viernes, 19 de junio de 2009

INTERÉS POR SABER

Etymologia est origo vocabulorum, cum vis verbi vel nóminis per interpretationem collígitur

- Amado mestre, ¿como debemos escribir, Feijoo o Feixoo?

- Hi hooo! (rezonga la plebe)

Callense vostedes todos! Ustedes son ignorante de la gran literatura que nos ha transmitido la internacional inteligencia. No se debe escribir feijoo, ni mucho menos feixoo. Lo correcto es heizóo.

(¿?) (murmullo imperativamente oclófobo)

Vallan ustedes al pasado, y verán, en la etimología de xan Isidro, el ceevillano, como se procede a las desvinculaciones de las lenguas cultas, griego y latín, para alcanzar el estado modernista de los actuales códigos de expresión cotidiana, aliás extremamente corroídos a través de los siglos.

(¿?)

Porque no se debe escribir Feijóo? Pues muy sencillo. La jota con ese sonido tan profundamente gutural ha sido inventado por quien le faltaba dientes y, consecuentemente, no conseguía articular convenientemente la boca y producir adecuada estrechez al pasaje del aire regocijado en el interior del pecho. Por otro lado, la jota es mucho más aragonesa que gallega. Y no hablemos de las dificultades portuguesas para reproducir el sonido de la jota española; la irritación en aquellas gargantas los indujo a reunirse en la batalla de Aljubarrota para librarse, en aquellos duros años de peste negra, de la impostura sonorización castellana.

Pero, amado mestre, porque usted escribe Feijoo con H?

Serás tozudo y cabezotas? ¿No te han enseñado que en antiguo castellano el verbo hacer se escribía facer y fazenda pasó a escribirse hacienda? Pues nada más justo que, ahora que somos independientes en la lengua, escribamos la F con H.

He entendido, mi jubiloso señor. Pero, perdone las limitaciones de este mi pequeño cerebro. Señor, no consigo atinar el porque usted ha cambiado la jota y la X por la Z.

Es un justo recordatorio al nombre de uno de los sacerdotes subalternos de la iglesia griega, Zácaro, incumbido de celar por los objetos de culto, actualmente en posición de zaga.

Ahora sí, amado sabio, nuca más habré de bailar la jota ni tocar la jaita; expresarme con X será para mi un capital pecado, y nunca, nunca jamás permitiré que me afonden en el abuso de la F. Y no haga usted preguntas a mi mother ni a mi father porque quien manda en mi fuciño is me. Ough!

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