miércoles, 1 de julio de 2009

LA REALIDAD DEL DESPRECIO


http://www.elcorreogallego.es/opinion/ecg/desprezo-dunha-realidade/idEdicion-2009-07-01/idNoticia-443702/

¿Que me dice usted, señor Conde?. Hoy no consigo entenderle. Cuando se habla de derechos y deberes se habla de obligaciones y devociones. Eso es lo que yo pienso. Pero, cá entre nosotros, como es difícil venerar simultáneamente los presidentes del PP y del PSOE. Obedecerles es algo más fácil, desde que estemos en el territorio donde manda uno o en el dominio territorial donde mea el otro. Si estamos en nuestro propio terreiro quien canta de gallo es el gallego. Y por aquí somos especialistas en modular el bico para el cacareo de nuestra conveniencia.

Al establecer tesis sobre prevalencia de la intelectualidad de bilingües sobre monolingües, usted no aporta referencias de estudiosos sobre el tema, alias convenientes para abonar su opinión. Buenos resultados académicos pueden mejorar la autoestima de quien conquista ese mérito. Pero la autoestima no depende en absoluto del suceso escolar. Las relaciones familiares, un buen círculo de amigos, un cuerpo sano, un equilibrado ajuste sexual de correspondencia mutua, afinidad religiosa - cuando el medio es religioso - y todo junto, o en separado, sumado a otras más de mil cosas, son causas para ingresar en el nivel de autoestima.

Del actual desorden reinante en Galicia, una de las causas, aunque no sea la primera ni mucho menos la principal, es la lengua. El estopín dese mal-estar podría ser cualquier cosa, como por ejemplo alguien venir a público para afirmar que los celtas somos infinitamente superiores a los herculinos da Cruña, o que el Barcelona tiene, en Galicia, más adeptos que el Madrid. La tormenta que se desencadenaría a seguir, como hoy lo hacemos sus lectores, pondría a descubierto los más sanos e insanos conceptos de quien sale a campo para dar batalla a las sombras que tanto nos asombran desde la tierna infancia. Esas sombras son apenas sombra y no reflejan imagen de nadie y poco contribuyen para autoestima de quien quiera que sea.

La pedagogía del cariño no es incompatible con el espíritu de competitividad. Por su vez, el principio de autoridad, tan avalado en algunas sociedades de régimen militarizado, no es imperativo sobre el principio armónico de las buenas relaciones sociales. Muchas veces, o casi siempre, la necesidad de un consenso aflora en los espíritus más avanzados y esto significa que aquellos que han creído alcanzar la cumbre de Maslow deberán retroceder a un nivel más bajo y, desde allí, echar una cuerda a aquellos que bogan por el charco de las necesidades fisiológicas, fundamentalmente naturales. De la fuerza de atracción que se da a los numerosos hilos de la cuerda - y la propia resistencia de esa cuerda- dependerá el resultado de una afiliación feliz, cubierta con amistad, solidaridad y afecto, para orgullo de la España y el mundo que nos vigila.

La realidad de un desprecio la puede sentir aquel gallego que no tiene pan para comer, que no tiene trabajo para ganar el sustento diario de sus hijos. Aquel que ha sentido la justicia muy justa con el desamparado, que pierde para una hipoteca su residencia y la entrega para el irresponsable de su socio banquero o empresario que lo indujo, con promesas y milongas, a pagar lo impagable por un rosario de cuentas sin fin.


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