martes, 6 de abril de 2010

SUSURRO LATINO

Política y religión se funden en las bases con cemento y arena para dar origen a un bloque monolítico, rígido y opaco. Sobrepuestos roca sobre roca, se construye un templo o un palacio que irá albergar un religioso o un político con amplios conocimientos de la base o del cemento y arena que la compone. En concreto, amparados por fuerza e espíritu de cohesión, estrechamente vigilados por el anatema a la excomunión, al perjurio, a la traición y a otras palabras de cognado ontológico altamente estigmatizado, algunas asociaciones se desarrollan alimentadas por el antojo de sus particulares pasiones, creyentes que podrán vivir ad eterno, libres del pecado original de la vergüenza y premiados por la osadía de comer la manzana, engullir la serpiente y acostarse a la sobra de un abanico… con Eva como premio.
Parece que hoy los católicos vivimos acusaciones mas incuestionables que muchos dogmas de fe. Y estas acusaciones son resultado de heridas causadas no por la corana de espinos ni por la lanza del soldado romano y sí por una administración omisa, negligente y corrupta en algunas circunstancias de no pocos países.
Como Cristo en la cruz, el papa ya ha pedido perdón por el mal que algunos curas han causado a la fe cristiana. Parece que no es suficiente, pues el escándalo ya cubre Roma con la misma virulencia que la cubrió en los tiempos de Cesar Borgia por palabras de Maquiavelo. Poca importancia tiene para los católicos saber que hay otras crisis peores, saber que en el Medio Oriente la violencia destroza y mata, principalmente en Irak, saber que muchos cristianos sufren persecución en Pakistán, o las indescriptibles desgracias vividas por fieles durante y después el terrible terremoto de Haití y el sismo de Chile.
Urbi et orbi, dirigida a la ciudad y al mundo, en susurro latino, dice que después de la resurrección la iglesia siempre cuenta historias repletas de alegría y esperanza y otras de angustia y dolor, todas  marcados por un pacto de lo nuevo con lo viejo en un viaje de éxodo por el difícil camino hacia la eternidad.

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