sábado, 5 de noviembre de 2011

EMPLEO (1.4)

A 16 días del 20/N

Empleo seguro y flexible para todos es un maravilloso canto de sirena capaz de desviar cualquier Odiseo del rumbo que debía seguir en circunstancias normales. Recuerdo ser motivado al retorno impulsado por una cartilla del PP que me orientaba al dulce camino de regreso. En España imperaba el pleno empleo de Aznar; en EEUU dominaba la ansiedad derivada del desastre de las torres gemelas; en Argentina el corralito se imponía a la razón de vivir en paz y en el Brasil las fuerzas del mal auguraban descalabro económico y social delante del avanzo de un humilde paisano emergido de la tradicional pobreza del sertón nordestino. Oí el canto de una sirena y me dejé atraer por ella. Fue un desvío de ruta imperdonable, pero absolutamente necesario a la razón de mi existencia.

10. Somos más de cinco millones de desempleados. El crecimiento de este número continúa a todo vapor, ensañándose todo que puede con los más jóvenes, justamente aquellos que debían mantener con sus brazos el relevo generacional y ofrecer suporte de una moderada viejez a aquellos que nos asomamos a la puerta de un mundo desconocido y nuestros ojos sienten, antes de ultrapasar el umbral, como se desenvuelve el drama social que en nuestra infancia acosó a todos.

Se hace necesario un cambio radical de la situación presente no en las relaciones laborales que han sido conquistadas con tanto esfuerzo, ni siquiera en la negociación colectiva que objetiva ofrecer cierto honor y sentido a la vida de cualquier trabajador. El cambio correcto, justo y socialmente viable sería estudiar los beneficios obtenidos de la competitividad oriunda del desarrollo tecnológico y promover distribución equitativa de las labores remanecientes entre todos y todas con condición de realizar trabajo o aquellos que muestren carencia ocupacional compatible con su pertinente escaño en la pirámide de la jerarquía atribuida por Maslow a las diferentes clases de necesidades.

 11. No cabe la menor duda que la tipología de contratos laborales hiere la racionalidad de los empresarios. Pierden tiempo y gastan dinero con exigencias que a ellos nada ayuda. Pero son absolutamente indispensables en relaciones de poder tan asimétricos como normalmente se figura entre trabajador de fábrica y su dueño o prepuesto mandado. En España, como en cualquier otro lugar del mundo, la temporalidad laboral obedece a razones de oportunidad que cambia en función de la estacionalidad o intereses poco transparentes del gestor empresarial, quien a la larga prefiere no tener gente que sepa más o tenga más valor que él (efecto reina en el espejo: espejo mío quien por aquí manda más que yo?)

12. Lo lógico en la negociación colectiva sería que el colectivo elabore todos los contenidos de su interés y que no perjudiquen los intereses de otros colectivos integrantes de la sociedad que todos componemos. Como máximo, el gobierno debería moderar los extremos para introducir sapiencia en los contratos y promover la paz social en el ámbito territorial, para hacer sostenible la calidad de la unidad mercadológica. En esta cuestión ¿ignora el programa popular la dependencia de muchos dirigentes sindicales al poder de la clase empresarial? ¿O serían rumores de la caleta en los dedos prodigiosos de Isaac Albéniz? ¡Que sé yo!

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