miércoles, 24 de junio de 2009

TEMPO DE PAXAROS MORTOS

Mira, Camelle, Corrubedo, Quilamas, Merexo, Dumbría, Sabón.

Aller, la Voz de Galicia hacia encuesta sobre el Tema Touriñan. Hoy le toca tocar la gaita al Correo Gallego. En ambos medios no observo la difusión que nos haga conocer, para comprender mejor y pensar con nuestros ojos, la exacta ubicación de la piscicultura en Mira.

Mira es un pueblo en el distrito de Coímbra, situado entre Aveiro y Figueira da Foz Su costa es una enorme playa de blanca arena. La tierra es baja, poblada por pescadores y pequeños rancheros. Los 206 hectáreas de dunas no son el lugar ideal para ubicación de piscicultora de elevado porte. Pero tampoco lo es el desierto de Qatar y allí el capital consigue construir suntuosidades en las tórridas arenas del desierto. - Será para dar trabajo a los camellos – dirán los peritos del tema.

De cualquier modo, habría que conocer la ubicación exacta de de la piscicultura en las dunas de Mira. Pasar algunas horas observando los empleados que entran y los que salen, preguntar lo que hacen y saber cual es su sueldo; visualizar las instalaciones y establecer conceptos de valor comparativo; ratear las subvenciones del Estado portugués y ANALIZAR el valor de las desapropiaciones. Después, hagamos algunas indagaciones procurando medir satisfacción del personal que vive en los alrededores de la industria. Finalmente, preguntemos quien se queda con los lucros generados por el trabajo de los portugueses. Con estas respuestas, nuestra opinión merecerá alguna credibilidad.

Duele saber que, por extrañas encrucijadas, el presidente gallego enarbola la bandera gallega para defender los intereses particulares de un privado gestor de capitales, a cuesta de los tributos pagos por el ente colectivo. Lastima ver las filas de enfermos buscando huecos en el atendimiento médico de los hospitales públicos. Duele tanto que ya no queda llanto en el miserable encanto de este iluso soñador.

Por favor, no manden más empresas españolas al exterior. Por ahí os engañan con el cuento de crear empleos. Por aquí llegan a la locura de chantajear el gobierno con amenazas de desempleo. En mi modo de ver y sentir las empresas, ya no sé quien es más contaminante, una fundidora de metales pesados, como fue Brens y ahora Dumbria, un banco destripador de intereses, una piscicultura en manos de extraños o la electrónica Telefónica y su fabulosa venda de ilusión comunicativa, sin suficiente canal para flujo medianamente satisfactorio.

Duele sintonizar la radio y oír, sin querer escuchar, que la Telefónica ocupa la primera posición de reclamaciones del consumidor en el Brasil. Duele saber que el banco Santander te llama al teléfono para ofrecerte emprestamos con módico interés que supera el 8 % ¡AL MES! Duele leer en un blog peruano hacerse la pregunta de si Telefónica es una compañía de incompetentes o vulgares ladrones.

Si cada pueblo merece el destino que lo guía, quédense ustedes con todos eses empleos, para que en vuestros hijos se desarrolle la conciencia colectiva capaz de reencender el sentimiento de solidaridad positiva que hemos perdido. Dejen los hijos y nietos de los emigrantes en paz, déjenlos crecer a la sombra de sus propias plantaciones, que ellos, en plena libertad, conseguirán labrar el destino con menos cruces y con espadas menos afiladas.

De la tinta de Alfredo Conde hoy he leído: “Probablemente a socioloxía teña algo que nos explicar verbo das diferenzas entre eles e nós, entre os camiños que eles foron quen de abrir e os que, moito mo temo, nós, quizáis de xeito inconscente, colaboramos en pechar. Acaso todo se debera a un vello sistema de valores, caducado pola forza dos tempos, pero daquela vixente aínda nun país que agora xa o debeu perder de todo. A culpa non é só dos outros. A culpa tamén é nosa. Estaremos aínda a tempo? Gústame pensar que sí, préstame moito máis pensar que sí que porme a cismar en si o noso empeza ser xa un vieiro choído. Tempo de paxaros mortos. Tempo de enterradores. Triste oficio o de abatir o grácil e leve voo dunha lingua, ese espírito alado, ese alento”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario