URNA DE CRISTAL
Por cada paso que Galicia daba para que los emigrantes votásemos con libertad en la escoja de presidente, diputados, alcaldes y concejales, Feijóo y Quintana dan un paso atrás para facilitarles mira a sus botas y empurrarnos a patadas por pampas y cañadas.
Haré todo lo posible para que usted no sea presidente, pues de lo que me dice concluyo que, aunque viva mil años, jamás podré hacer uso del derecho a manifestar mi opinión con crédito a mis deseos y esperanzas personales. Sin duda les gustaría a ustedes poner una urna de cristal en la embajada de Rio, al lado del Cristo Redentor y pedir a todos los gallegos y gallegas de América que transporten sus penas a través de la jungla y suban al Corcovado, donde de rodillas habrán depositar fe a su buen partido.
Prometer y no cumplir es gratis. Es lo que usted está haciendo ahora sin reflexión de lo que dice y hace. Siendo yo emigrante, ustedes han contado conmigo y así fueron gobierno por muchos años. Lo que los nacionalistas dicen no me impresiona, pues fue de la boca de Franco, el más totalitario nacionalista español, que oí decir que España sería mía, cuando creciese. Al crecer, la brillante bota del generalísimo ofuscó mi lente y chutó mi culo por Cuatro Caminos, desde donde resbalé hacia Vigo para embarcar en la galera que me llevaría al otro lado del charco.
Los emigrantes no estamos en vuestro proyecto, pues no presentáis proyecto alguno que mejore lo que ya está escrito en la Ley Mayor de España. Y esa ley constitucional nos concibe a todos por igual, con las mismas oportunidades y condiciones, aunque, a su parecer, seamos apenas gallegos.
La dignidad de los españoles, estén donde estén, no será diferente a la dignidad de los españoles en el exterior y cabe a todos nosotros, no solo a un partido, la exigencia de mantener compromisos y seleccionar prioridades por el ejercicio del voto mayoritario. A ustedes, candidatos impuestos en corporaciones elitistas de autoridad vertical, les cabe planear un programa de gobierno que deberán cumplir en toda extensión si son elegidos.
Por urna de cristal puedo entender transparencia en el proceso, pero también pueden pensar que la quieren ver frágil para poder romperla, a semejanza de la delicada harmonía democrática entre todos los españoles del exterior. Si esa es la intención de los políticos gallegos, dejen nos morir con la ilusión de haber vivido gallegos españoles. Para el entierro con identidad, nos basta una bandera y no necesitamos esmola.
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