viernes, 11 de septiembre de 2009

RODABALLO

Guerra del rodaballo (Turbot war)

La retomada del cabo Touriñan no figuraba en el plano estratégico de Fejjoo por ocasión de sus abordajes al condado santiagués. No integraba su proyecto de prioridades y, así, algunos creían que bajo el nodo TRANSPARENCIA, la honestidad y humildad de un modesto hijo de familia luchadora, género típico de la raza gallega, sería incapaz de dar vuelco al sentido transparente y transformarla en apariencia que no se respecta.

Eso es lo que muchos creyeron. Pero también es verdad que muchos sabían, y ahora el desvelo lo confirma, que el fondo estaba encubierto por el reflejo azul de un paisaje que no le pertenecía y muda con el pasar de las horas, turbándose al contacto de la brisa.

Desarrollo no es una simple palabra del rollo académico que todo lo justifica y aclara. Como cualquier palabra, posee significados que se adaptan a la conveniencia de quien la usa. Cada entidad corporativista entiende lo que le conviene y así surgen una infinidad de definiciones y también una colosal masa de insurgentes al sentido que la real academia española otorga a tan simpático vocablo.

Una definición interesante y que expresa con precisión la esencia de la palabra en aprecio es: combinación entre el plato y el piñón de la bicicleta, que determina la distancia que se avanza con cada pedalada.

El plato todos conocemos: es uno de los principales utensilios de la cocina gallega que sirve para ofrecer presencia a los alimentos que nos sustentan y sostienen en pie. El plato puede ser elaborado con diferentes materiales pero todos ellos tienen una forma genérica que le da identidad, con ligeras variaciones que determinan el uso específico.

El piñón, entre otros usos define la semilla procedente de la piña, que todos sabemos es semilla y también producto del pino piñonero, árbol de la familia PinaCeae.

Un plato cubierto con piñones es lo que quieren ofrecer a nuestros paisanos de la paradisiaca costa touriñana, que no es muerta pero sufre el asedio de quien a todo coste quiere matarla. Un plato de lentillas sería lo que pensaban pagar, pero, ahora que el gobierno se empodera, no ocultan su vocación a la transparencia y ofrecen una cazuela de barro portando en su centro el trofeo honroso de una piña en pie. Y anuncian: ¡una buena piña o sufran la desapropiación!.

Para disimular lo que fue escrito de la sagrada palabra del rector, un pecaminoso comunicador se pregunta: ¿acaso no fue el impacto ecológico del báculo mosaico lo que hizo brotar agua en las rocas del desierto?

Sin duda, un distraído observador, de esos que vienen atraídos por el espíritu del apóstol Santiago y hacen del camino la gran esperanza del peregrino, en su contemplación idílica del famoso cabo de la más avanzada costa europea, pensaría en allí establecerse y construir lar para sus hijos y todos los hijos de sus hijos. Mal sabe tal peregrino que a la sombra de las caramiñas fructifica la siembra de un proyecto peor visto que una central nuclear, peor oliente que la metálica carburante de Brens y Dumbría y mucho más guerrera que una base extranjera de militares mercenarios, combatientes de la TURBOT WAR.

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