En el orden filogenético encontramos un
ser precioso y respetado por su capacidad de alto vuelo, cuerpo esbelto, nariz aquilina
y disposición permanente al rapaz ataque. No desprecia lo que sus ojos ven y
comen de todo, desde el cornudo grillo al simpático mono ancestral del homo
sapiens.
Calma, Loro! La descripción no va por ti!
Tú perteneces al orden de las regiones templadas y tus garras zigodáctilas
tienen la virtud de devolver con los dedos dirigidos hacia atrás lo que clavan
los dedos dirigidos hacia delante. Hablo de buitres y halcones.
Os acordáis de los felices años del
crack? Yo no. Y jamás fui adepto a los maleficios desgarrados de la producción
de gas enervante, hilarante por su capacidad de ahumarse con humo enrarecido
por el vicio de fumar gas toxico y potencialmente explosivo. Pobre del Loro!
Dislocado del placido mundo amazónico podrá sentir como sus penas crepitan bajo el tórrido fuego de la ría
ferrolana.
Existen límites para todo. Incluso para
los pecios engordados con pasta negra, para los articuladores del chapapote,
del ” Never more” , de las cajas sometidas al veneno del ” frog” oculto en la orden de gatunos y ratones. Los limites
existen pero, en la ambición y deseo de algunos rapaces, los limites son
elásticos y pueden extenderse con
tensión de los resortes.
El
tema de hoy trata de cómo contabilizar el consumo de la rapiña. Habrá
alguien capaz de determinar tan espeluznante cifra y someterla al cribo del
débito y crédito? No me parece tarea asaz difícil. Empecemos por las desgracias
que acometen a más de 5,5 millones de desesperados;
continuemos con el maleficio añadido a los que sufren en largas filas medicas.
Sumemos la angustia de quien fue, es y será víctima del desahucio desafortunado
y provocado. Acrecentemos los ahorros
atesorados en paraísos fiscales, y no olvidemos las reservas de contingencia
creadas para situación en que la mano del
pillo es descubierta. El resultado irá, por el método de doble partida, a
débito de quien nos impone el deber de ofrecerles crédito. Y una regla sagrada
del sistema capitalista es: quien debe, pagar el débito le es obligado.
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