miércoles, 28 de octubre de 2015

SAGA DE NACIÓN


La costa está siria por la rivera catalana y parece que el chollo  del podemos, en la onda del todo se puede, se agiganta como una enorme ola de un fenomenal maremoto. Y ahora, José, ¿qué va pasar con usted?

El Parlamento de Cataluña ha presentado propuesta de resolución en claro desafío a la autoridad de la unidad mayor. Contiene nueve puntos en los que se afirma que:

Pueden comenzar un proceso de secesión y festejar la vitoria obtenida en las urnas, victoria esta obtenida al amparo de la Constitución y leyes de España, país del que Cataluña es parte.

Pretenden construir una república desvinculada de la monarquía.

Proclaman el inicio de un proceso constituyente y participativo, donde los  ciudadanos conformarán la eventual constitución catalana.

Instan al gobierno a adoptar las “medidas necesarias” para cumplir los objetivos de la propuesta.

Consideran que las leyes derivadas de este proceso deberán tramitar en el plazo máximo de treinta días.

Reiteran que el Parlamento y el proceso de secesión no se someterán a las leyes de España y que tampoco estará condicionado por el Tribunal Constitucional de España, ya que lo consideran deslegitimado desde el Statut de 2010.

Adoptarán las medidas que sean necesarias para abrir este proceso democrático de “desconexión pacifica” con su nación España, de tal manera que permita la participación de todos los ciudadanos en base a una participación abierta e integradora.

Instan al gobierno catalán a acatar “normas” para que las decisiones del gobierno de España e instituciones no puedan hacer retroceder el proceso de separación.

El Palament se abre y se muestra favorable a iniciar negociaciones con España, Europa y el conjunto de la comunidad internacional con tal de conseguir un estado independiente.

A estos mandamientos, labrados en piedra dura de los Pirineos, le falta uno, que debía ser el primero. Amar a dios y, sobre todo, mucho más a Mas.



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