DERECHOS
A partir del característico grito de
libertad, momento en que el pecho inhala por cuenta, riesgo y particular cuita su
cuota de aire, todos pasamos a formar la unidad social llamada familia. A
partir de ese momento, derechos y deberes caminan juntos en mutua dependencia.
Nadie es independiente de nada. Toda
dependencia tiene sus propias reglas de convivencia, que pueden ser
pacíficas o torrenciales. Hogar, lar o
fogar es la primera unidad del espacio geográfico que nos pertenece después de que
nuestros padres hubieran sido unidos por el condón matrimonial. En ella se hace
presente el aire, el agua y el alimento como
requisitos metabólicos indispensables a la supervivencia humana. El siguiente
paso en nuestra caminada hacia un absurdo fin viene regido por actitudes de
seguridad. En ausencia de seguridad física (guerra, violencia de género,
injusticias etc.) nos vemos envuelto en
una serie de tensiones, que la ansiedad provoca y reacciones emergenciales no consiguen resolver.
Y OBLIGACIONES
Caminando hacia la cumbre y estacionados
en este plano como si fuera el purgatorio de Dante, sentimos cuan poderosa
puede ser la seguridad personal, la seguridad financiera, la salud, el
bienestar social, los institutos de seguridad social y el abracada etc. que
todo lo abarca. Esta seguridad en el mundo civilizado nos lo ofrece la Patria,
que las buenas lenguas definen como “tierra natal o adoptiva ordenada como
nación a la que se siente ligado el ser humano por vínculos jurídicos,
históricos y afectivos”.
Salimos de casa para invocar protección
de la aldea, después de la parroquia, de la villa poblada, de la diputación, de
la comunidad, dicha autónoma o patria de segunda clase; del reino de España, de
la Europa de nadie; de las asociaciones comerciales, de los sindicatos laborales,
de las mafias criminales. Si ninguna resuelve las necesidades personales del
primer plano ni los sociales del segundo piso, como podemos creer
en los sentimientos de los ciudadanos? Como paisano, lo siento.
A MI AMIGO LEIRA
Yo he
conocido un Leira con las principales características humanas que usted
describe en este espacio dominical. No era doctor en el sentido de haber
hecho estudios formales, pero fue el compañero a quien yo debo mi supervivencia
en un lejano mundo tropical. No hesitó en compartir conmigo la única reserva de
bananas cuando ya no había más reserva de dinero. Fue leal hasta que regreso
del destierro. Yo continuo fiel a la memoria de aquel buen compañero..
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