Reflexiones sobre un caso penal
Capítulo IX (de no sé cuantos)
El relator de este caso penal tuvo ayer un
encuentro fortuito con uno de los personajes del cuento, en la playa de la Langosteira.
Langosteira, con sus tres kilómetros de
extensión, es la playa más occidental de Europa. El arenal es limpio y
brillante, parece formado por finos granos de perlas; la mar tiene intenso ton
azul marino; es cristalina y transparente como el agua de una naciente. En esta
época de fin de verano, el clima es muy agradable, ni caliente ni frio, refuerza
la esperanza en la mañana, cuando el sol asoma su cara por las montañas de
Carnota, y se muestra romántico al atardecer, cuando el sol penetra en el mar atlántico.
Cuando su corona, brillante como el oro y rojiza como la sangre que corre en
las arterias de dos enamorados, es tomada por la mar, el sol apaga sus luces y
duerme.
El relator sintiendo la congoja de mister
Y procuraba animarlo con buen vino y marisco del lugar. Volvamos pues al punto
de reloj donde la cuerda había sido reforzada.
- Qué has hecho en el palacio de
justicia?
- Hombre, lo que todo el mundo busca
hacer: matar la sed de justicia.
- Y la mataste?
- Que va! Es más resistente y dura que la
roca granítica del fogar de Pindoschan. Es imposible engullirla. La tengo
atragantada en la garganta. No pasa por el esófago y no consigo regurgitarla.
¡Oh, santos del cielo, acudidme!
El momento era de extremo peligro y no
había ningún médico para acudirle. Pasé a creer que el atasco había sido
provocado por navajas a la marinera, comidas enteras como dios las parió y ahora
le dolía como la espinita que se le ha clavado en el corazón.
La segunda taza de vino no cambia el
estado. A la tercera, despierta la razón y con el alma en la mano el corazón
desembucha.
- - Maldito corazón te alegras
que yo sufra, que llore y me humille delante del fiscal.
- - Habla, Igriega, yo soy todo
oídos.
E Igriega se puso a hablar. Parecía una
matraca.
- - No conforme, amigo Relator,
con todo ese lio de queja criminal, acudí al tribunal de recursos para que me
dieran explicaciones sobre las ilegalidades que estaban cometiendo. Hablé con
la responsable de registro y distribución de procesos. Me dijo que, por
equívoco, mi proceso había sido remitido al fórum de origen, pero que ya lo
habían recuestado porque mi abogada había entrado con recurso a una corte
superior. Fui al fórum de origen y la responsable por el registro y
distribución me dijo que realmente había recibido el proceso pero ahora estaba
retenido por la fiscalía, porque quería proponerme un acuerdo. Fui a la
fiscalía y no fui recibido bajo alegación de que estaba ocupada. Volví a la
sección de registro y distribución y pregunté si podían informarme sobre el
tipo de acuerdo. Me respondieron que se trataba de una transacción penal. Inconformado
y mal humorado busqué otro fiscal (para quien no sabe, los fiscales son agentes
del estado que están a disposición de los ciudadanos, villanos y aldeanos, con
la función de hacer cumplir el derecho y que se haga justicia). Este fiscal,
joven y muy respetuoso (me dio de beber agua del agua que él mismo bebía) me
pedía paciencia pues todo estaba pasando de acuerdo con lo que la ley
determina. Le expuse un rosario de ilegalidades inicialmente atribuidas al
querellante, pero que ahora yo atribuía a los agentes de la ley, en función de
su descaso, morosidad o cosa peor. Sin que yo pudiera conseguir su natural
ayuda, por más de dos horas tentó
convencerme con argumentos falaciosos, del tipo que utiliza cualquier
interlocutor que, delante de cierta dificultad para defender su punto de vista,
busca contra argumentos haciendo uso de su posición o autoridad, mezclando
algunas mentiras con pequeñas y maquilladas verdades. Volví al tribunal de
recursos y allí hablé con la fiscalía de aquél fórum. Recibí atención Vip. Hizo
cuestión de leer el proceso, me pareció reconocer sus muchas fallas y solicitó
una rápida investigación. Volvió diciendo que el juez había recomendado no
exigir el retorno del proceso para que fuese juzgado por tribunal superior, y
que yo esperase el resultado de la propuesta de acuerdo. Respondí que ningún
acuerdo me interesaba si no fuese la restauración del estado grave de mi salud,
así como declaración de nulidad de todas las acusaciones hechas contra mí. Me
advirtió que yo no debía preocuparme, pues la propuesta de acuerdo iría demorar
tanto que, en el momento de su conclusión, la aplicación de cualquier pena
sería nula por decurso de plazo. “Exactamente, meritísima”, le respondí, “eso
es lo que yo no quiero”. No quiero que una acusación calumniosa, con fraude
documental, testimonios falsos, hecho
por personas con falsa identidad y todo culminando en erro judicial, caiga en
la basura del abandono, por decurso de plazo, por improbidad administrativa o
cosa peor. Dime, amado
relator, ma che cosa ci posso fare?
- - Hoy te aconsejo que te calmes
con esos deliciosos calamares. Únete al dios Baco y toca la caracola del dios
Tritón, verás cómo se aquieta la turbulencia del mar profundo. Con la mar calma
aparecen las corrientes, y ellas te llevarán por el océano al puerto donde te
espera la barca de oro. Escúchame, pues yo soy el mago de Oz.
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