jueves, 10 de febrero de 2011

PIEDAD, SIGNORE

Soy una de esas personas que deliberadamente confunde déficit con deuda, no porque sean palabras sinónimas, que no lo son ni por malicia de su concepto jurídico,  que todo lo confunde para orientar el juicio, y sí porque, a la larga, el efecto maligno de ambos conceptos convergen en puntos múltiplos de un simple punto. ¡Y punto!

Punto con cierto énfasis interjectivo, pero no final, ni inmeritorio de cualquier controversia que descampe en auxilio de cualquier bandera arbolada por el soplo de quien quiera que desee ondearla, en pro, en contra o por cualquier otro lado que, como sabemos, conforma con sus infinitas caras el espacio que nos rodea.

Acabo de rescatar del limbo de los olvidados en mi biblioteca la Enciclopedia Contabil e Comercial Brasileira, de Antonio Calderelli, regalo de un magnifico profesor de estadística, español de Barcelona, refugiado en Francia y emigrante en el Brasil.

Déficit representa el desequilibrio negativo de un patrimonio. Es la prevalencia de los gastos sobre los ingresos; de los débitos sobre los bienes y derechos; del activo sobre el pasivo.
Déficit, palabra importada del latín, significa FALTA. Y falta es un pecado que puede ser venial (castigado con tres avemarias y un padrenuestro) o mortal, mortificado por el desempleo, el desahucio  y mil locuras venales.

Débito, en contabilidad, representa las aplicaciones de capital en bienes, derechos  o gastos, destinados al fin de una empresa.  

No podemos hablar del deber de un débito sin que tengamos en mente el dogma de la fe en actos de creencia en los derechos. Y por tal dogma, Crédito representa el derecho de uno para sacar arma contra el otro por cuenta de un saldo habido en reyerta pasada. 

Contablemente, el crédito personaliza el propietario de todo que el deudor debe, o dicho de otro modo, todo deudor respira bajo la mira implacable del santo creedor.

La contra partida del débito es el crédito. Esto es, quien más debe más crédito tiene o, por otro lado de la dialéctica controversia, si quieres tener mucho crédito, el deber se impone por encima de lo que realmente puedes tener.

En todo presupuesto, así como en la presentación de cuentas, el crédito viene separado del débito por el símbolo de la igualdad:

CRÉDITO = DEBITO  (I)

La igualdad es la expresión cumbre del genio  matemático y ella se presta a la solución de infinitas cuestiones.  Por ejemplo, si el crédito es un producto del derecho (crédito x derecho), efectuando la apropiada manipulación de los principios matemáticos, observaremos el siguiente resultado:
Débito = Crédito x Derecho (II).

Pero, sin análisis malicioso, vimos que el Débito es un deber (de pagar) y todo deber es un derecho regido por ley divina. Luego, otra forma de expresar la igualdad (Débito = Crédito) seria: Debito x Deber = Crédito x Derecho. Y por la voluntad que corresponde a un recíproco mangoneo de dígitos virtuales, tendríamos:

Debito x Deber = Crédito x Derecho   (III)

Continuemos:

De la formula (II) concluimos que el  crédito es inversamente proporcional al Derecho que multiplica el Crédito. Por la fórmula (III),  todo Débito es función inversa del deber que lo haga crecer.

Bueno, ¿y como explico mi confusión entre déficit y Deuda delatada en la primera sentencia del primer parágrafo?

Lo haré apelando al buen juicio de  las señorías que defiendan la utilidad de los principios de la igualdad matemática.


Si la creencia es mayor que el acto del deber, contablemente, haremos la correspondiente compensación:
Crédito = Deuda + Déficit     (IV)

Y la Deuda se verá igualada con el Crédito cuando le substraemos el Déficit. 

Si la obligación por el deber posee moral más elevada que la moral del creedor, escribiremos:

Deuda = Crédito + Déficit      (V).

Y el crédito se verá reducido por la sustracción que le advenga del Déficit.

DÉFICIT = Deuda – Crédito     (VI);

Y,  como prueba de que el desorden no altera el sentido,

DÉFICIT  = Crédito – Deuda

No ignoramos la distinción que existe entre un déficit y el otro déficit, pero eso es un detalle cuyo análisis cabe a la semántica y no a la regla que por los señales piscan a todo momento.  Así que, sustituyendo  en la formula (VI) la Deuda por su correspondiente valor en (V) tendremos
Deficit = (Deuda + déficit) – Crédito

Hagamos, por un principio de cultura isométrica, lo mismo con el crédito, y tendremos la formula
Deficit = Deuda + Deficit + Deuda + Déficit

Finalmente, bajo las operaciones pertinentes, encontramos el valor irreductible del DEFICIT

DÉFICIT  = 4 X Deuda

Corolario:

Cuando todo que debemos representa todo el valor del déficit consolidado, veremos que el Déficit y la Deuda convergen en múltiplos de 4, c. q. d.

Señor, tened piedad de quien debe y no puede pagar, pues la subida del déficit no es por peldaño lineal; lo hace en razón exponencial  y si grande fue mi culpa mayor fue la ganancia de tu bondad.

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