martes, 21 de julio de 2009

GUERRA BACTERIOLÓGICA

Mi muy querido y amado señor. Duele mi alma que usted salga en los periódicos chuleándose de posible reyerta contra el señor Moncloa si éste no cumple con los términos de chantaje hecho a su señoría y no a Galicia, puesto que lo que Galicia sabe es lo que se conoce por el documento ofrecido a todos los españoles, escrito en perfecto español.

No quiero creer que usted ha vendido su democrática discordancia por apenas un puñado de euros (21 por gallego), promesa hecha por no se sabe quien (usted no lo dice) del Ministerio de Economía. Sesenta y cuatro millones son poquita cosa más que las cuarenta monedas de la tradición bíblica. No vale la pena organizar un ejército y buscar en Madrid nuestra gloriosa Helena y traerla a Galicia para encerrarla en el hórreo del pazo jacobino.

Señor, no hay duda que lo que a usted supone no necesariamente supone a todos los gallegos, entre ellos este vuestro humilde consejero. “Si me apoyas te doy dinero y si no estoy de acuerdo te lo quito”. ¿El apoyo o el dinero? Vale, es una frase para registro en la eternidad. Me recuerda aquella otra: ni quito ni pongo tren pero para comer quiero la mejor ave del mundo, o esta otra de mi autoría: Señor, yo quise ayudarle pero usted lo ha impedido al arrojarme en la boca de la emigración.

Señoría, vostede y yo sabemos que las ciencias del derecho y economía no se bican amablemente como lo hacen mis dos pajaritos, tan graciosos en su alma bondosa de traerme alegría a mis años jubilosos. No necesitaba usted ir a la tierra andaluza del jienense Montoro para tratar de la economía gallega. En Galicia hay gallegos que conocen las artes de la ciencia económica. En su plantilla, usted dispone de algunos. En calidad de gestor, llámelos a su oficina y encárguelos con el diseño de una propuesta financiera capaz de superar la calidad de la propuesta de nuestra Helena Salgado. Si el economista gallego no es feliz por falta de genio, cabrá a usted - lo digo con todo mi respecto - la virtud de no constituirse en bisagra ruidosa del portal autonómico.

Señoría, no apueste en el año 2012. Preocúpese con lo que viene este otoño, puesto que las baterías de la gripe porcina están afinadas y sus bacterias encabezadas por virus bien entropados amenazan colapsar las defensas del viejo gallego. Un ghallego a menos es un paso marcha atrás, señoría. Andando hacia el revés, cuando llegue su tiempo no habrá viejos en Galicia.

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