sábado, 28 de enero de 2012

DIEZ O TRESCIENTOS

E lá vou eu polo rego de novo. Desta vez co angazo nos fuciños soprando-o como gaita para ajudar nas cantigas de ajuda a este meu dicionário de trezentas palavras. Desta vez o ragazzo da RAG, che come me amava beatos e rolingstolos, non nega seu auxilio para me explicar que angazo é superlativo do ancinho português, que eles chaman tamen de gadanho (nh= ñ) , rastelo ou ciscador.

Por la RAE me hacen recordar aquel lindo bolero, quizás, quizás quizás, y así me entero que angazo puede tener su origen etimológico en anga y este quizás haya sido importado de Anga, una de las dieciséis ciudades de los Mahanapadas que por aquí estuvieron antes de los celtas, fenicios y griegos.

El tema que hoy desliza por este mi rego trata de saber si 300 palabras son suficientes para expresar todo lo que uno piensa o deja de pensar. La primera palabra que impulsa el instinto se llama collatio, algo extremamente natural para establecer prudente crítica a lo que adviene del recensio.  Espero que todos me entiendan y no procedan antecipadamente a la eliminatum codicum descriptorum y respeten el principio de que nada puede ser condenado sin que haya sentencia transitada en juzgado.

Me toco las narices, sin duda. Lo hago por varias razones, una, porque me pica, la otra, porque usted me lo pide. Y ya que usted no sabe lo que decirme, yo le doy cuerda para que me responda. ¿Cuantas fueron las palabras usadas por Bush para llevar la guerra a Irak? Y las de Colón para decir que cuba la repartían entre él y los reyes católicos. Estoy seguro que en un programa que permitió a un partido la conquista de España había muchas más palabras que las trescientas de la cultura popular, pero puedo asegurarle, por todo que leído y releído, todo aquel colectivo  podía ser substituido por la eficacia absolutamente inteligible de una única palabra; CERO, o NADA, mejor que cero, porque cero puede representar mucho y no hay nada mejor que NADA para decir lo que a uno le da la gana en el paragonar de dos cantidades.

Lo siento, mi intención era narrar en trescientas palabras todo lo que no he dicho. Bien yo se que con diez palabras,  representando cada una su respectiva clase, podíamos constituir un congreso nacional para decir todo lo que se quiera en diez mandamientos, tallados en piedra del Pindo llevaría 40 días.

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