reflexiones sobre un caso penal
Capitulo
VI (de no se cuantos)
Sigue
el exordio acusatorio
El
querellado no mide esfuerzos para acusarlo de robo de dinero ajeno delante de
otros comerciantes, vecinos, de otros clientes, de transeúntes (desconocidos)
que son por el abordados gratuitamente en la calle.
Además
que ahora se conoce el motivo del rescate del proceso archivado, el querellante
retiró copia del proceso y anda con un tomo de hojas abordando las personas en
la calle, gritando el nombre del querellante, llamándolo de ladrón porque robó
su dinero y apunta con el dedo el consultorio y aun dice para las personas para
que jamás se consulten con el querellante porque el mismo irá asaltarlos,
robando el dinero que ellas tienen.
Mentir
es fácil, pero cuando uno expone muchos detalles para dar fuerza a la mentira
ella sale del capsulo para mostrar el tamaño de su grandeza. ¿Porque el mister
Y había de acusar el mister X de robo ajeno?, ¿a los gritos?, cuando era más práctico
y efectivo abrir silenciosamente la boca y mostrar a quien quisiese ver el
excelente trabajo hecho por el cirujano religioso en el maxilar superior de una
boca herida con implantes, brillantes como el oro negro pero puntadas como el
hierro corroído.
Curiosamente,
quien hizo uso extensivo de copias del proceso archivado fue el mister X, quien
los retiró del archivo sin cualquier registro consignado en los autos, muy
diferente de la extracción hecha por el mister Y, que lo hizo con el auxilio de
la fiscalía pública y así quedó registrado en los autos.
A
buenos entendedores pocas razones, pero no es demás pensar que hubo un excesivo esfuerzo para convencer el
árbitro de que el gol, hecho por el mister X contra su portería, debía ser
adjudicado como gol a favor. De ser entendido un gol contra, como de hecho lo
fue, es necesario cierto calentamiento cerebral para salir pensando que hay
razones que la propia razón no consigue explicar, mismo con todos los detalles
qué de la razón quieran exigir. ¿Fue equívoco del árbitro y de sus auxiliares?
Demostrado el equívoco por el propio silencio del querellante durante el juicio
oral, cabria, a quien tiene poder del derecho y capacidad para buscar y
encontrar la verdad, formular ciertas preguntas al supuesto ofendido y, de la
escucha atenta, sacar conclusiones para convencimiento y fundamento de la
sentencia. Pero así no ha ocurrido, pues mantuvieron el supuesto ofendido, el
mister X, en absoluto silencio, el silencio ofrecido, porque la ley así lo
determina, al acusado de un crimen
Hasta este punto, si fuesen verdaderos los hechos
imputados al mister Y en la enmienda, los elementos para encuadrarlo en los
crímenes de injuria y difamación estarían presentes. Difamación por haber
imputado un hecho ofensivo a aquel que tenía responsabilidad de realizar un trabajo con calidad
satisfactoria, en consonancia con lo establecido y el valor cobrado. Consonancia
no correspondida por el resultado. Injuria porque al parecer basta a un
religioso cirujano declarar que fue ofendido en su dignidad y honra por un
servicio a toda luz mal hecho en un cliente, que declara y insiste en declarar el
estado ruinoso en que ha quedado su salud. En tesis la ley así lo determina
desde que los hechos ofensivos fuesen confirmados en juicio por la oralidad de
los testimonios que, de creer en la acusación, serian muchos, fácilmente
localizables e incuestionables en sus razones para exponer la verdad en todos
sus detalles.
No obstante, pareciendo creer que de la cantidad y
variedad de las mentiras surge una gran verdad, capaz de confundir los hombres
de bien, el querellante asesorado por sus abogadas utiliza la página 145 para
repetirse en los fatos imputados al querellado y aprovecha para acusarlo de
haber utilizado palabras de bajo calón y de que el mister Y causó prejuicios al
comercio local porque nadie tenía paciencia para oír el querellado. Hechos que,
según el querellante, “se refleja en los demás comercios y en los consultorios
locales, siendo que ni los vecinos aguantan más esta situación descomedida”.
“Monchooo! Que non protestes tanto! A
modiño, oh!” - Esta frase acabo escucharla de Fuxan os ventos.
INJURIAS Y DIFAMACIÓN
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