“Galicia tiene una gran entidad financiera en estos momentos y Galicia puede tener y para siempre una entidad financiera solvente, seria y que de crédito, algo para una gran batalla y una grande victoria. Seguro”.
Seguro que nos esperan crueles momentos de terror por los resultados indecibles de cualquier batalla y las consecuencias nefastas para el derrotado después de una victoria guerrera del bando vencedor. No olvidemos que en este tema beligerante continuamos con la misma ideología maquiavélica de la edad media. Apenas las armas son diferentes y más destructivas.
Con tanta gente desempleada, muchos en las ciudades viven sin ninguna posibilidad de aprovechar el tiempo ocioso y ocuparlo en una actividad que lo entretenga y proporcione la mínima condición de supervivencia. Una actividad que en los tiempos más difíciles de la historia española entretenía a mí y a mi madre labrando una pequeña finca, de la que extraíamos maíz, verdura y patatas en cantidad suficiente para sostener nuestro cuerpo libre de gorduras indeseadas. Con todo ese drama derivado de la cultura del dinero y el lucro esencialmente indefinido por el ejercicio de una competencia entre el poder de la máquina automáticas y la imprevisibilidad del instrumento humano, mi amado presidente y su jefe partidario detectan la existencia de tres grandes problemas y proponen la correspondiente solución.
Los problemas de Galicia y de España:
1. Manda o BNH donde goberna o PSOE (¿?).
2. O secretario do PSOE fáltalle liderazgo (¿?).
3. Rodríguez Zapatero non ten sustituto (¿?).
Esos son los tres grandes problemas de España. Pero la grandeza de los tres más grandes deja un poco de luz para que pueda ser compartida por otros tantos problemas de menor importancia. El despilfarro y la improvisación en torno de las cajitas, las cajas y los cajones, a quien se quiere dar solvencia con el dinero sacado de los desempleados, de los desahuciados, de los enfermos, de la seguridad y de la renta que los emigrantes tengan en el exterior.
Tres grandes problemas son suficientes para mostrar la gran austeridad de ideas. Pero el austero campeón alcanza notoriedad al sintetizar la mortificación de la pasión y los sentidos con una, grande y libre solución: ¡el PP!, jarabe infalible para todos los males, los míos, los tuyos, los nuestros, los vuestros y los de ellos, naturalmente.
Con un trombón y una idea de Bach, cuatro trombonistas llevan adelante su fuga musical al ritmo de una maravillosa tocata. La economía en instrumentos y personas obtenida con esta austeridad sinfónica fue impresionante. A grandes problemas una majestosa solución y todos seremos felices en el país de las maravillas.
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