martes, 14 de julio de 2009

DISPERSIÓN DIVERSIONISTA

Esta frase es buena: “A los ayuntamientos gallegos les interesa el futuro del conjunto y no el egoísmo de algunos territorios”. Esta otra es mejor: “A los municipios de Galicia les interesa la dispersión y el envejecimiento”

Bueno, y a los gallegos, aquel ser humano de carne y hueso, con sed y hambre de justicia, que será lo que les interesa? ¿Alguien se atreve a manifestar su legítimo interés?

Al señor Feijoo ofusca los cifrones que emergen en su cabeza. En este momento, su termómetro financiero acusa una rebaja de 180 millones. Es para dejarlo loco por temor a que le salgan sabañones en pleno verano boreal. Con 180 millones menos en el bolsillo, el modelo propuesto por la gallega Helena Salgado acabará por atomizar los deseos del señor Alberto, hundiéndolo en sus pretensiones por el liderazgo ibérico.

Mas, que insidiosa falta de respecto a los 400.000 mil gallegos residentes en el exterior afirmar que el censo come recursos y el Gobierno no traspasa ni un euro al alma errante de estos fantasmas ibéricos. ¿Desde cuando los muertos, tan magistralmente conceptuados por Feijóo y Quintana a la sombra de una urna de cristal en las pasadas elecciones, necesitamos de euros para conservar nuestros huesos enterrados 7 palmos en tierras extranjeras?

¿Y el tema de la dispersión? Es para matarse a carcajadas de piadosas risas. El mayor legado cultural del gallego es justamente su poder de mantenerse esparzo y dueño del territorio gallego que ocupa. 50% de todas las entidades singulares de España están localizadas en Galicia. Son apenas 30.088 propiedades, cuando lo ideal serían tantas propiedades cuantas son las familias que habitan en la geografía gallega. Un número menor significa concentración de la propiedad en manos de pocos y dependencia a la misericordia del señor de los anillos. En este ítem Galicia ocupa el primer lugar y le siguen, muy distanciados, Asturias (11,7%), Castilla y León (10,39) y Cataluña (6,59). En la cola viene La Rioja, seguida de Las Baleares, donde las propiedades singulares representan, respectivamente, el 0,4% y el 0,5 % de todas las propiedades registradas en España.

Por menos de 270 euros per gaita gallega, nuestro mandatario vive dispuesto a hacer la guerra al señor Zapatero. Muchos más son los tributos que nosotros pagamos al jacobino orensano y nos quedamos tan tranquilos cuando nos amenazan, con una simple hipoteca, arrancarnos la vida. ¡Vallan con Dios, señores dueños del capital!

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