Insumo-producto
Put o no put, como diría Shakespeare, es cuestión de lo que entra (input) para que más tarde tenga que salir (output) a camino de un eterno proceso de amor, por el que nada se pierde, nada se gana, todo se transforma en el sistema de cambios amorosos.
En el campo político, ese modelo, descrito por Wassily Leontief, es perfectamente aplicable por tabulaciones que se pueden exponer en una matriz de entradas y salidas. Sabemos que aquello que entra en algún momento y por algún sitio debe salir. Cuando sale en la forma de output pasa a integrar como input otro ciclo, y por ahí va la cosa a camino de una eterna jornada.
Por tan sencillo método de lo natural, todo se queda en casa de la economía global, por lo menos hasta que, por una quiebra del hoyo profundo, ingresemos todos los economistas en la esfera del agujero negro.
Con un buen sistema de cuentas en la mano una persona está mejor preparada para tomar decisiones sobre el curso de su vida. Para tener cuenta que cuente la historia de nuestro pasado económico necesario se hace promover su estructura, agrupándola en sectores capaces de ofrecer síntesis a las informaciones que vamos sacando de todas las transacciones y de los agentes que en ellas intervienen.
En su forma más simple, la cuenta de una economía con gobierno propio puede ser representada por una lista que recoja todo que se ingresa, se gasta con consumo, lo que se ahorra y lo que se invierte. El estado económico de un país lo miden con vara de PIB. En el caso de España, los registros le atribuyen valor representado por la fe de un euro invariable. En el tercer trimestre de 2011 registraba el valor de 269.141.000 euros. Ese mismo valor distribuido entre la población española (46.152925) da un reparto de 5.831 euros por cabeza de cualquier edad y necesidad. Fue el producto bruto de un pésimo trimestre. Aun considerando todas la exigencias del cuerpo comprendido entre los pelos de la cabeza y la planta de los pies, ese producto, distribuido ecuánimemente , daría para dejar la familia española plenamente satisfecha por lo menos hasta el próximo ciclo productivo. Considerando que el año solar da aliento a cuatro trimestres, nos sobrarían los ingresos ecuánimes de lo que se cosecha en ¾ del año. Invertidos en fondos de seguridad, estructuras urbanas, I + D + I y otros cuentos, sería necesario algo más que un Surinam y terremotos de alta intensidad para tirarnos de la calma económica.
No obstante, cuando nuestro producto abruptamente lo comparamos con el PIB de otros países, nuestra moral se ablanda cuando la vemos posicionada en el ranking económico de las naciones. Algunos, con este conocimiento, salen a campo para decir que somos mejores que los peores, otros salen a la calle para contarnos tal, etcétera, y poca cosa más, o viceversa, pues todo input que entra, después de pasar por el estado que lo estraga (output) pasa a llamarse nuevamente input de otro sector de aquel mismo estado que lo ampara.
Primera sectorización
Para animar un poco más el caldo de la discusión se hace indispensable saber algo más del PIB, sacar a relucir sus principales elementos, aquellos que son clave para los pronósticos económicos o para la conclusión de cómo se comporta el padrón de gastos en el conjunto de la economía.
Los fisiócratas segmentaran la economía de un país en tres sectores: Producción, así denominado en función de que en la actividad agrícola el trabajo crea un excedente conocido como renta.
El sector Fiscal, formado por los propietarios de la tierra y sus dependientes, la nobleza, el clero y todos los funcionarios a servicio del Estado.
Sector estéril, formado por la clase artesanal e industrial. Los fisiócratas consideraban este sector estéril debido a que elaboraba materias primas que le suministraba la clase productora y no añadían ningún otro valor que no fuera aquel que ellos mismos consumían en la forma de alimentos y algunos medios de vida ofrecidos por la clase productora.
Quesnay, con su famoso Tableau Economique, buscó dar representación al flujo económico entre las tres clases, o sectores, con intención de mostrar como se llega al producto total anual bruto de un país. Con base en estimativas deducida de registros estadísticos, Francia paso a conocer lo que podría llamarse PIB en su forma sintéticamente ruda.
Al establecer relación entre la interdependencia de los tres sectores, Quesnay fertilizaba ideas que darían origen a la moneda fiduciaria y un sistema bancario de reservas fraccionarias, con su inconsecuente multiplicador del dinero. No obstante, Quesnay se fijaba en la idea de que solo la clase productora estaba capacitada a producir excedente económico. La clase Fiscal aprovechaba el excedente en forma de préstamos para aumentar el flujo de bienes y sacar en la modalidad de intereses e impuestos lo que necesitaba para financiar sus gastos.
