domingo, 20 de septiembre de 2009

GUERRA DE CANUDOS

GUERRA DE CANUDOS

Más una vez recurre usted a Vargas Llosa para dar entender a los gallegos residentes en Galicia que es de este autor la descripción de la famosa guerra épica de Canudos. Nada tan equivocado en la intención que da pertenencia de un hecho tan admirablemente descrito por Euclides da Cuña, hombre de profesión ingeniero y con fuerte vocación literaria.

Si no hubiera nacido Vargas Llosa nada mudaría en el contenido de la historia brasileña, pues Canudos es un poblado situado al norte del Estado de Bahía. En 1893 con la llegada de un místico revolucionario, Antonio Consejero, el lugar fue llamado de Bello Monte y creció rápidamente hasta alcanzar un total de 25.000 habitantes poco antes de su destrucción por el Ejército durante la denominada Guerra de Canudos (1896/1897)

Guerra del fin del mundo, es una novela de 1981 escrita por Vargas Llosa que utiliza como fondo de su tema la obra histórica de Euclides da Cunha, este sí, original escritor y testimonio de los hechos ocurridos en su obra Os Sertões.

Transcripción libre del video “Guerra de Deus e do Diabo”

A guerra de Canudos fue una lucha entre dos brasiles: el costero (litoraneo), rico, moderno, sofisticado y el Brasil del interior (sertón) con su sabedoria natural, engranado en un ambiente árido y alejado de centros urbanos.

SERTON - Bahia, 1890

Morador… Yo tengo que trabajar mucho.

Yo trabajo mucho, señor Barón.

Fue así que compré sesenta haciendas en esta parte del sertão bahiano. Y tu mujer ¿qué hace?

De madrugada voy al campo.

Acuerde mas temprano para tirar la leche de las vacas Y el niño ahí ¿ya puede cuidar el ganado? Es de pequeño que se aprende.

Luego él… ni puede subir al caballo.

¡Puede! ¡Querer es poder! Si cae, bum, del suelo no pasa.

La opresión sobre peones y vaqueros en todo Brasil es prácticamente igual. En el nordeste muchos de ellos siguen los pasos de los predicadores o cangaceiros. Cangaceiros, como Lampeón y Antonio Silvino, lideran bandos que roban y matan movidos por el desespero. Predicadores como Padre Cícero de Juazeiro ofrecen esperanza en Dios. En este ambiente explota un conflicto armado que dura dos años: la Guerra de Canudos.

El líder de esta guerra es Antonio Vicente Mendes Maciel, natural de Quixeramobim, Ceará. Ex comerciante, profesor y escriturario (escrivão) en su tierra natal, se dedica a peregrinar por el sertón a partir de 1877. Construye y repara iglesias, cementerios y emporios. Como no era cura para discursar sermones, resuelve dar consejos, incluso contra la República recién proclamada. De ahí viene el codinome: Antonio Consejero.

SERTÃO – BAHIA, 1891

La República es contra la ley de Dios. Además de separar el Brasil de la Iglesia, inventó el casamiento civil.

El Consejero está en lo cierto. Casamiento es cosa divina.

Pues sí, Dios solo bendice a quien es casado en su ley.

Impuesto es dinero del bolso del pueblo tirado a la fuerza. Vamos hacer una hoguera con los tableros de impuestos de la República.

Um, el coronel Romualdo no quedará contento al saber eso.

Cuida del niño. Yo voy atacar fuego a esos tableros.

Los poderosos de la región norte de Bahía empiezan a preocuparse con los consejos de ese hombre cada día más popular.

Le llamé aquí para reprenderlo severamente por su campaña contra la República.

¡Pero la República es obra del demonio!

¡Espere! Mal empecé a hablar.

Pero yo ya acabé y espero que usted no tenga nada más a decirme. ¡Con Permiso!

Me perdone, señor Barón. Yo estaba esperando el consejero salir para darle esta noticia.

¡Qué noticia!?

Un niño pequeñito, hijo de aquel morador, acaba de caer del caballo allí y… murió.

Mato ese barón desgraciado y entro en el cangazo.

¡Cangazo no, por el amor de Dios! Nosotros vamos de aquí para Juanzeiro del consejero. Él nos libra del barón.

