domingo, 16 de octubre de 2011

VIVIR PARA VER


Desde la Puerta del sol hasta la rica Wall Street, el mundo se enfurece delante de su indignada situación. En más de mil ciudades los explorados salen a las calles para gritar slogans contra lo que consideran estado intolerable de la locura financiera.

Hay una revolución en andamiento y ella se mueve al unísono por una fuerza invisible, sin necesidad de regente. Es gente joven que habiendo alcanzado la edad de la razón ven como sin razón se les niega pan, casa y trabajo en un mundo que, siendo de todos, una insignificante parte pretende clavar bandera en nombre de una forjada crisis financiera.

En España 40 % de la población entre 25 y 34 años con maciza inversión hecha en la educación descubren que no ha valido nada tanto esfuerzo y deberán cortar suspiros para pagar la deuda que a ellos atribuyen. Se sienten indignados por acción de indignos corruptos de la vasalla política y del embuste sindical.

En Grecia la situación indígnate repudia el trío formado por el banco central de la UE, el FMI y la propia Unión Europea, que quieren evitar el desgarre de Grecia con medidas de austeridad aplicadas a los que siempre han sido austeros y no a los embusteros financistas que les han vendido ilusión.

En Norteamérica, bastión capitalista, se ve con asombro como crece el repudio al simbolismo que representa Wall Street.

En Francia la resistencia tradicional se junta al movimiento de los jóvenes ofreciéndoles experiencia en la acción.

España, Francia y EU están en vísperas del relevo presidencial, no obstante, muy diferente de otras ocasiones, el fulcro de las paseatas de los indignados no parece apostar por quitar o poner presidente, pero sí hacer suficiente presión para que la democracia se depure y para que sean elegidos representantes realmente comprometidos con los deseos de bienestar de la población, aquella que quiere trabajar, no tiene oferta de trabajo y sufre el trauma del desempleo provocado por aquellos pocos que habiendo ganado mucho no consiguen dar una en el clavo ni otra en la herradura y ahora vienen queriendo modelar con tarraja y martillo el dedo de los indignados.

Roma ha vivido ayer momentos dramáticos, con extrapolación de la indignación para acciones violentas, muy al gusto de mascarados, haciendo imposible un ajustado diálogo entre indignados y gobernantes.

Ocurra lo que ocurra, parece no haber más oídos para escuchar la voz del voto. Los 20 ministros del grupo de los 20 solo piensan en la capitalización bancaria y en la renta que tendrán por reevaluación de los intereses del dinero.

Unidos por un cambio global, los indignados de todo el mundo juntan fuerzas para dar continuidad a la maratón por la integridad moral y ética de la política y de los políticos manobrantes. Los indignados ya son 99 %. El cáncer se ha apoderado del 1 %. Será una batalla muy dificil de llevar y con resultados inciertos. Habrá que vivir para ver.

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