sábado, 18 de julio de 2009

PERCEPCIÓN EXPLICADA

Todos estáis locos. Tú estás loco. Yo soy loco. Loco fue Zeus que nos ha creado a semejanza de todos los locos. Vivimos en el mundo de los locos. Que locura el haber tardado tantos años para comprender esta abnegada verdad.

Bajo el sino de la libertad económica me han hecho creer que inversión en capacitación profesional sería el camino que me conduciría a la gloria celestial. No quiero ser un estúpido y modesto capitalistas de la miseria, pero, siendo loco, me ampara la ilusión de todo lo que me rodea es mío. Y no me hagan creer que yo no tuve suficiente inteligencia para galgar los caminos de la lucidez. Y no digáis que fue débil el empeño por conseguir trillar la senda en busca del bienestar social que ahora, por realidad virtual, me pertenece.

Desde el momento que yo sentí que con mis piernas podía ir a donde yo quisiese y con mis manos obtenía lo que la boca exigía, nunca más he parado. Me llaman loco porque en mi locura supero el esfuerzo de los siete días y nunca me doy al descanso. No redó el ánimo cuando en mi camino se interpuso una matilla de lobos que bajaban al pueblo en busca de alimentos, mal sabían que yo era vecino de mata-lobos. No cundió el desespero cuando sobre mi pecho pesó la fuerza de la naturaleza tentando ahogarme en agua rasa. No huí cuando en mi camino se interpuso la deslealtad de zorros políticos usándome como lasca de sus ambiciones políticas. El inmenso atlántico no fue suficientemente ancho para impedir que yo lo atravesase en un singular salto. Conocí un amplio espacio geográfico guiando un borrico popular, a quien los alemanes llaman Volkswagen, en cuya calidad de espíritu mecánico respingaba el impulso de mi dedicación juvenil. Dormí noches en la selva, cubierto con lona de paño. Hoy, envejecido como el vino exquisito, sueño despierto, sombreado con las ramas del pasado, y si vivir yo quiero, siendo loco, la muerte espero para ver si le arranco el cuero antes que ella el mío se lo lleve y nunca más yo pueda vibrar sonero al ritmo de la farsa que fue mi vida.

“No es posible que la perversidad pueda ser tamaña y elocuente” - dice Conde en su gallego tradicional, porque así piensa por no haber rallado los limites de la locura y desconoce el fondo existencial de los que viven en la lujuria. Son estos los que no se enteran de lo que pasa, y por no saber verlas pasar nos llaman locos. Locos y desequilibrados por la percepción que nos domina.

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