jueves, 21 de mayo de 2009

SEGREGACIÓN


Dos formas diferentes para decir la misma cosa, fuera del arte, crean incompatibilidades de disonancia cognitiva, peligrosa y segregadora por aberrante analfabetismo de los cultos que no nos entiendan.

 Segregar “es separar alguien de algo o una cosa de otra” , “marginar una persona o a un grupo de personas por motivos sociales, políticos o culturales”(Real Academia Española), “facer que unha cousa quede fóra doutra, ou unha persoa do grupo do que formaba parte”.“Na boca hai glândulas que segregan saliva. Os caracóis segregan baba”. O antónimo de segregar es unificar, según el diccionario de la Real Lengua Galega.

 Definitivamente e involuntariamente yo soy un gallego segregado por la Galicia polilingue. A las definiciones arriba, desde mi sentimiento experimentado en Galicia entre los años 2002 y 2003, yo acrecentaría: segregar es alejar con intención de destruir algo que te molesta. El segregado, de mi parte,  nunca entiende las razones del estado que molesta a la persona que lo segrega. Pero razones existen, sin duda, de lo contrario no habría segregación. Un caso típico de segregación histórica fue el martirio de Juana de Arc y las recientes guerras en el Cáucaso.

 Apartheid es un caso particular de segregación pública y ocurre  preferentemente en política. En Galicia se promueve un colosal esfuerzo por generar un apartheid de las lenguas. Es un caso suigéneris de segregación estúpida: una lengua peleándose con otra y las dos ahogándose en un eterno beso de linguas.

 Desde Madrid estimulamos la identidad regional promoviendo su forma peculiar de hablar español. Los movimientos regionales en pocos años se encargaran de legalizar modos diferentes en artificios políticos para alterar la forma gráfica de símbolos comunicantes. Con la forma gráfica surgiría un modelo fónico nuevo y extraño al sentimiento tradicional.

 En estos momentos, el elemento económico interviene en la lid de las lenguas para expertar as ascoas do lume e elvar a temperatura do fogo, sen resultado plausible en la fusión de lenguas, porque de dos lenguas, cuando se funden, nace una tercera, que olvidará vínculos ancestrales para forjar la cultura del olvido.

 ¿Que pensamientos son eses que afirman que los padres no son tutores legítimos de los intereses de sus hijos? ¿Qué poder Dios ha dado a esos profesionales, administrativos e xente especializada para imponer deberes sin contrapartida de derechos? Sí, porque si a mí me imponen el deber de hablar de un determinado modo, exijo reciprocidad en el derecho para que todos me entiendan por el modo que he aprendido. Creo que sería algo así como pretender que un macaco entienda la lengua humana de un papagayo.

 Dos formas diferentes para decir la misma cosa, fuera del arte, crean incompatibilidades de disonancia cognitiva, peligrosa y segregadora por aberrante analfabetismo de los cultos que no nos entiendan. Dos lenguas diferentes no conviven en armonía en un mismo lugar. Una es siempre dominante sobre la otra. La recesiva sobrevive cuando cruza con otra recesiva, pero con probabilidades de ocurrencia decrecientes  (ley de Mendel)

 

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