jueves, 16 de diciembre de 2010

CAJA DE ILUSIÓN


K + X = 0
Definamos K como la constante de cualquier valor y X como un valor cualquier de la vida real. Sumando las parcelas del lado izquierdo podemos igualar su resultado con el valor infinito que representa el cero sobre el lado derecho de la igualdad. Por ejemplo, siendo K un valor que la imposición tributaria define constante para sostener todo el aparato gubernamental, necesariamente todo el valor X de la parte gobernada tendrá la siguiente representación:
K = 0 – X
Esto quiere decir que tanto mayor sea X tanto montará K en el caballo de la igualdad social y, como ambdos factores que componen el escenario tienen necesariamente señales opuestos, el resultado de su combinación será siempre una operación de suma cero.  Este es un sistema de retroalimentación combinada entre lo útil y lo imaginable. Asociaciado entre parcelas destroncadas a la moda cartesiana para mejor comprensión, lo indiviso podemos fracturarlo en tantas partes sean convenientes para el crecimiento conveniente de K. Y por tal arte tenemos un X parroquial, un X municipal, un X sindical, un X provincial, un X autonómico y dependiente del estado de las autonomías; un X estadual, un X europeo, un X mundial, un X provisional a efectos de bolla y caos financiero. La correspondiente contrapartida a ese infumable relación de X’s unitarios, siempre pasibles de ser fraccionado por la división de cualquier resto y submúltiplo de cualquier asociación, es una relación equivalente del factor K originario de tan complicado sistema.
Es un sistema de retribución impositiva, que se retransmite desde cualquier centro de imposición, escondido artificialmente en un enmarañado de leyes que dificulten cualquier pregunta a la naturaleza de la razón. Por supuesto, históricamente se muestra un sistema solidario capaz de generar confrontación entre los intereses artificiales del K y los intereses vitales de X. Los duelos de inventivas son puntuales en casi todos los puntos globales y nunca se agotan por si mismos, pues lo que era artificial se convierte en vital y a lo vital sentencian accesorio,  en mutuas, espasmódicas y compulsivas acusaciones.
Para ganar solvencia, huno, (K), va al FROB solicitar fiado para endeudarse adecuadamente a la insolvencia del sistema. Por un  principio de fusión, el líquido se iguala en altura entre los diferentes puntos de vasos comunicantes y, delante de tal evidencia, el otro, (X), será llamado a ofertar impositivamente su contribución. Lo hará para que la suma de resultado cero no se altere. Por otro principio, aquel que todo lo evapora sin mostrar la liquidez, lo que era solido se esfuma como flotando el humo en una caja de ilusión.

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