sábado, 21 de enero de 2012

CARCOHERMANO



Nada más natural para un gallo castizo chacarear las mañanitas en busca de tiernos gusanos, no obstante y a pesar de la contrariedad del gusano en el papo del gallo, aquel no discrepa de los estrambóticos postulados tachandolas de convulsiones hepáticas.

Es curioso ver como cada ser lleva en el alma el veneno de su propia razón. Por las malas o por las buenas todos picamos; al hacerlo, el sujeto picado queda temporariamente anestesiado para después caer en la cuenta de quien lo ha segado. Ambdous, gusano y gallo, viven carentes de cualquier convicción democrática. En ellos prevalece el instinto de la sobrevivencia y cada uno vive a su manera, el gusano escavando la tierra y el gallo pateándola entre uno u otro cocorococó.

Temológicamente es conocido el efecto disperso que el temor produce en cada uno de sus filos. Para unos, el temor del señor produce confianza y obediencia, el temor no es un pavor irracional cuando el temido es el señor; el miedo, respecto y reverencia son dadivas para quien sabe apreciar las cualidades de su señor. Es por la misericordia y por la verdad intransigente del señor que todos expiamos la culpa de adulación.

No es necesario saber patavina del capitalismo demodé y vetusto de una sociedad de alibabás, con sus hunos ladrones interesados en las cuarenta monedas albergados en los cajones de los humildes paisanos, para ver como bien respectan los derechos formulados en la declaración de los deberes universales del manso humano. Los Derechos Universales constituyen, naturalmente, ficción de la derecha para inglés ver. Desde el promontorio por el cual vigilan el mundo, las derechas no consiguen ver nada que no esté a su izquierda; el delantero o el trasero, como el antes o después, no existe. Para ellos solo existe la derecha mirando y criticando la izquierda. Luego no habrá que lamentar que el señor Viceversa exista a modo y semejanza de su homólogo del lado opuesto.

Buscando por la palbra carca en la RAE, ella me responde que no tiene registro. El diccionario gallego dice que non atopa o termo.  Leyendo su artículo, de izquierda para la derecha, de arriba para abajo y también por los flancos que a todos contraían, se me hace dificultoso  establecer correspondencia entre el vocablo y lo hablado por el honor de los carcas. In dubio pro reo, parece usted darle el sentido de Na duda doulle rello y sigue fustigando griegos y troyanos llamándolos de subvencionados y trasnochados titiriteros. Berra a los cuatro vientos el derrumbe del muro de Berlín y no el muro del Rio Grande, como si usted estuviera bien anclado en viejas ideas que nada contribuye a la paz y concordia de todos los lados.

Finalmente, enveredo en la jungla de un palabreado estéril y veo un macaco mas antiguo que el rey don Garcia fijando correspondencia sinonímica entre progresista, carcas, retrógados, reaccionarios, ultramontanos, lo que, eso sí no hace falta que lo diga Ralf Dahrendorf,   constituye un serio riesgo al uso doado de la palabra libre en boca de los carcohermanos.

Para moderar los ajitos del nervio, le recomiendo esta simpática lectura: http://granadadebolso.wordpress.com/2007/05/20/112-galegos-capadocios-e-baianos/  para que lo reflexione al sonido gaitero del himno del reino de Galicia.

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