Así como otros coroneles, al Barón de Xeremoabo no le gusta saber que el consejero resolvió parar con las peregrinaciones y se estableció en Canudos, en las tierras de la capilla de Nuestra Señora.

CANUDOS- BAHIA, 1893

De ahora en adelante el nombre de este lugar es Bello Monte.

En poco tiempo surgen varias calles en Bello Monte. El consejero cuenta con el apoyo de comerciantes y proprietarios, que venden sus bienes y se mudan para el arrayal, donde todos los días llega gente.

BELlo MONTE – BAHIA, 1893

¿Como es ser agricultor en Bello Monte?

Aquí las personas plantan y crían y no deben nada a nadie.

Quieres decir que todo que aquí producimos va ser nuestro?

Si. Pero si no consumimos todo, la sobra será de los más necesitados.

Quien lo desee puede visitar el arrabal. El consejero es muy querido en los arrabales y su prestigio inquieta a los poderosos.

PALACIO DE ONDINA – Bahia, 1896

No concordamos con el consejero. Él crea sus leyes y desafía a la Iglesia.

¡Mas la Iglesia tiene que poner un paradero a eso!

Excelencia, ha catorce años que los curas prohíben inútilmente a sus fieles de escuchar el consejero.

¡Eso es un mal para la Iglesia y el Estado! Ahora el consejero amenaza tomar a la fuerza madera de un comerciante de Juazeiro. ¡El orden público está en peligro!

¡Lo que? ¡Pues el orden público será preservado! Si es necesario enviaré tropas del Estado a Juazeiro.

El cuento no fue bien así. El Consejero había comprado madera para construir la iglesia de Bello Monte pero el comerciante no la entregó.

BELLO MONTE- BAHIA, 1896

Consejero, vienen tropas del gobierno de Bahia marchando hacia aquí.

Llame Juan Abade, Jose Rosa…

Ya los llamé. Ellos vienen ahí.

Antes que la tropa llegue, vamos atacarla.

En Uauá, conselleiro, es el mejor lugar para sorprender los soldados.

En Uauá, a cien kilómetros de Bello Monte, los consejeristas enfrentan la primera expedición militar contra Canudos. Hasta la tercera expedición el consejero sale victorioso.

CASA DEL CONSEJERO

La primera expedición no tenía salida. Si el teniente Manuel Ferreira no hubiese huido, moriría toda la tropa.

El mayor Pedro de Brito también. Solo se salvaron el resto de la segunda expedición porque todos huyeron.

Lo más feo todavía fue el comandante Moreira Cesar, el cortacabezas.

El cortacabezas de quien? Aquí él no cortó ninguna.

La cuarta y última expedición es la más grande de todas. Entre el armamento, 21 cañones, destacando el denominado matadera, por causa del estrago de sus tiros. Pero los consejeristas todavía resisten.

Zumbe quien quiera de nosotros pues no tememos el castigo. Tenemos la luz de Dios, ellos, la luz del enemigo. Estamos aquí rezando, quien venga verá el peligro.

En dos meses de lucha mueren tantos soldados que es necesario el refuerzo de más tres mil hombres. El proprio ministro de Guerra se instala a 15 kilómetros de Canudos y entre sus soldados está el ingeniero militar reformado Euclides da Cunha, corresponsal del periódico Estado de São Paulo. Euclides escribe crónicas que serán la base de Os Sertões, el primer libro sobre la historia de la guerra de Canudos .

CAMPO DE BATALLA. Bahia, 1897

Ahora es solo apretar el cerco. Ni siquiera niños podrán retirar agua del rio.

¿Y como podremos impedirlos, mi General?

¡Matándolos! ¡En Canudos no puede quedar piedra sobre piedra!

CASA DEL CONSEJERO

¿Qué haremos, consejero?

El arrabal está cercado, sin comida y sin agua.

La matadera está acabando con la gente.

Es el fin. Moriremos todos. Adiós pueblo, adiós aves, adiós árboles, adiós campos. El recuerdo que llevo de vosotros jamás se apagará. Pido a Dios ansiosamente vuestra salvación y el bien de la iglesia.

Muere el consejero pero nadie se entrega. El asalto final, el día primero de octubre, un incendio consume lo poco que resta de Bello Monte. Trescientas crianzas, mujeres y viejos son degollados. El cuerpo del consejero es desenterrado y decapitado.

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