Con mil perdones sobre la expresión,
quiero decirle que usted hoy se “carga” sobre nosotros, sus ingenuos y cándidos
genios de la respetuosa palabra. Lo ha hecho por intermedio de la mesóclise,
ese fenómeno gramatical que degüella un fonema
para simplificar el resultado de mucho lerolelo y poco trabajo.
Nos tolea a todos entre los limites de
los años históricos que han ahogado la humanidad. Ayer eran dos mil, hoy los ha
rebajado a los dos últimos y en ellos ha sincronizada la guillotina francesa,
el franco garrote vil y el alfanje del machote soldado.
Conoce usted el destino cruel e inmediato
de los desahuciados a quien previamente
les han retirado toda posibilidad de, con trabajo, pagar sus obligaciones? Por
qué ninguno se revela? Los considera cabras o cabrones? Corderos no son para
que se les degüelle como a tales.
Por el código de Talión, nos anima a
todos poner una visera potrera y trotar con los ojos focados en el centro del
sol y así salir a la sombra de un estado glacial.
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