¿Por quién
doblan las campanas?
¿Quién no
echa una mirada al sol cuando atardece? ¿Quién quita sus ojos del cometa cuando
estalla? ¿Quién no presta oídos a una campana cuando por algún hecho tañe?
(John Donne)
Con no
menos razón, el sentido se agudiza cuando redoblan los tambores y el eco
muestra arritmia entre los palillos que lo tocan.
España, el
país que consideramos heredero de Castilla y Aragón, es indiscutiblemente un
macro productor de energía eléctrica. Retirando impuestos y tasas, el precio de
un kwh es el más alto de la UE. Mismo así, el aumento entre el año 2013 y 2014
ha sido próximo de 4 % frente a casi 3 % de la Unión Europea. Es de suponer que
tal incremento fue consecuencia de los caprichos de un mercado libre de la
peste oligopólica y exenta de interventores quirúrgicos (capaces de poner el
mercado en ritmo de coma inducido) y la competencia radicalmente anestesiada
por ingestión del gas súper-valorado. Tenemos el sol que los nórdicos no tienen,
pero estamos impedidos de aprovechar su calor en paz.
¿Por quién doblan
las campanas? Fuerzas ocultas planean ofensiva objetivando minar el camino para
evitar el contra ataque. La misión puede ser suicida, pero eso no incomoda a los
fratricidas partidos, muy bien apertrechados con voluntad autoritaria. Los
puentes, que unen el inclemente invierno a la dulce primavera, son minados por
la estulticia del precio soberbiado por maquinaciones absorbentes del sudor de
quien ya tiene poca lágrima para llorar. Es curioso observar la equivalencia
entre lo que ocurre por estas bandas con lo que pasa por las bandas de allá. Por acá los precios también doblan, repican
por la audacia de partidos rachados en la moral y consciencia ética. Maximizan
los intereses a un nivel intolerable; lo hacen (dicen) para mantener la
inflación bien comportada delante de la causa que la mueve (intereses escorchantes,
lucros desorbitados y capitalizado atesoramiento) Todo aumenta, la riqueza,
mucho; la miseria aumenta más. Y las campanas continúan tocando. ¿Por quién? ¿Hasta
cuándo tocarán?
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