sábado, 11 de julio de 2009

PATO BELIGERANTE

Ya no cabe la menor duda y por ello debemos lamentar como deslealtad y espectacular hecho la envidia que mueve nuestro gobierno. Al cobrar idéntico impuesto de un hombre rico que bebe una cerveza para festejar sus lucros del otro pobre que bebe para ahogar sus penas, el gobierno comunitario retira dinero de quien tiene deudas y lo aplica en los ricos y fieles seguidores del ícono fiduciario Madoff.

El dinero que es de todos debe repartirse entre todos. ¿Alguien duda de la lisura de semejante sentencia? Nuestro ejecutivo autonómico parece ignorar el sabio sentido de las palabras que brotan de su boca, a cántaros burbujeantes entre suspiros y desaliento. Salientemos que el presidente, si no rectifica perentoriamente, encontrará en Cataluña y también en el gobierno central la más severa sorpresa por verse ninguneado en la cuerda bamba entre las más torpes oposiciones.

Nada vincula a nuestro orosano: ni la gripe del cerdo, ni la velocidad del conejo, ni el avestruz con sus gigantescos huevos; ni el bico del cuervo, ni mucho menos la lengua de su homólogo y joven de apellido menestral. Nada, nadiña de nada. Nuestro moderno almanzor incita sus huestes a promover rebelión ante el pato gordo que el presidente Zapatero envía a Cataluña para que lo digieran con mordidiñas de suave nacionalidad los emigrantes del atlántico. Nada más justo, ya que Galicia no quiere sus retornados, que los cuiden los catalanes. A Barcelona yo voy. Fun!

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