocausto, cabrá a los que un día fuimos orgullosos trabajadores la dura pena de vernos salestatuas por retroceso de la sagrada comedia.

No mire el amigo Nero para atrás, pues, si leyere lo Imposible, posiblemente se quedará piedra. Amén.
Algo me dice que Nero anduvo por esta playa, Saco de San Francisco. Yo también estuve allí y nadé en sus aguas cuando eran limpias y toda costa era selva.

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