domingo, 28 de diciembre de 2008

BIEITO LOBEIRA

BIEITO LOBEIRA 

En cierto  artículo de LRI escrito sobre el señor Bieito Lobeira, diputado seleccionado de un grupo de gallegos (desconocido por la gran mayoría de los votantes residentes y ausentes) se refuerzan ciertos preconceptos esparramados por las colonias iberas. No es para asustarse, pues todos sabemos que en cualquier nación de corderos siempre aparece una oveja negra. Es el contraste de colores lo que hace engrandecer nuestra gloriosa nazón.

Hay algunas situaciones capaces de impedir la participación ciudadana en determinados eventos de la vida social: un soldado en campo de batalla lo tendría muy difícil; un marinero fuera de su puerto es otro estado complicado para el ejercicio del voto en urna de cristal; nada digamos de un enfermo en estado terminal, cuando no consigue responder ni a la extremaunción. En ninguno de los casos citados y muchos otros que podríamos encajarlos en el grupo estadístico de no votantes involuntarios no hay privación artificial de un derecho social.

Me parece que en el señor Lobeira ausentan algunos conceptos del deber: el deber que un político debería tener en la compresión de determinadas dificultades de acción locomotora y promover ideas claras en contribución al pleno ejercicio de un derecho constitucional.

En Herat podrán votar los gallegos porque en aquella jurisdicción gobierna el Estado español. En América, pese a las malas intenciones del PP y BNG, votaremos todos los españoles censados en Galicia, porque es un derecho constitucional y un deber de la ciudadanía española. A nuestro juicio votaremos, dentro de las propuestas que se nos ofrece, en quien nos de la gana y sabemos capaces de respetar nuestros derechos fundamentales. Y, así de clarito, no permitiremos acción intempestiva de caciques pseudonacionalistas, mercadores populistas de la buena fe de los muertos cuando pretendan  deshonrar a los vivos en una única sachada de vicios políticos.

Tecnológicamente no veo difícil que el desparpajo del señor Lobeira salga en defensa del señor Feijóo y venga a declarar por todos los medios que los emigrantes muertos gallegos, enterrados en el olvido de Sudamérica, saldremos de la tumba en un primero de marzo y, sobre las ondas de un mar profundo, nos uniremos a los marineros para juntos manifestar nuestro voto de solidaridad por todos los partidos, aunque algunos no sean considerados de la conveniencia de Breogán.

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