El hombre está dotado de inteligencia para observar y conocer, pero la multiplicidad de cosas exige grandes combinaciones para dar forma y fondo de extensión científica a la teoría que se deduce de la práctica. Como al sector fiscal fue concedida la propiedad de exigir,por la fuerza de su poder, el pagamento de lo que cree que es suyo, las consecuencias de esta exigencia serían dramáticas y la cultura acabaría desplomando a un nivel de progresiva incerteza, por inacción y evasión subterránea.
La inseguridad que reina en la naturaleza es motivo serio para montar los fondos de reserva, para hacer frente a las inundaciones, a los excesos de frio o calor, a las pestes, a la mortalidad indeseada de personas, a los cuidados de la viejez, etc. Sin los fondos de reserva el sector productivo pierde capacidad de pagar a los señores las rentas pactadas, los décimos y también los impuestos que el estado otorga a la clase productiva.
Quesnay atribuía a la producción francesa un valor de cinco mil millones, a precios constantes deducidos de las relaciones internacionales. Consideraba que esos millones salían exclusivamente de los trabajadores agrícolas que la habían producido. Estimaba en dos mil millones el gasto en consumo de la clase productora. De los tres mil millones que se engolfaban en el bolso del sector fiscal mandatario, mil millones eran aplicados en el sector estéril, en el que, con mucho esfuerzo, lágrima y sudor, se transformaba la madera, trigo, oro etc., en objetos útiles y durables para alegría del sector fiscal. Claramente Quesnay practicaba abuso ideológico en la cuenta de los artesanos y futuros empresarios de la industria moderna.
Valor de las tablas
En economía, para cada razón de un economista surgen mil razones de otros tantos economistas en pro y en contra de las bases que le ofrezcan ostentación sostenida. La gran contribución del nobel 1973 a la economía de las naciones fue su famosa tabla de doble entrada, matriz de insumo-producto.
Las tablas de insumo producto ofrecen un retrato muy detallado de la economía de los países. Proveen condición para análisis del proceso de producción de bienes y servicios y de los ingresos generados por esa producción.
Naturalmente, el uso de las tablas ofrece mayor dificultad que el uso de una simple estadística, pero su conocimiento muestra, a pesar del esfuerzo requerido, un campo muy variado de beneficios para la administración macroeconómica de empresas, para la transparencia de comunidades modernas y también para la moral de políticos de cualquier rango.
Las tablas reflejan mandamientos para la ordenación de productos que ingresan en la economía en forma de productos intermediariamente primarios (trabajo, capital, tierra) y también en la variante de subproductos derivados de esta intermediación. Muestran la gran cadena de consumo hasta que toda materia prima se consuma en su forma final, transformándose en la forma de residuo sin cualquier valor económico antes de su reingreso a la naturaleza que lo produjo. Muestran donde se producen los bienes y servicios y también donde son utilizados como productos intermediarios del consumo. Dan forma a los agregados macroeconómicos, como el PIB, el valor añadido a la economía, consumo, inversión, exportación e importación. Los datos recogidos en las tablas son expresados tanto en precios corrientes como en precios constantes para facilitar análisis de periodos con diferentes monedas.
En tesis, las tablas ofrecen una estructura ideal para verificar la consistencia de los datos estadísticos colectados por las más diversas fuentes colectoras. La moderna tecnología de colecta y transmisión de la información vía satélite consigue dar imagen casi real de lo que pasa con el empleo. Para establecer correlación con otros factores se puede vincular el empleo con cualquier otro dato de la economía, como turismo, transporte, educación, salud, etc.
Presupuestos
Los presupuestos son tablas de entrada doble, con partida en el Deber y contrapartida en el Haber. Se entiende que todo que ingresa en la columna izquierda por la virtud del deber pasa a integrar lo que exija la columna derecha (Gastos). Los valores de este tipo de cuenta se cierran con base en valores reales pasados, claro está, siempre que se aborden con criterios de técnicas estadísticas para darles relativa confianza en el cumplimiento de las metas administrativas propuestas por el gestor (alcaldes, presidentes autonómicos, presidente de la nación)
Con base en la exposición de tablas cotejadas entre datos presupuestados al principio de un periodo y datos reales al final de ese mismo periodo, hemos visto recientemente como se puede destorcer propuestas de gobierno al amparo de esas tablas. Si las técnicas aplicadas al registro de datos son confiables, porque fueron registrados con lealtad y obediencia a la honestidad de las fuentes y a las normas que las rigen, uno, a la distancia del olvido, puede presumir que podía haber espacio para un equivoco entre los portavoces presidenciales, pero ese equívoco, al momento de ser detectado ningún mal produciría fuera de las personas envueltas en el ministerio.
Infelizmente no es así. Y si la máxima autoridad puede mentir sobre lo que debería constituir biblia sagrada de la administración pública, todo lo demás es posible. Es posible pensar que se castiga a todos los españoles con base en proposiciones mentirosas, es posible que los datos de antes vienen falseados desde un principio y adquirieron consistencia simplemente por que la secuencia histórica era compatible con el agrado sentido por la jefatura. Es posible pensar que vamos mal aún estando bien. Pero también es posible pensar que andamos bien cuando el paso siguiente, dando o no dando la cara, nos va arrojar al precipicio.
Manejo del déficit
Este año vamos rebajar en 16 .500 millones de euros el déficit en función de un desequilibrio de dos puntos en la información del desequilibrio presupuestario. Fue una actitud extremamente dolorosa para quienes nada le va doler, pues todo ese dinero será arrancado de los españoles que no tienen poder y de los que ya sufren el dolor de estar desempleados. Una pala de cal han puesto en las pensiones para dejarlas 1 % más blancas cuando la inflación más que dobla esa unidad, y muchas palas de tierra se vierten sobre el resto de la población para dejarlos más negros. Empezamos a subir una dificil cuesta con el pesado fardo de los aumentos en bienes que retiran renta y estimulan la inflación.
Pero no todo se hará mal, para minorar el frio de los sueldos congelados se elevará con más tiempo la temperatura de los funcionarios públicos dedicados al trabajo. Esta semana el mercado de deuda ha reaccionado a la inyección de 489 mil millones de euros aplicados por el BCE en la corriente de 523 bancos europeos. Fue un sobresalto que rindió al Tesoro de España casi diez mil millones de euros de deuda (pan para hoy y más palo para mañana en ese misterioso mundo financiero). Los 523 bancos compraron deuda del Banco Central Europeo prometiendo devolverla beneficiada con 1%. Corrieron al mercado español invirtiendo diez mil millones de esa deuda en el Tesoro Español, quien promete devolverla maquillada con un beneficio de +/- 4 % al año.
Podría ser más, pero, considerando la nueva cara del equipo económico, el estrago fue de buen tamaño. No faltará ocasión para repetirlo. Desde luego, el subastador, observando la intención del pujador, podría haber sacado mejor tajo al martilleo para rebajar el prejuicio a la familia que representa el interés por la deuda.
Conflicto
Sentimos por los ojos y oídos como los conflictos en cuestión de política económica se personifican en la figura de quien nos dirige. Son conflictos que no dependen del color de la bandera que hemos escogido en un conveniente y, a su vez, extraño proceso de escoja democrática. Pero, como afirmaba Leontief y así el señor Rajoy parece pensar, nada puede ser más fútil y condenado al fracaso que la pretensión de resolver los problemas económicos con fundamento en proyecciones empíricas, deducidas de registros en piedra labrada e insinuadas con presencia de la cara y que ofrezca su pescuezo al sacrificio del abandono moral y ético, cuando decisiones políticas con graves implicaciones sociales son adoptadas al arbitrio de una única voluntad imperial.
Cierto en lo cierto y para reducir conflictos ocasionados por el imperio de la duda, no habrá mal alguno en recurrir a la esclarescencia divina del conocimiento técnico. Lo malo es que, en la conciencia de nuestros políticos, los muertos de la emigración consiguen alterar los registros de los vivos y, por tal hecho no confirmado, ya no confían en tabla alguna. Esto nos lleva a concluir, en el purgatorio de nuestra existencia, que existen otras campanas, que no la de Bastabales, sonando información paralela en lo oídos de los registradores oficiales. Y esas son las que se articulan, o no, por la conveniencia del momento.
Justificando lo injustificable
Y por aquí voy llegando al final de este grandullón rollo dominical, escrito por el interés poco noble de entretenerme a mi ismo. ¿Que le puedo hacer? Cada uno con los locos intereses que la voluntad nos manda. Espero haberlos entretenido con una buena irritación, aquella que despeja los ánimos después de una gesta indigesta, pero que no hace mal a nadie, a lo menos no tanto mal como los bancos malos vienen haciendo a quien tanto bien les han hecho.
Para escuchar en el diván de la intimidad:
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